Musica bajo El Reflector

Capitulo 2: Antes del espectáculo

Amity POV:

Dejé de escribir en mi cuaderno por un momento, dejándome caer en mi silla con un suspiro. Jugué con el dobladillo de mi suéter, mirando la holgada tela morada por un momento antes de frotarla entre mis dedos. Echando un vistazo a mi cuaderno, me burlé de lo que escribí.

Era otra carta, una carta especialmente para Luz. Una que sabía que no la iba a enviar. Echando un vistazo a la parte inferior, noté cómo firmé mi nombre. Era cursiva, mucho más elegante de lo que solía firmar mi nombre en cursiva, y para colmo, puse un corazón al final.

Un fuerte gemido escapó de mi garganta mientras me hundía más en la silla. Alzando la mano, arranqué la página de mi diario y la hice bolita antes de tirarla a la basura. "¿Qué estás haciendo Amity?" Escuché a Boscha preguntarme, sin siquiera levantar la vista de su pergamino.

Pasos resonaron detrás de mí, luego el sonido de alguien arrugando un papel siguió justo después, haciéndome saltar de mi silla. Rápidamente me di la vuelta y miré para ver quién estaba mirando la nota, y no era nadie más que Mattholomule.

Sus ojos observaron la carta por un momento, y rápidamente me apresuré a quitárselo de las manos. Puso los ojos en blanco y me empujó lejos de él, todavía leyendo la carta. A pesar de que era más bajo que yo, fue una lucha tratar de quitarle la carta.

"Es una carta para la humana, de nuevo". Se rió, empujándome con rudeza de nuevo para ganar algo de tiempo.

"Matt, por favor, yo… ¡dame eso!" Siseé, tenía la cara roja del enojo.  Estirándome hacia él, le quité la carta de las manos. Gritó de dolor y se llevó parte de la mano a la boca, mirándome porque le hice un corte de papel.

"Idiota." Siseó en voz baja, llevándose la mano a los labios. Rompí la carta en pedacitos y luego la arrojé a la papelera.

"Igualmente" Le dije, empujándolo hacia adelante. Matt simplemente me sorprendió mientras se alejaba, desapareciendo en la sala de sonido. "¿Por qué no vas a ser algo útil y revisas la cabina de sonido?" La llamé enojada. Boscha suspiró, ahora apartando la mirada de su pergamino.

"Ya sabes," comenzó, sentándose un poco más en su bolsa de frijoles. "Si yo fuera tú, ya le enviaría una. Por ejemplo, escribe cómo está, cuánto la extrañas y nomas envíala". Su pergamino sonó, y una vez que lo miró, instantáneamente sonrió y comenzó a escribir.

Me volví a sentar en mi silla y suspiré, apoyando la cabeza en mi mano. "Pero si hago eso, sonaré demasiado empalagosa o desesperada". Murmuré, mirando a la mesa. Pasando mi dedo sobre él, seguí las delicadas líneas que estaban grabadas en la madera.

Boscha terminó de escribir su mensaje y se puso de pie, caminando lentamente hacia mí. Puso una mano en mi hombro, dándome un ligero apretón. "Bueno, enviar una carta que suene pegajosa sería mejor que no enviar una durante casi dos años, ¿verdad?" Ella me preguntó, lo cual solo gemí y enterré mi rostro en mis brazos.

"¿Cuál es el punto de todo  esto?" Murmuré, pasando mis dedos por mi cabello. "A estas alturas, ella de seguro ya se ha olvidado de mí". La idea de que Luz no recordara quién soy era mi gran temor, pero no iba a demostrarlo.

Boscha puso los ojos en blanco y volvió a escribir en su pergamino. "Bueno, por lo que dice Willow, no creo que ese sea el caso". Me senté, volteando hacia Boscha buscando algún tipo de broma.