2. Estupido brazalete.

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Anne Shirley.

¿Alguna vez he mencionado lo mucho que odio a Gilbert Blythe? porque lo estoy haciendo con todas mis fuerzas, aunque no puedo culparlo del todo por ese tonto castigo.

A pesar de mi gran temperamento, nunca he sido una chica que busca problemas, excepto cuando Gilbert aparece, y la verdad es que la mayoría del tiempo tratamos de ignorarnos pero siempre terminamos discutiendo y creando alboroto.

Estaba recostada en mi cama pensando en el lío que me había metido.

-¿Cómo rayos voy a dirigir una obra de teatro?—pregunté en voz alta—o peor aún, ¿Cómo voy a soportar a Blythe todas esas horas extras?

Me volteé boca abajo y gruñí en mi almohada, y como era de esperarse me quedé dormida después de eso.

...

-¿Hola?—contesté adormilada.

-¡Te mandé miles de mensajes! ¿por qué no respondías?— a penas podía reconocer su voz, no estaba del todo consciente, solo quería colgar y volver a dormir.

-Juli, ¿por qué llamas a estas horas? estaba dormida—rasqué mi cabeza.

-¡Son las tres de la tarde!

-Exactamente, esa es mi hora de dormir. Bueno, no importa ¿qué pasó?

-¿Qué que pasó? Anne ¡te llevaron a dirección junto a Gilbert! ¿recuerdas?— oh si, lo había olvidado, y también había olvidado que nos sacaron a mitad de la última clase frente a todos.

-Si, eso...—tallé mis ojos fuertemente—estamos castigados y haremos una obra de teatro.

-¿Una obra?—soltó una pequeña risa—¿por qué una obra de teatro? creí que los pondrían a ayudar en la cafetería o algo parecido.

-También lo pensé, pero el director McGrath quiere que ayudemos al club de teatro escolar, dice que no hay nadie quien dirija la obra este año, además dijo algo sobre mejorar la relación entre Blythe y yo, esas tonterías.

-Yo pienso que suena divertido, aunque me preocupa la parte de Gilbert y tu juntos.

-Tendré que ponerle una bolsa de papel en la cabeza para no explotar con tan solo ver su cara.

-Algunas veces me das miedo, Anne—reímos levemente.

-Es una broma, soy una persona muy tranquila y paciente.

-Aja, fingiré que es muy creíble. ¿y por qué los sacaron esta vez?

-Me arrojó una hoja de papel a la cabeza varias veces, dijo que fue un accidente entonces accidentalmente lo golpeé en la mejilla con el libro de ciencias, y el señor William observó todo.

-No puedo creer que en serio se odien tanto—comenzó a reírse—digo, han tenido esa rivalidad por tantos años.

-¿Acaso no conoces a Gilbert? es tan... irritable—resoplé cansada.

-Pero no tanto como Billy Andrews, ¿cierto?

-Tal vez no debemos compararlos, Andrews no tiene límites para ser un odioso idiota.

-Tienes razón, además Gilbert me parece un chico simpático, incluso creí que le gustabas.

-¿Gustarle a Blythe?—no sabía si reír o decirle que estaba completamente al borde de la locura, digo ¿quién se comportaría así con la persona que le gusta?—Eso solo sucedería si existiera un universo alterno, uno muy lejano.

-¡Lo digo de verdad! espera...—pausó un momento—¿recuerdas aquel brazalete verde que te dieron en tercer grado? el día de san Valentín.

-Claro,  me lo dió ese chico que se cambió de escuela al siguiente año ¿Edmond, no?—no entendía porque de pronto lo mencionaba.

Ramé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora