Cuentos Para Monstruos

Día de los Muertos

En la mesa junto la ventana habían chocolates, pan, frutas y velas.
Parado frente a aquella ofrenda había un hombre recordando a su esposa mientras le invadía la nostalgia.

-Te extrañó mucho, Helen. Quisiera poder hablar contigo una vez más, abrazarte, repetirse mil veces que fuiste el amor de mi vida. Quisiera poder darte un último beso. Te extraño tanto...

De pronto, en medio de la noche, la puerta se abrio y una mujer entró a paso lento. El hombre la vio acercase y pararse frente a él, sonriendole con dulzura y mirándolo fijamente.

-Ella también te extraña y lo sabes- Dijo la muerte- Ahora debemos volver, el tiempo se ha terminado. Dale una última probada a la comida, porque no regresarás hasta el próximo año.