Capitulo 3

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__Tú la pediste, no es mi culpa.

__Eres un bobo, no lo decía enserio.

Había recuperado la consciencia tan solo unos minutos atras gracias a la discusión que se montaba a unos metros de ella. Con sus manos atadas por detras de la silla en la que se encontraba, y sus piernas sujetas con cinta, realmente no tenía opciones para evitar lo inevitable. Tuvo que reunir todo el valor que no sabía que tenía para levantar la cabeza y mirar directamente a sus secuestradores.

En ese momento no se sentía preparada mentalmente para confrontar su situación actual, y el hecho de ver a esos psicopatas vestidos con sus ridiculos pijamas mientras jugaban poker en una mesa frente a ella no le hacía nada de bien. Todo parecía surealista, como si solo estuviese soñando y pronto su padre entraria por la puerta de su habitación a gritarle mil insultos por su escapada de anoche antes del discurso de su hermano... lamentablemente no fue así, y lo unico que sucedio fue que tres pares de ojos se volvieran hacía ella como si hubiesen sentido el peso de su mirada sobre ellos.

__Vaya vaya, dormiste mucho, ojitos bellos__ la primera en hablar fue aquella mujer e inmediatamente los recuerdos de como degollaba a un chico de su misma edad en su propia casa la golpearon.

Su corazón se acelero repleto de miedo, pero su rostro se mantuvo estoico tal y como su padre le había enseñado a permanecer cuando tenía problemas. No pudiendo aguantar la mirada pesada de la mujer, desvio su vista a los hombres que reconocía como los mismos que habían estado junto a la chica en su fiesta. El hombre de cabello negro la observaba con aburrimiento, sus ojos de color carbon permanecían entrecerrados, como si nada a su alrededor pudiera perturbarlo, su cuerpo se veía bien trabajado y por lo relajado que se veía supo que no la veía como algo con importancia.

Temerosa miro al segundo chico, quedando aun más confundida al notar la enorme sonrisa falsa que este sostenia en su rostro. Parecía el tipico chico lindo que te ayuda a cargar los libros en la universidad, seguramente podría engañar a cualquiera con su aura angelical, y eso es lo que mas asco le daba, que incluso ella habria caído en su engaño de haberlo topado en la calle sin más, de no ser porque ahora estaba del otro lado de la moneda, atada y vulnerable.

__No parece muy habladora.

__Normalmente  se despiertan gritando y suplicando, me agrada la coneja.

__A ti te agrada medio mundo, Naruto.

__Callate Itachi.

__¿Que quieren de mi?__ Ni ella sabía de donde había sacado la valentía para enfrentarlos, y claramente dudo de si había hecho lo correcto cuando el silencio volvio a instalarse en aquella habitación oscura y vacía, solo teniendo seis ojos sobre ella como respuesta__ ¡Digan algo!__ Más que una exigencia fue una suplica, si debía morir a manos de esos monstruos, como minimo quería saber la razón.

__No queremos nada de ti ojitos bellos__ Su cuerpo se estremecio con miedo al ver a la mujer ponerse de pie para acercarse a ella con pasos lentos, siendo inmediatamente seguida por los otros dos__ Mi hermanito te trajo porque penso que era verdad lo del intercambio, fue solo un accidente.

Un accidente... había asesinado a dos personas enfrente suyo, la habian tomado por la fuerza, golpeado, atado y secuestrado... y para ellos eso era un maldito accidente. Tuvo que tragarse los insultos furiosos que deseaba gritarles, se sentía humillada y asqueada, parecía que el mundo entero se ponía de acuerdo para hacerla pasar mal.

Entonces parecio que la mujer se dio cuenta de lo que estaba pensando, porque su risa estridente se adueño de cada rincon en la habitación, casi rompiendo sus timpanos, y destruyendo la poca dignidad que aun conservaba. No pudo más que bajar su cabeza para que su cabello evitara que la viesen llorar de impotencia.

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