Musica bajo El Reflector

Capitulo 20: Torturar

Eda POV:

Los cuatro salimos del hospital, los Blights riendo y dándose codazos. King se retorció en mis brazos, finalmente se soltó de mi agarre y trepó hasta mi hombro.

"¿Por qué les dejamos ayudar de nuevo?" Me susurró, sutilmente mirando a las dos brujas de cabello verde frente a nosotros. Solté un bufido, negando con la cabeza.

"Porque, ¿por qué debería dejarlos fuera de la diversión?" King puso los ojos en blanco, volviéndose hacia los gemelos frente a mí. "Hey! Escucha." No hizo nada para reconocer que estaba escuchando, pero no me importó. "¿Qué clase de bruja sería yo si los dejara sin vengarme de su hermana? Yo hice lo mismo cuando era más joven".

"Pero lo hiciste por razones mucho menos riesgosas que esta". Señaló, haciéndome poner los ojos en blanco, a pesar de que tenía razón.

"Está bien, lo hice por razones menos graves que esta. Pero, mientras no le digan nada a nadie más, estarán bien". El demonio en mi hombro volvió a poner los ojos en blanco, murmurando lo que fuera en voz baja.

Delante de mí, podía escuchar a los gemelos murmurar su nuevo plan. De repente, el puño de Edric se encendió en llamas y lo obligó a avanzar. "¡Así!" Dijo, mirando a su hermana en busca de aprobación. Se tocó la barbilla y luego negó con la cabeza.

"No, tienes que hacerlo con más fuerza. También justo sobre el corazón". Ella le dijo, a lo que él asintió y estrechó la mano varias veces para apagar las llamas. Sonreí a los dos, feliz de que ya tuvieran ideas.

"Recuerden ustedes dos," comencé, haciendo que ambos saltaran. "No podemos matarlo todavía. Tenemos que hacerle más daño". Se volvieron hacia mí, asintiendo con la cabeza. Miré a Emira, mirando su atuendo de arriba abajo de nuevo. "Por cierto, tengo una camisa en casa que puedes usar para no arruinar esa cosa elegante".

Pero, me hizo un gesto con la mano, negando con la cabeza. "No es necesario, tengo una camiseta sin mangas debajo de esto, estaré bien". La miré por un minuto, luego me encogí de hombros.

"Lo que digas niña. Si quieres, puedes darme el suéter ahora y lo enviaré a la casa de los búhos o lo que sea". Sus ojos se abrieron, pero asintió a regañadientes con la cabeza. Lentamente cayendo detrás de su hermano hasta que ella igualó mi paso, pude ver sus mejillas iluminarse.

Luego, rápidamente se quitó la camisa, su rostro se puso rojo brillante. En ambos lados de su cuello y clavícula había numerosas marcas moradas, demasiadas para contarlas. Contuve un bufido, mirando como ella enviaba una mirada cansada en dirección a su gemelo, sosteniendo el suéter para cubrirse mientras sus orejas rojas brillantes se inmovilizaban.

Con un suspiro bajo, lancé un hechizo, luego puse una mano en su hombro, haciéndola saltar. "No va a ver nada". Le dije, pero me di cuenta de que no me creyó. Negué con la cabeza. "Niña, somos mágicos. Por cierto, de nada, eso durará hasta más tarde esta noche."

Parpadeó un par de veces y luego, muy lentamente, me entregó el suéter. Dibujando otro hechizo rápido, teletransporté su suéter de regreso a la casa de los búhos. Emira aceleró el paso hasta que estuvo junto a su hermano, entablando conversación con él una vez más. Claramente, no podía ver sus marcas, tal como le dije.

"¡Entonces!" King de repente gorjeó, su voz era tan fuerte que hizo que mi oído se moviera. "¿Qué más le espera al chico?" Sus ojos brillaron de emoción. Me encogí de hombros, haciendo gemir al demonio.