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Mi despertador sonó y todo el cuerpo me pesaba, era la primera vez en mucho tiempo que dormía casi nueve horas seguidas. Pasé quince minutos aún acostada en la cama, viendo las flores que seguían sobre la mesa hasta que volvió a sonar mi alarma y solté un respiro antes de levantarme.
Tenía automáticamente conectado el bluetooth en mis bocinas al apagar la alarma y comenzó a sonar Thunderclouds de Sia y Diplo. Después de lavarme la cara y tomar un poco de agua, fui hacia la mesa de la cocina, tomé el pequeño papel entre mis manos y lo abrí.
"Felicitaciones por el premio. Sigue cumpliendo tus sueños, La.
Sos la mejor.
P."Mi corazón palpitaba al cien por hora. Las flores eran suyas. En el fondo lo sabía y siempre lo supe pero confirmar que era cierto me hacia dar mil vueltas a velocidad luz. Leí cinco veces más el papel hasta que mi teléfono sonó. Había quedado con Miguel Ángel de ir a comer, así que aproveché la mañana para hacer un poco de ejercicio antes de iniciar todos los planes que teníamos el día de hoy.
Regresando me di un baño y me vestí con unos pantalones blancos de tiro alto y un top negro, Miguel pasó por mí y nos dirigimos al restaurante. Al llegar nos encontramos con unas amigas españolas suyas que estaban de vacaciones en Argentina y las invitamos a nuestra mesa.
—Hola guapa, ¿qué tal? —Me saludó una mujer alta con pelo rubio y rizado, vestía unos pantalones acampanados negros con un body de encaje y un saco a juego. Bastante hermosa.
—Hola linda, todo bien, ¿vos?
—Shei, ella es Lali Espósito —Me presentó Miguel.
—Miguel nos ha hablado mucho de ti, eres mucho más guapa de lo que imaginábamos, ¿o no, amor? —La otra chica tenía el pelo morocho y con ojos verdes, también muy linda.
—Cierto amor. Hola Lali, me llamo Eva. —Se acercó a mí para darme dos besos como ellos solían hacer, yo le sonreí.
—Qué tal, Eva. Un gusto.
Miguel Ángel se encargó de pedir uno de los mejores vinos españoles que tenía el restaurante y un par de entradas mientras charlábamos.
Durante la comida Sheila y Eva nos contaban lo que habían podido hacer estos días en Argentina, habían llegado recién de Bariloche pero aún les faltaban varios lugares de la ciudad. A mí me sonaba un poco la cara de Sheila, la rubia y no fue hasta casi un par de horas después que Miguel nos contaba una anécdota de ellos dos de vacaciones con su familia, que al final resultó que Sheila era hermana de Mario Casas. Miguel y él habían sido compañeros durante el secundario y los padres de ambos amigos de la vida.
—Oye Lali, por cierto. Muchas felicidades por el premio, vimos una nota donde salíais los dos muy guapos.
—Muchas gracias, Miguel muy lindo me acompañó. —Lo miré para agradecerle con una sonrisa.
—Me encantó el vestido de llevabáis. Te veías hermosa, tía.
—Ay, bueno gracias, de verdad. —respondí tímida.
—Y bueno, la foto de los dos juntos unos bombonazos. Cualquiera creería que son pareja, eh.
—Basta Shei. —comentó Miguel con una sonrisa tímida.
—Amor, no digáis eso. Lali, tú tienes novio, ¿no?
Por un momento imaginé haber escuchado esa pregunta pero no, Eva y Sheila me veían emocionadas mientras Miguel se quedó mirándome esperando a que respondiera.
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A Mi Manera 2
Teen FictionLa carrera de Lali comienza a despegar como ella siempre lo quiso. Al mismo tiempo que la de Peter descendía. Después de un momento de enojo, desacuerdos y falta de confianza, su destino tomó otro camino. ¿El amor vencerá la desconfianza y la menti...