└|Ladrón de comida|┐ ☞ Kookmin

02

Hoy era un miércoles por la tarde, Jungkook estaba sentado en su escritorio haciendo números y números con una pequeña molestia en mente que no le dejaba pensar a gusto. Quiso deshacerse de aquel pensamiento molesto y finalmente llamó a su madre.

El castaño había llamado a su madre por la simple y sencilla razón de que ella no había llamado para regañarle por el desastre que dejaba y que ella recogía, era extraño que hubieran pasado más de 4 días siendo recibido con deliciosa comida casera y una casa impecable sin que lo llamara, al menos para saludar o avisar que ella era quien dejaba su casa impecable, así que para quitarse la duda, llamó a su madre, ella tardó en contestar, pero finalmente después de una llamada perdida y el tercer tono, ella contestó.

— ¿Madre? ¿Porque no has llamado?—

— ¡Oh mi cielito! Perdoname, eh estado ocupada explorando las calles de París, ¿Porque? ¿Necesitabas algo, mi niño?— dijo su madre con un tono cariñoso y acojedor, típicamente, como el de una madre.

— Yo ham, entonces, ¿No has estado en casa?— preguntó, no queriendo decir más para no alarmar a su madre.

— No, pero si me necesitas puedo ir ya mismo para allá si— Jungkook interrumpió.

— No, no, no te preocupes madre, estoy bien, solo quería saber cómo estás, hace mucho que no te veo y... Eso. ¡Pero ya se que estás bien y ahora puedo seguir trabajando en paz así que adiós!— y colgó.

Bueno, podía mentirle a su madre pero no a si mismo, la llamada solo había hecho que la mente le carcomiera más. ¿Y si era un ladrón? ¿Y si era un fantasma maligno? ¿Una persona malvada?.

Los pensamientos surgieron, llenándolo poco a poco de pánico, el cual bajó un poco cuando recordó que ninguna de sus cosas había desaparecido, simplemente su casa era limpiada y quién sea que estuviera haciéndolo, también le preparaba deliciosa comida, se alarmó de nuevo al pensar que podría estar envenenada, pero volvió a calmarse al ver qué no había enfermado en estos días.

Aunque estaba un poco preocupado por la idea de que alguien desconocido le limpiara la casa y le hiciera de comer, el estaba consciente de que eso llevaba tiempo y esfuerzo, y que requería de un buen monto. Aunque no se lo hubiesen pedido el lo daría, no se sentía cómodo recibiendo algo gratis.

Y así, fue como pasó su tarde, pensando y pensando, pasó tanto tiempo que no se dió cuenta lo avanzado que iba en el trabajo, todo esté tiempo había estado haciendo cuentas inconcientemente mientras pensaba en lo de su casa, tanto así que cuando se fijó, se sorprendió de lo bien que iba.

Con un mejor humor, tomó su saco y por primera vez en lo que llevaba trabajando ahí, salió de su oficina con el saco en el brazo y no puesto. En cuanto dejó su oficina, muchas personas se le quedaron mirando, algunas empezaron a susurrar y a escribir en su celulares, Jungkook no tenía ni idea de lo que pasaba, así que solo se apresuró en salir de ahí para ir directo a su casa.

Lo que el nunca se iba a imaginar, es que aquellas empleadas habían hecho aquello al admirar el musculoso y trabajado torso que se marcaba en su camisa algo apretada, jamás lo habían visto, y cuando lo hicieron, varias empezaron a poner sus ojos en él.

Cuando llegó a su casa, empezó a fijarse más en los detalles, entró en ella como siempre, se quitaba la corbata, se desfajaba la camisa y arremangaba sus mangas. Al hacerlo, empezó a inspeccionar mejor. La luz del baño estaba apagada, el la había dejado prendida. El televisor estaba libre de polvo, el piso parecía limpio y la mesa estaba servida como en estos últimos días, los platos sucios de ayer estaban limpios y la puerta que da para el patio estaba emparejada.

Había descubierto como es que entraron a su casa, y por suerte había sido una buena persona. Suspiro y dejó que su cansancio le dominara, se sentó en la silla y con un apetito enorme, empezó a devorar la deliciosa comida que le había estado esperando.

Aquella noche al terminar su cena, pudo recordar que tenía una pequeña cámara que había comprado hace mucho por puro gusto, nunca le daba uso y solo estaba olvidada en su cajón, así que decidió que le empezaría a dar un uso mañana por la mañana.

~★★★~

Y si señores, hoy era otro día para el castaño con músculos, y en sí, su mañana estaba yendo muy extraña. Les contaré.

En la mañana después de desayunar, Jungkook dejó un sobre con dinero en la encimera de su casa, escondió la mini cámara en una lámpara que tenía vista a toda la sala y cuando llegó a su trabajo, varias secretarias estaban llendo con él por la más mínima excusa, ya sea desde pedir o devolver una pluma, hasta traerle un simple café, fácilmente, el no que lleva del día, habían venido al menos unas 13 secretarias y solo dos de ellas con una razón realmente importante.

Era muy extraño este tipo de comportamiento ya que nunca antes le había pasado así y tan de repente, pero hey, no se quejaba, al menos no estuvo solo por mucho tiempo.

Pero con el pequeño Jimin, pasaba todo lo contrario.

Jimin estaba en casa de Jungkook, de nuevo, estaba solo y estaba disfrutando de acear la casa del individuo que vivía ahí, todo iba bien hasta que llegó a la parte de la cocina, donde encontró un sobre amarillo, le había dado algo de curiosidad así que no puedo resistir a no abrir el sobre. Al ver el contenido de este, abrió los ojos de sobremanera, formando una "o" con sus labios. Jimin estaba sorprendido, el que vive aquí dejó un sobre con dinero ahí, seguro era de alguien. Se apresuró a checar el sobre y para su buena o mala suerte, estaba escrito en el sobre un "Para quien hace el aseo" con una bonita letra de molde perfectamente entendible.

Al de baja estatura le encantó esa letra, pero se entristeció al leerla. Al parecer el dueño de esta casa ya había contratado a alguien más para que le hiciera el aseo. Jimin no quería problemas, así que entre tanto, se despidió de la que había sido su refugio para no volver de nuevo. Iba a extrañar oler a vainilla y pasar las tardes calientito y con el estómago lleno, pero no había de otra. Terminó con la cocina, preparó la comida y con un suspiro de tristeza, se fue de ahí hacia el parque donde se había establecido anteriormente, a pasar muchas tardes en soledad.

Como lo había hecho por más de 9 años seguidos...