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Trasladarme no era muy sencillo, llevaba casi todo mi día en eso pero valía la pena con tal de seguir viéndola y no perder mi lugar en aquella escuela.

Cierto martes por la mañana Luna me entrego una carta la cual decía.

Sufres mucho y nadie puede ver el chico perfecto que hay en ti,
doy gracias a qué me dejarás ser parte de tu vida, doy gracias porque
estás aquí conmigo y yo estoy contigo.
Hay algo creciendo en mi es un nuevo sentimiento y te pertenece
yo te amo, yo me he enamorado de ti.

Aquellas palabras me hacían sentir muy feliz Luna correspondía mis sentimientos de una manera tan hermosa que no me quedaba que confesarle los míos también, en aquella ocasión salí corriendo de la última clase a buscarla entre toda esa bola de estudiantes pero al parecer ya se había ido, se había marchando sin antes saber que mis sentimientos por ella cambiaron desde siempre que llevaba años enamorado de aquellos ojos negros que me hacían tan feliz.

Yo también me he enamorado de ti,
no puedo ocultarlo, no puedo negarlo
Luna eres maravillosa, por favor ámame
arruinemos nuestra amistad de está manera y
que sea para siempre, tengo que decirte lo que siento.

Le mandé un mensaje diciendo aquello esperando una respuesta pero no ocurrió, mis mensajes nunca le llegaron, la llamé pero me mandó a buzón, tal vez tenía miedo de a verme confesado sus sentimientos, tal vez se arrepentía de ello o tal vez no lo sentía, ¿Cómo iba a saberlo? Tenía que escucharlo de su boca, pero quizá no era sencillo lo que trataba de asimilar, después de todo yo siempre le oculte mis verdaderos sentimientos a ella.

6 A.M del miércoles y aún no le llegaba mi texto, era bastante raro, espere para encontrarmela en la entrada y no paso nada, le pregunté a sus amigas por ella y me dijieron que no sabían nada de ella desde que se despidieron el día anterior, pasaron las clases y ella no apareció al parecer faltó a la escuela, entonces mi preocupación me estaba consumiendo pues probablemente le había pasado algo.

Cuando no podía sentirme más angustiado una llamada entro, era la hermana mayor de Luna me llamaba asustada, angustiada pues Luna nunca llegó a su casa.

No podía creerlo, Luna nunca haría algo así, algo malo debió sucederle, Liz me espero para ir a levantar una alerta Amber para encontrarla, aún era menor de edad y las 24 horas ya habían pasado.

¿No cree que es exagerado? Pudo a verse ido con el novio la muchachita o debe estar por ahí con alguien, al rato aparecerá.

Esas fueron las palabras del policía, pero ¿Cómo podría insinuar algo así? Era despreciable mi Luna no es capaz de cometer algo así, y si así fuera la obligación de cualquier autoridad es buscarla, así fuera cualquier otra mujer porque su vida corre peligro.

Mi enojo fue tanto que insulte a aquel policía, terminaron hechandome del Ministerio público, empecé a difundir la noticia, mis redes se llenaron de fotos de “Se busca” pegue carteles por todas las calles que pude, no descansaría hasta que regresará, hasta tenerla sana y salva conmigo, hasta poder confesarle mis sentimientos y decirle que los de ambos son mutuos.

No descansaría ningún día hasta encontrarla y contaría cada uno de ellos, cada uno de mis días sin Luna.

Mis días sin Luna.✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora