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Pasaron unas semanas y los problemas entre Robert, Bonzo y Jimmy ya no eran nada. Habían arreglado sus diferencias pero a Bonham aún le dolía el hecho de que Page nunca lo amó como el decía, aún así el castaño decidió no darle mucha atención a esto.

Por otro lado en todo este tiempo Jonesy ya se había hecho parte totalmente del grupo, habían experimentado locas (y enfermas) aventuras los cuatro, ninguno tenía drama con Jonesy entre ellos.

Se encontraban los cuatro al final del salón de clases. Ya que el profesor aún no llegaba estaban sentados en el suelo y en el centro se encontraba una bolsa llena de comida que entre todos habían comprado.

- Oigan muchachos, tengo un conocido que hará una fiesta en año nuevo. Ya saben... darle la bienvenida a un nuevo año de forma divertida - sugirió Jonesy.

- Yo me anoto - le respondió Jimmy.

- Yo también - le siguieron Robert y Bonham.

- Perfecto, les aviso con anticipación para que no lo cancelen a última hora o algo así - dijo Jonesy.

Los chicos se encontraban en el patio trasero de la escuela almorzando cuando de pronto a Jimmy comenzó a darle sin razón un ataque de paranoia y sintió náuseas inmediatamente. Su corazón bajó la velocidad de las palpitaciones para luego aumentarlas de forma espontánea. El pelinegro estaba asustado y tiritaba.

Robert notó aquel extraño comportamiento en su novio y actúo de inmediato alejándolo de Bonham y Jonesy.

Estos dos miraron preocupados a Page, se veía muy perturbado y pálido. Quisieron ayudar pero Robert les pidió que se quedaran en donde estaban.

- Robert, tengo miedo, siento que voy a morir - habló Page a duras penas.

El pelinegro se encontraba sufriendo los efectos secundarios de las drogas que tomaba. Sentía un miedo inexplicable a la muerte, como si ella se encontrara a su lado esperando el momento de mayor vulnerabilidad para llevarlo al abismo. Sus manos y frente sudaban, su pecho dolía de forma aterradora.

- Jimmy, tu mente solo está jugando en contra - le decía el rubio mientras tomaba suavemente las manos del otro tratando de no ser invasivo.

Pero aún así a James no se le pasaban aquellas horribles sensaciones, entonces Robert hizo que ambos se sentaran en el césped el cual se encontraba alejado de las personas. Estaban en casi total privacidad cuando el rubio dijo;

- Jimmy, mira el cielo, las nubes están gigantes y el celeste de fondo es hermoso ¿no crees? -

Robert apuntó hacía las grandes nubes con intención de que la atención del pelinegro se enfocara en la belleza de la naturaleza. Este último apoyó su cabeza en el hombro de Robert y observó a donde se le indicó.

- Creo que sería genial poder estar allí como una nube, siempre moviéndote y observando a todos pero sin entrometerte, como un fantasma - habló Jimmy ya un poco más calmado.

El rubio entrelazó sus dedos con los de James y acarició suavemente su oscuro y desordenado cabello durante un largo rato.

El pecho de Page luego ya no dolía, su corazón palpitaba a una velocidad normal y el sudor había desaparecido. Todo gracias a Robert, quien estuvo con el y lo trató tan suavemente que Jimmy había olvidado por completo la sensación de morir.

- Robert, te amo demasiado - susurró James para luego besar de forma tierna al rubio.

Llegó la esperada noche de la fiesta. La mayoría de las chicas llevaban ropas brillantes como una "costumbre" de año nuevo, los tragos y la comida invadían las largas mesas del lugar. La iluminación era algo oscura y roja, lo que significaba que probablemente sería una fiesta inolvidable para los asistentes.

- Quien lo diría, la fiesta de año nuevo es en una construcción que fue abandonada hace al menos diez años - comentó Jimmy casi gritando debido al alto volumen de la música.

- Yo creo que es genial - le respondió Jonesy.

Bonzo estaba en algún lugar de la edificación seguramente robando a las personas distraídas como de costumbre, por otro lado James estaba comprándole drogas a un desconocido. Robert lo había visto desde el otro lado del aposento y suspiró mientras miraba preocupado a su novio.

Sabía que los recientes ataques de pánico habían sido gracias a las drogas, Robert había hablado con Page sobre esto, pero el pelinegro no escuchaba a nadie. Se había metido en un gran problema del cual no estaba seguro si podría salir.

Las horas pasaban hasta ya dar las dos y media de la madrugada, cuando Robert se encontraba solo en uno de los sofás y su drogadicto chico se le acercó extremadamente feliz e hiperventilado.

- Robert, baila conmigo durante toda la noche, ese hombre nos espera - dijo James.

Plant estaba un poco borracho, pero no lo suficiente como para no comprender que Jimmy estaba jodidamente drogado. Le había dicho algo sin sentido. Esto causó una gran molestia en Robert y empujó fuertemente a Page, haciendo que este cayera.

- ¡Mierda Jimmy, deja las malditas drogas! - Robert se dirigió rápidamente a la puerta principal dejando solo a James.

Estaba cansado de decirle una y otra vez que dejara esas porquerías, lo toleraba y acompañaba con la marihuana, pero las drogas no. Page es joven y seguramente al no tener control sobre sí mismo, podía sucederle de todo. No estaba lejos de una tragedia esa noche.

Las tenues luces lo hacían sentir aún más drogado, su débil cuerpo chocaba con las demás personas y estas lo alejaban.

Jimmy se dirigió al segundo piso y en una de las habitaciones no terminadas se encontró nuevamente con el niño que había visto hace un tiempo en la playa, lo saludó y se sentó a su lado.

- ¿Qué haces acá? - inquirió el pelinegro.

- Soy tu amigo, vengo a hacerte compañía - dijo el misterioso joven.

Al igual que la primera vez que se encontraron, el chiquillo sacó unos artefactos de su bolso. Era una cuchara, heroína, cocaína, una cuerda y una jeringa. Haría la famosa mezcla speedball.

James sonrió de forma satisfactoria y sacó un encendedor, se lo entregó al niño y mientras este preparaba la mezcla, Page ataba a su brazo una cuerda que el mismo niño había llevado.

El chiquillo inyectó lentamente la mixtura en el delgado brazo del pelinegro mientras este último apretaba la cuerda.

A los segundos después, Jimmy sintió una gran satisfacción, tanto era que cayó al piso y miró fijamente el techo. Sus pupilas se dilataron y perdió color en todo su rostro. Comenzó a ver borroso y cada sonido lo escuchaba lejos, hasta que su cuerpo no aguantó más y se detuvo finalmente.

El placer del Speedball había durado apenas quince segundos. No sabía que se estaba yendo de a poco.

El cuerpo de Jimmy estaba solo en la habitación, nadie podía llamar a una ambulancia o llevarlo de emergencia al hospital, estaba solo.







PD: Tuve unos problemas antes de actualizar el capítulo y me demoré dos días más en subirlo, pero aquí está ldnfkd♡



You could be mine; JimbertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora