Capitulo 10

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Con la adrenalina y emoción de la carrera, no había espacio en su cabeza para pensar en lo que había hecho, y curiosamenre tampoco en lo que sucedía a su alrededor. El viento soplando con furia sus cabellos, con su corazón latiendo desenfrenado. La adrenalina que experimentaba la cegaba por completo a todo lo que la rodeaba.

En ese momento solo eran ella y Naruto conduciendo una motocicleta a una velocidad para nada permitida, con los rayos del sol golpeando su rostro, obligandola a cerrar sus ojos y dejarse llevar por aquella emocion que jamás había experimentado.

Quizas era el momento de entrar en razón, de pensar en lo que había hecho, de lamentarse u enloquecer por su arrebato de locura... pero lo cierto es que no le importaba, si acaso lo penso un par de minutos antes de que todo se volviese un caos y tuviese que correr con Naruto y Sakura guíandola para huir de la escena. Debería sentirse culpable...¿no? quizas no, despues de todo, eso no arreglaría nada.

Lo hecho, hecho esta.


























Pocas veces en su vida tuvo la oportunidad de prescenciar un atardecer como ese. En medio de la nada, con la carretera a su espalda y el sol ocultandose tras el horizonte. Si retrocedía en sus recuerdos, estaba segura de jamás haber disfrutado aquel pequeño e insignificante acto.

__Pareces muy tranquila.

__Mate a ese hombre...

__Para mi gran sorpresa... así fue__ Naruto se acerco a ella con pasos lentos, quedando a su espalda, con sus manos moviendo ansioso la venda en sus manos, y su mirada curiosa en aquella mujer tan peculiar__ ¿Estas traumatizada?.

__Debería estarlo, ¿no?...

__Sería lo más normal, creo.

Por supuesto, nadie mataría a alguien y después se iría a dormir con la conciencia limpia. La realidad para ella es que el malestar que sentía no era por precisamente eso, la verdad es que lo unico que le molestaba... era sentirse mejor, como si aquello hubiese ayudado a desahogarla.

__Me parece coneja... que eres más parecida a nosotros de lo que pensabas.

Hinata se giro para mirarlo directamente a los ojos. El silencio se prolongo por minutos interminables, todo mientras ella pensaba mil cosas, y el la miraba intentando descifrarla.

__¿Qué los impulso a ser lo que son ahora? quiero pensar que hubo un punto en su vida donde eran... normales,

__¿Qué te impulso a ti a disparar?.

¿Que la impulso? podría dar una lista de excusas para no verse tan inhumana, pero ya lo había pensando durante el tiempo que estuvo mirando el atardecer, la realidad es que no había excusa, desde que tenía memoria había sido criada para eso. Cada acción, cada castigo, cada insulto y amenaza, todas y cada una de las cosas que a vivido hasta ese día, la llevaron hacer lo que hizo, como si fuesen un engranaje, preparandola para estar ahí, para sostener esa arma y disparar sin remordimiento.

__Yo no quería hacerlo...__ Una sola lagrima salio de sus ojos, escurriendo por su mejilla hasta perderse en su menton, todo bajo la atenta mirada del rubio__ pero parece que estaba preparada para hacerlo.

Un largo suspiro escapo de los labios del rubio. Con solo dos pasos más, se acerco lo suficiente a ella para colocar una de sus manos en la cabeza y de esta y acariciar sus cabellos. Hinata cerro los ojos y se dejo consolar por aquella caricia tan superficial.

__Yo... yo quería una casa grande. Quería muchos hijos, un perro y una hermosa esposa que me gritase por demorarme en despertar a los niños para la escuela. Quería que mi hermana viviese enfrente, y poder burlarme de ella cada vez que saliese al jardín con su feo pijama puesto. Quería que su familia y la mía pasaramos juntos las navidades, con mis hijos corriendo al lado de los suyos, y mi cuñado y yo viendo algun estupido partido mientras ella y mi hermosa esposa nos criticaban en la cocina.

__Tampoco querías hacerlo...

__Ni tu... ni nosotros escogimos esto. Es en lo que nos convirtio la vida, y lamentablemente no se nos fue permitido escoger.

__Si pudieras cambiar algo de tu vida...¿que sería?.

Naruto miro la venda en sus manos, esas que debería colocar en los ojos de aquella mujer para que en un futuro no supiese la ubicación de su hogar. Nunca antes había hablado con alguien sobre esas cosas, daba igual la confianza que tenía con su pequeña familia, el jamás diría en voz alta nada de eso, no por temor, sino por verguenza... era un asco de persona que no tenía permitido sentirse mal por los sueños que tenía de niño, no cuando el es quien menos lo merece.

Con mucha delicadeza vendo los ojos de la chica. Una vez listos, sonrio y volvio acariciar los acabellos agenos, esa chica había logrado ponerlo sentimental, y no sabía si eso le aterrorizaba o le gustaba.

__No hubiera ido a la tienda.










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__Espero que con esto hayas aprendido tu lección, Hinata.

__Si... papá.

Una nota... había desafinado una sola nota con su violin. No había nada que le diese más miedo que el fallar en la prescencia de su padre, y para su desgracia, tenerlo enfrente le atemorizaba tanto que fallar es todo lo que hacía.

Conocía las represalias, pero eso no significaba que estas no siguiense afectandole, tanto fisica como mentalmente. Ahora solo le quedaba permancer ahí, completamente desnuda, bajo el sol ardiente, con su inseparable violin sobre su cabeza para que su padre viese que a pesar de la deshidratación, el hambre, los golpes en su espalda, ella aun podía hacer algo bien.

Desde que tenía memoria su vida se trataba de eso... ser perfecta, y de no serlo debería ser duramente castigada. Solo tenía diez años, pero a diferencia de otras niñas de su edad, jugar no ocupaba espacio en su atareada cabeza. La perfección era todo lo que debía alcanzar, quizas así algun día su padre la miraría con orgullo, y dejaría de compararla con su difunta y perfecta madre.

__Señor, la señorita Hinata.

__Callate Chiyo...

__Pero señor... mi niña.

__ Te he dicho que te calles.

El rio bajando por entre sus piernas no fue más que un recordatorio de su error. La humillación de tener que recurrir aquello enfrente de su nana y de su padre, era siempre lo más doloroso de aquel cruel castigo, pero llorar se le era prohibido, asique mantuvo sus ojos cerrados, intentando olvidar aquel asqueroso acto de su cuerpo.

Diez años... era solo una niña, una niña que a esa edad ya soñaba con el día en que su padre falleciera, guardando la esperanza de alcanzar de cumplir su meta antes de que eso pasase y así por fin... así por fin ser libre.


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🧟‍♀️

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