A Mi Manera 2

Capítulo 5

—Mirá —Me enseñó una foto en su historia que me había tomado mientras brindábamos.

—Ay, te voy a extrañar, boludo. —Lo miré y Miguel volteó a verme mientras caminábamos por el puerto

—Y yo a ti, cariño. Sois una mujer maravillosa, de las pocas personas que he conocido así tan genuinas.

—Bueno, vos además de esa carita linda que tenés —le di un apretón leve a su mejilla—, sos un buen pibe, sos lo máximo, Miguel.

—Me alegro que nos hayamos conocido. —Me sonrió.

—Quién hubiese pensado que me cruzaría con el gran Miguel Ángel Silvestre en un viaje solo por la Bella Roma... —dije con humor.

—Bueno, nadie tiene la suerte de cruzarse con Lali Espósito en un viaje caminando por las calles, la futura actriz de los Óscares.

—Ay, calláte. —Le di un pequeño empujón mientras reíamos juntos.

—Enserio, creo plenamente que ganaráis un montón de premios, una actrizasa. Prométeme que seguirás luchando por ese sueño que teneís. —Me tomó de la mano mirándome a los ojos. Yo asentí.

—Lo prometo...

Nos detuvimos en un punto para admirar la vista de la ciudad que estaba del otro lado con la gente caminando, niños riendo, familias disfrutando del día y una que otra pareja de la mano. Me recargué en el barandal del puente mientras los veía pasar.

—Y quiero que me prometéis que hablaráis con él —volteé a verlo sorprendida y un poco confundida por su comentario.

—No lo sé...

—Lali, sé que lo queréis aún, lo puedo ver en tus ojos y en la forma en que brillas cuando habláis de él. Cómo también, sé cada hecho que pasó y por eso mismo, él necesita enterarse de todo y tú también escuchar lo que tiene que decir. No tengo duda que el chaval está totalmente enamorado de ti.

—Yo tampoco lo dudo pero me lastimó mucho, ¿entendés?, rompió la confianza que me tenía y por una boludes.

—Pero parece arrepentido porque sino no hubiera pasado más de un mes insistiendo, enviándote flores en tu cumpleaños, en Navidad, ahora en los premios. El tío te sigue buscando y tiene un porqué. Como hombre te lo digo.. no buscas a una mujer que realmente no te importa.

—Son muy complicados ustedes los hombres, eh. —reímos.

—Algo. Todo humano es complicado y tú también, cariño. Date la oportunidad de escuchar lo que tenga que decir.

—Lo haré —suspiré profundo—. Te quiero tanto. —Me acerqué para darle un beso en la mejilla y abrazarlo.

—Yo a ti, guapa. —Al separarnos, casi me caigo cuando un perro se acercó a mí y se puso detrás mío sin que yo lo viera.

—¡AY! —Miguel me agarró del brazo para no caerme.

—¿Estás bien?

—Sí, sí. Perro, casi me matás. —me agaché para poder acariciarlo, era un border collie blanco y negro con pecas en su nariz— Hola hermoso, que lindo que sos —decía con voz de nena—. ¿De dónde saliste, vos?, ¿tu dueño dónde...? —levanté la mirada y me callé.

Me levanté del piso mientras Peter caminaba lentamente hacia mí, estaba con unos jeans, camisa blanca y un abrigo marrón que le quedaba perfectamente bien, se veía muy lindo.

—Hola —solté cuando lo tenía a pocos metros de mí.

—Hola —me sonrió.

Miguel tomó al perro de la correa y se lo entregó.