El lugar conscistía en un conjunto de pasillos que iban en varías direcciónes, cada cinco o seís metros veía una puerta, todas iguales y todas cerradas bajo llave. Deslizando sus pies descalozs por el mugriento suelo, se pregunto si había sido buena idea seguir su instinto. Las palabras de aquel desgraciado aun retumbaban en su cabeza, recordandole una y otra vez que su intento de huida sería un completo fracaso y que aun si pudiese salir, no tendría un lugar a donde ir o donde ocultarse.
Con eso en la cabeza, pero sin poder resistir al impulso de sobrevivir que recorría su cuerpo entero, había salido de aquel cuarto donde había permanecido tantas horas que ya no sabía si habían sido días. Quería gritar, correr, llorar... pero su cuerpo no respondía a más que el miedo, miedo a ser escuchada, miedo a ser encontrada, miedo a ser asesinada.
La luz en el pasillo era casí nula, y no importa a donde girase todo se veía completamente igual. Estaba enloqueciendo, casí podía jurar que solo daba vueltas en circulo, necesitaba ver algo que no fueran focos parpadeantes o puertas. Fue entonces cuando lo vio, una puerta semiabierta, con luz saliendo de ella.
Era peligroso si, pero era mejor que seguir caminando en pasillos infinitos, asique tomo su vestido entre sus manos para evitar que la tela arrastrandose pudiese delatarla, y con todo el valor que tenía se dirigio en cunclillas hacía la puerta, solo asomandose un poco para verificar que no hubiera nadie.
Entonces la vio... aquella misma mujer, arrodillada en el suelo de una habitación completamente vacía. Su cuerpo temblaba ligeramente mientras que con sus manos se daba pequeños golpecitos en su cabeza. Parecía estar murmurando algo, era demasiado obvio que no estaba en su mejor momento, incluso parecía vulnerable, para nada como horas antes cuando se burlaba de ella con cinismo puro.
Perfectamente pudo aprovechar que la mujer estaba distraida para retroceder e irse de allí antes de que se diese cuenta de su presencia, pero algo la mantuvo ahí, quiza fue la sangre en una de sus manos, esa que se veía igual a las suyas después de uno de los castigos favoritos de su padre. Por un momento se sintio reflejada en ella, era como verse a si misma cuando por fin su padre la dejaba en la soledad de su habitación, y adolorida se dedicaba a pensar en mil formas de evitar enfurecer a su padre otra vez.
¿Que le habría pasado?.
Fue quizas un par de segundos, pero para cuando se dio cuenta de la mirada verde sobre ella fue demasiado tarde. Nunca antes vio a alguien avalanzarse sobre algo tan deprisa. No tuvo tiempo para huir, la puerta se abrio completamente de golpe, y aquel cuerpo se estrello contra ella lanzandola al piso. Intento huir, pero los brazos de la mujer se aferraron a ella como las garras de un tigre sobre su presa.
__¡¡No me mates!!__ Fue todo lo que pudo decir al sentir sus uñas clavarse dolorosamente en sus mejillas.
La pelirrosa la sostenía del rostro con una mano y del hombro con la otra, su cuerpo impidiendo que pudiese huir, pero incluso con aquel porte de cazador, sus ojos seguian derramando pequeñas lagrimas, y parecía más confundida que enojada, como si su actuar fuese solo instinto, tal y como ella cuando decidio salir de aquel cuarto.
__Ojitos bellos...
Fue como si la hubiera reconocido por fin. Pronto el agarre se aflojo y esta se aparto de encima suyo. Ella solo intento no moverse mucho para evitar que la volviese atacar, ambas se miraban alertas, pero con pensamientos muy distintos.
__¿Estas bien?, no sabía que eras tú__ No sabía si estar asustada o terriblemente confundida. Era muy claro que aquella mujer no estaba bien de la cabeza, o porque otra razón cambiaría toda su actitud en solo un par de segundos. No se veía como la maldita que la secuestro y mato a dos personas en su cumpleaños, pero tampoco se veía vulnerable y herida como solo segundos antes, ahora parecía ser una chica normal, con una sonrisa avergonzada y tranquila mientras le hablaba como si no fuese una de sus captores, ni la sangre escurriendo de una de sus manos o el camino de lagrimas en sus mejillas parecía perturbarla.
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Criminal
FanfictionHinata Hyuyga ahora estaba segura de algo.. ni el mas malo es tan malo, ni el mas bueno es tan bueno.