"No puedo soportar estar sobrio
Todo está cambiando, pero ¿Porqué estoy solo aquí?"En alguna parte de suiza
Yoongi POV
Camino a paso lento sobre la oscura y fría noche, el cielo negro y sin vida que se alza sobre mí absorbe todo rastro de luz mientras acelero el paso un poco más para llegar así a mi destino. Mis pies sobre el espeso y crujiente suelo de fango se arrastran con parsimonía casi sin ganas pero con un solo objetivo. Mi vista enfoca poco menos una pequeña luz que a lo lejos se agranda mediante mi cuerpo se acerca a la pequeña cabaña. Miro mis manos y suspiro pesadamente sin mirar hacia atrás.
No hay nada que hacer, ni nada que perder. Es así. Así tiene que ser.
¿A quién le importa?
El frío de la noche hace a mi cuerpo temblar no dando el suficiente calor obtenido mi viejo y desgastado Cardigan, mientras paso mis manos por sobre mis brazos en un intento de calmar el temblor al que le resto importancia. Acomodo el bolso en mi hombro derecho subiendo este un poco debido a que se ha bajado por la caminata precipitada de media noche.
La pequeña luz cada vez haciéndose más grande es ámbar, brillante con pinceladas en violeta llamando y bailando al compás del viento sobre la madera. Ya no es tan pequeña y se alza sobre la vieja y deteriorada cabaña a menos de cinco metros de mi. Detengo mis pies cuando he llegado a la puerta de esta y dudo una vez más en si hacerlo o no.
Pero, no hay vuelta atrás. Es lo que quiero, lo que deseo y anhelo. Mi verdad y vacío se llenarán en el inexistente recuerdo de mis manos al tocar aquello único que calma mi cordura y esclarece mis sentidos.
Tomo el pomo de la puerta y esta cruje débilmente al ser abierta con lentitud adentrándome suavemente en el espacio y cerrando esta tras de mi. Está más que deteriorada por fuera a diferencia de adentro el lugar es menos tétrico de lo que por fuera pareciera y las siente velas encendidas en cuatro de las esquinas irradian su fuego en un intenso ámbar con naranja que no hacen más que llamar mi atención por menos de dos segundos. Miro al techo y la madera de este en un un marrón oscuro con pequeños agujeros que deberían ser mas si trato de acercarme junto con una pequeña lámpara en el centro de este colgando.
Está vacía.
Sola y casi completamente vacía.
Cubro mi rostro con mis manos deslizándome de espaldas en la pequeña puerta hasta caer sentado abrazando mis piernas e inmediatamente con mi rostro en ellas. Pasado más de diez minutos en los que recapitulé mi inservible existencia me encuentro de pie caminado hacia lo que mi atención captó en cuanto entré y lo que mi cometido tendrá al finalizar la noche. Tiro mi bolso a cualquier parte y me quedo de pie allí observando lo único capaz de calmar mis tormentos y angustias durante más de veinticuatro años.
Suspiro levemente mirando nuevamente al techo, cierro los ojos y expulso todo el aire de mis pulmones regresando mi vista al gran Piano de cola frente a mi. Siento la exitacion a flor de piel mis ojos brillan tan radiantemente que juraría él podría tomar posesión de mi y yo le agradecería mostrandome tan sumiso y obediente ante sus teclas rayadas mientras mi corazón amenza con salirse de mi pecho y la sonrisa en mis labios delata la lujuria y pecado que habré hecho al terminar la corta velada.
El asiento que acompaña mi devoción lo arropa una gran cantidad de polvo escondiendo el carmesí que en un principio mostró. El Piano grande e imponente lo abrasa también polvo espeso y mis manos se deslizan picando sobre su superficie para palpar tan delicadamente sus grandes curvas que enloquecen mi conciencia bajando mis manos hasta los laterales y después hasta sus teclas pintadas en un amarillento blanco y negro, termino por sentarme y poner mis manos completamente sobre él.
Las tres pequeñas velas que se encienden en un costado para así iluminar mi vista hacia las teclas. Mis dedos bailan entre sus cuerpos mientras cierro mis ojos empiezo tocando la utopía de mi existencia, se deslizan de aquí y allá tocando el sonido más delirante que cualquiera podría escuchar.
No.
No cualquiera debería escuchar. No cualquier simple mortal es digno de embriagarse con tales tonadas para endulzar su cordura alma y corazón. Yo, siendo un simple y vulgar humano no debería siquiera atreverme a tocar tales notas.
Amo romper las reglas y pecar es la escencia que me mantuvo con vida en este asqueroso mundo.
Dos, seis, ocho y doce notas después termino por acabar mi más grande placer. La euforia de sentirme por segundos vivo aún corre mis venas y excita mi pecaminoso cuerpo transpirando pesadamente, el aire se estanca en mis pulmones y me obligo a abrir la boca para no morir ahogado abriendo mis ojos en el proceso. El eco en mis oídos aún zumbando la meliflua melodía inefable ante mis tímpanos, siento mis mejillas brillar en un intenso carmesí y le sonrío a la nada que me acompaña. Mis manos aún permanecen encima de sus viejas teclas y me odio cuando me obligo a quitarlas de ellas para levantarme e ir en busca de mi bolso.
Lo abro y saco de allí la cuerda, cigarrillos y navaja que permanecían encerradas entre sus cierres. Hago un pequeño corte en mi muñeca izquierda lo suficiente para no doler pero si para sentirme vivo y olvidar mis desgracias. La cuerda en mis manos baila mientras los nudos se atan subiendo hasta llegar a un gran círculo al final de mis manos. Repaso la habitación y deslizo el sillón hasta mis pies subiendo en él y atando un firme nudo en la parte superior del techo de madera. Bajo y acerco el cilindro de papel a mis labios encendiendo su punta y aspirando su nicotina expulsando su humo fuera mi cuerpo.
Gotas de sangre han empezado a caer débilmente por mi brazo y las seco rápidamente para terminar mi cigarrillo. Cuando he terminado subo al sillón y aspiro profundamente mirando a mi al rededor y sonriendo cuando mis ojos caen en el viejo y exhorbitante Piano de cola, tomo la cuerda e introduzco mi cabeza en él apretando el nudo sobre mi garganta. Una última mirada para así terminar con esta grandiosa y mundana velada. Cierro mis ojos. Los abro nuevamente para al fin acabar esto y saltar.
Más mis acciones quedan allí al ver mi deidad brillar tan escandalosamente por entre su tapa negra y espesa de polvo, saliendo brillantina ámbar y delicada con mezclas de oro y violeta en sus puntas mientras la luz brillante abarcaba casi por completo sus curvas me decidí en bajar de allí y ver por mí mismo lo que pensé mis ojos me engañaban.
La brillantina en polvo se alzó ferozmente ante mí expulsando las luces boreales más inexplicables y destellantes que en mi vida creí vería, aclamando atención como si quisiera que yo captara su indirecta. Me acerqué hasta su tapa y sin dudar dos veces la alcé no dando crédito a lo que mis simples y mortales ojos vieron.
No le di más vueltas a el asunto y bajé el panel para cubrir las teclas subiendo mis pies sobre ellas para así tener una mejor vista de lo que ante de mis ojos se imponía. El perfecto y brillante polvo se extendió invitándome a entrar a sus esclarecientes entrañas.
No hay nada que perder, y si he de morir me haría un favor.
—Sabia que después de toda mi anhelación y devoción a ti, nunca fue en vano.
Entonces me adentré en él sin importarme poco más lo que después de esto se encontraría.
🍂🍀
Heeeey que tal amores? Aquí Katsu con un nuevo proyecto. Si ven algún error ortográfico o algo avísenme.
Voten, síganme y comenten, me ayudarían en demasía. CuidenseKatsu✓❄️
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Fairy Fairy: Tonadas Mágicas ||𝑌𝑜𝑜𝑛𝑀𝑖𝑛||
FanficDonde la deidad de YoonGi es el piano y JiMin bate sus alas para recordarle que la magia existe. "Es mi deidad, mi devoción, mi más grande y placentero refugio, es inexplicable que seas tú una criatura creada por sus notas" "Lo venera con su alma...