└|Ladrón de comida|┐ ☞ Kookmin

05

— ¿Y-Y cómo se llama ese chico?— pregunte aun con la mirada baja.

Él solo rió y me contestó— te dare una pista, está sentado en mi cama, con mi sudadera y los calcetines que me regalaron en navidad y nunca me quedaron—

Tragué saliva y hablé— ya entendí, ¿llamarás a la policia?— pregunté jugando con mis dedos.

— Bueno, parece que no te quedó claro pequeño— volvió a reír — No llamaré a la policía, te traje aquí porque no quería dejarte tirado ahí, además, necesito alguien que me ayude, como pudiste observar, no limpio mucho la casa— rascó su nuca sonriendo, él era muy lindo.

— Así que... ¿Puedo quedarme?— pregunté entusiasmado.

Él sonrió y respondió— Claro que puedes, lo único que tendrás que hacer, es mantener la casa limpia y esperarme para la cena

Oye, esto es demasiado bueno para ser verdad, ¿deberia preocuparme?...

Nahh

— Entonces eso haré, Jungkook— contesté sonriente.

Él sonrió un poco más y de su bolsillo sacó un sobre, el mismo sobre que hace mucho no tomé por tonto.

— Esto es tuyo, espero que empieces a comprarte las cosas que necesites, y tranquilo, el shampoo de vainilla es tuyo ahora— dijo relajado.

— No es necesario, de verdad, estoy bien nada más con que me dejes quedar aquí

— Bueno, para mí es necesario, ese dinero es tuyo, tómalo o me harás sentir mal—

— Bieeeen— rechiste con una sonrisa.

~★★★~

Hacía 3 meses que Jungkook me había permitido vivir con él, y que decir, los mejores y más bonitos meses de mi vida.

El primer mes que estuve en casa, era como lo habíamos hablado. Recogía la casa por las tardes, y finalmente esperaba a Jungkook en las noches para cenar. Comíamos entre risas y anécdotas de su trabajo, aunque algunas veces me molestaba que casi todas sus anécdotas fueran de las secretarias ofrecidas que tenía en el trabajo, el ambiente era divertido y relajado.

El segundo mes fue aún mejor; una de las cosas más geniales que pasaron, es que encontré una guitarra por ahí arrumbada en el clóset de Jungkook, estaba polvorienta y las cuerdas ya no servían, así que con el dinero que ganaba, compré las cuerdas para la guitarra. A Kook no le había importado mucho que tomara su guitarra ya que el casi no la sabía utilizar, contaba que fue un regalo de su madre en su cumpleaños número 15, pero que jamás aprendió a utilizarla bien.

Me animé mucho cuando dijo que me la regalaba, a mí me gustaba mucho cantar y tocar, incluso tenía algunas canciones creadas por mí. Pasaba las tardes tocando y componiendo después de terminar de limpiar. Cuando era hora de la cena, guardaba la guitarra en su estuche e iba a cenar con Jungkook, o Kookie, el lindo apodo que salió conforme pasaba tiempo con él.

Ahora eran una de esas tardes en las que ocupaba el tiempo para practicar y componer.

Aunque había algo que me llevaba molestando desde hace unos días, una canción que hace mucho había compuesto y subido a YouTube. Me entró la curiosidad cuando recordé el nombre, Serendipity se llamaba.

No tardé mucho en buscar la canción, encontrándome con que ahora tenía miles de reproducciones, y eso me hacía muy feliz, pensar que a algunos miles de personas les gustaba lo que salía de mi corazón me daba una bonita sensación, me animaba y daba ganas para seguir componiendo.