Capitulo 24

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Entro por la puerta del gimnasio y me sorprendo al ver la recepción vacía.

Después de deja mis cosas entro en la sala y algunos se giran a verme curiosos aunque después vuelven a lo que estaban haciendo.

-¿Has visto a mi hermano?-le pregunto a uno de los chicos.

-Creo que hoy no ha venido-responde y yo le agradezco para seguidamente alejarme.

Cojo mi teléfono y marco el número de Adam.

-Dime enana-responde al tercer tono.

-¿Donde estas?-le pregunto y él maldice al otro lado de la línea.

-Se me olvido avisarte de que hoy no podía ir al gimnasio, ¿puedes entrenar sola hoy?-pregunta.

-Si, claro, no te preocupes, tampoco es tan difícil-le respondo y él suspira aliviado.

-Genial, nos vemos mañana entonces, te quiero enana-se despide para después colgar sin dejarme responder.

-Fantástico-murmuro dejando el teléfono sobre uno de los bancos .

Cojo los guantes y las vendas y me siento para comenzar a vendarme las manos.

-¿Hoy entrenas sola?-levanto la cabeza al escuchar la pregunta y mis ojos chocan con los de alguien que conozco muy bien.

-Eso parece, mi hermano no viene hoy-le respondo bajando de nuevo la mirada para ver mis manos.

-Te ayudo-dice agachándose y tomando mi mano entre las suyas junto a la venda.

-¿No entrenas?-le pregunto y el sonríe levemente.

-¿Quieres que entrenemos juntos?-pregunta con una ceja alzada.

-No te he dicho eso-le respondo veloz y él ríe.

-Lo sé, te estoy preguntando yo-explica cambiando a la otra mano para comenzar a vendarla.

-¿Estas seguro?-le pregunto y el levanta la cabeza para mirarme.

-Nunca he estado más seguro-responde y yo sonrío aunque rápidamente intento disimularlo.

Una vez venda mis manos y yo me pongo los guantes los dos nos ponemos de pie y caminamos hasta la parte donde suelo entrenar con mi hermano.

-Golpea-dice poniendo delante de él las dos almohadas color rojo.

Comienzo a golpear y él a veces me ataca para que sea yo quien deba esquivar.

Pasamos una hora entrenando hasta que mi reloj en la muñeca comienza a sonar.

-Parece que hemos terminado-le digo quitándome los guantes.

-¿Tienes algo que hacer?-pregunta quitándose él también los suyos.

-Ir a casa, cenar y dormir-le respondo dejando los guantes a un lado para quitarme las vendas.

-¿Quieres cenar conmigo?-pregunta con precaución.

Le miro sorprendida y él me dedica una sonrisa.

-Tendría que llamar a mi madre y hará muchas preguntas-comienzo a decir.

-Entiendo, ¿no quieres?-me interrumpe, levanto la mirada para chocar con la suya.

Quiero, claro que quiero, pero no se si debo.

-¿Dónde iríamos?-pregunta alzando la ceja derecha.

-Puedes decidir, aunque recuerdo que a la pequeña Brooks le encantaba la pizza-responde haciendo que sonría en su dirección.

El arte en sus colores (MEYAB#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora