Parte 3

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Por más que Lan Zhan intentó quitarle la cinta de las manos al infante no lo consiguió; no porque no tuviese más fuerza o habilidad, sino que una vez la alejaba de sus manos, al pequeño se le llenaban los ojos de lágrimas y hacía un puchero y Lan Zhan no tenía corazón para soportar esa mueca, no de Wei Ying, así que perdió la lucha contra un bebé de tres a;os y le dejó la cinta de su frente.

Lan XiChen observaba la escena divertido, si Lan Zhan tenía una debilidad seguramente sería el joven maestro Wei, quizás debería comenzar a referirse a él como el pequeño maestro Wei.

—Wang Ji, no es apropiado tener al pequeño maestro Wei en ese estado —señaló dulcemente el primer jade, y solo así el segundo recordó que el niño no llevaba ninguna clase ropa, solo estaba cubierto por sus propias mangas protegiéndolo del aire de la madrugada. Wang Ji miró a su hermano mayor, una muda pregunta fue formulada. Definitivamente, en sus aposentos no había ninguna prenda para niños.

—Creo que debemos molestar a las cultivadoras de las secta.

Wang Ji se movió rápidamente y buscó una manta con la cual cubrir el pequeño cuerpo de Wei Ying para que no tuviese frío una vez en el exterior. Cuando estuvieron listos, ambos partieron hacia las residencias de las cultivadoras, aisladas y protegidas por barreras mágicas, con el fin de mantener una estricta separación entre los géneros de los aprendices de la secta Gusu Lan.

Una vez llegados al portal, las guardianas los detuvieron, Lan XiChen explicó la situación inusual y los dejaron pasar. En la secta Gusu Lan, era muy raro la presencia de infantes, así que ante la noticia de uno, incluso si era el joven maestro Wei, despertó el interés de las cultivadoras, quienes trataban de esconder sus instintos femeninos de querer consentir al adorable pequeño que masticaba y babeaba la cinta del segundo jade, sin importarle su alrededor, aunque sus ojos nunca perdían contacto con la persona que lo sostenía en brazos.

Poco tiempo después, el pequeño fue vestido con ropa blanca, perteneciente al clan. El inamovible rostro de Lan Wang Ji se mantuvo así para el resto de los presentes excepto para su hermano, quien adivinaba lo que pensaba el segundo jade con bastante facilidad. De regreso a los aposentos de Lan Wang Ji, el pequeño se durmió sobre su hombro, aún con la cinta aferrada fuertemente a una de sus manos mientras que su otra mano descansaba cerca de su boca, chupándose el pulgar suavemente, dejando escapar un pequeño rastro de saliva sobre la ropa del segundo jade.

El niño no despertó sino hasta las 9 de la mañana de ese día, su estómago pedía a gritos comida y Lan Zhan se había preparado para ello previamente, lo que nunca calculó fue que su tío y su hermano estuvieran en su habitación en ese momento. Su tío al enterarse que su sobrino había traído un bebé, inmediatamente fue a pedir explicaciones, y él estaba dándoselas junto con su hermano cuando Wei Ying despertó llorando.

Su prioridad inmediatamente cambió, fue a buscar al pequeño y cuando regresó lo traía en brazos, tu tío lo miró frunciendo el ceño y un tic apareció en su ojo izquierdo.

—Tío —fue lo único que dijo Lan Wang Ji cuando se sentó para poder darle de comer a Wei Ying. Lan Wang Ji sabía que era observado pero no le importó, las explicaciones podían esperar, el estómago de un bebé no.

Lan Wang Ji sabía del poco agrado que tenía su amante hacia la cocina de Gusu, así que había preparado una comida para el pequeño, sin embargo, era un bebé y terminó haciendo algo de papilla desabrida que, como era de esperarse, no le gustó en lo absoluto.

A partir de allí fue una verdadera batalla darle el alimento. Ciertamente Lan Wang Ji era tolerante con Wei Ying, pero llegaba un punto en donde perdía la paciencia, en otros momentos él podría usar la fuerza para someter a Wei Ying pero siendo él un bebé ¿cómo podría?, sólo tuvo la opción de regañarlo:

—Wei Ying, basta. Come —hablándole como le hubiese hablado a la versión adulta de él, logró que el pequeño lo mirara, y pocos segundos después lágrimas silenciosas corrían por las mejillas regordetas del bebé. Lan Wang Ji se tensó, pero el pequeño tomó parte de su ropa para acerca el cubierto lleno de aquella desagradable mezcla, viendo sus intenciones, Lan Wang Ji lo ayudó a no derramar el contenido, Wei Ying lo comió, pero cada cucharada era como una tortura, mientras más comía, más lágrimas derramaba pero no volvió a ponerse caprichoso.

La última cucharada finalmente llegó, pero Wei Ying tapó su boca, Lan Wang Ji le concedió dejar eso. Sin embargo, Wei Ying tomó la cuchara con el resto del contenido y trató de acercarla al rostro del mayor, Wei ying quería alimentar también a la persona que lo cuidaba. Lan Zhan comprendió esto, y acercó sus labios al cubierto pero, quién hubiese esperado que justo en ese momento, Wei Ying estornudara y el contenido de la cuchara terminara en el rostro perfecto de Lan Wang Ji.

—¡Suficiente! —dijo su tío al salir alterado de la habitación. Lan XiChen tuvo que contener sus ganas de reír y Lan Zhan solo pensó, por breves instantes, que realmente era difícil criar niños, sobre todo si estos eran Wei Wu Xian.


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Voy a admitir que me gusta esto

Los problemas del segundo jade [WangXian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora