IX

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El grupo de jovenes se encontraba bastante distanciado, cada uno por su lado. Robert y Jimmy se encontraban en silencio sentados en la arena, Jonesy y Bonzo estaban en aquella popular fiesta que duraba días, jodiendo sus cuerpos con cada sustancia que encontraran.

- No pensé que las cosas irían de esta forma - comentó Robert.

- Menos yo, al parecer Bonzo lo supo siempre - respondió el pelinegro - al menos no tuve que decirle tan directamente que debíamos terminar - agregó.

Luego de unos minutos llenos de silencio, Robert habló;

- Ahora podremos estar tranquilos - sonrió el rubio, James afirmó y besó los labios de Plant.

Durante la semana que estuvieron de fiesta James había experimentado con muchos tipos de drogas, pero la que más le dio satisfacción a este fue la cocaína. Mientras tanto Robert trataba de detenerlo ya que cada día inhalaba demasiado de esta, y resultaba obviamente algo riesgoso, el rubio sabía que Page podía caer en una sobredosis y no salir vivo de aquello.

Aunque parezca algo no creíble, Robert incluso cuando estaba drogado trataba de cuidar al pelinegro, los efectos de la droga no lo detendrían de preocuparse por su chico. Ambos estaban todos los días juntos y sentían que lo de ellos podía funcionar así durante mucho tiempo, a pesar de que al inicio tuvieron muchos problemas.

- Oye ¿quieres inyectarte esto? dicen que es mágico - sugirió Jimmy.

- No, creo que ha sido suficiente por hoy, vamos a buscar un lugar para dormir - Robert lo tomó de la mano para llevarlo con el, pero Page se soltó bruscamente. 

El rubio notó que su novio ahora estaba más delgado de lo que ya era y el color de su rostro estaba pálido.

- ¿Jimmy te encuentras bien? - inquirió Robert.

- Obvio, estoy en mi mejor momento, te tengo a ti y a las drogas - respondió el pelinegro.

- No estás bien, mañana nos iremos a casa - Plant volvió a tomar al chico de la mano y esta vez se dejó llevar.

Eran al menos las cinco de la mañana cuando Robert y James se encontraban dormidos en la habitación de un desconocido, el pelinegro se había despertado debido a unos ruidos que provenían de afuera.

Fue con dificultad (gracias a las drogas) a ver que podía estar pasando, pero solo se encontró a un chico sentado alrededor de una fogata y un cigarrillo en sus manos. Este lucía melancoholico mientras contemplaba de lejos el mar.

- ¿Te queda uno? - preguntó James mientras se sentaba al lado del extraño. Este le pasó un cigarrillo sin problema alguno ni incomodidad.

Charlaron un rato sobre distintas cosas de sus vidas, Page le platicó respecto a su ex novio con todo detalle incluyendo que le fue infiel, el chico le confesó que había huído de su hogar hace un par de días, tenía apenas diesciseis años y se manejaba demasiado bien en el negocio de las drogas, esto sorprendió a James quien sobrepasaba la edad del desconocido por tres años.

- Tengo un poco de esto y no lo necesito - el niño sacó un par de bolsas de cocaína de un bolso que se encontraba a su lado - Son dos kilos, te lo doy a cambio de tu chaqueta.

James quedó asombrado nuevamente, por esa cantidad de droga normalmente hubiese pagado al menos mil dolares, pero este chico practicamente se la estaba regalando a cambio de su chaqueta de cuero, le parecía absurdo desperdiciar de esa forma una droga como esa.

- Bien, te la daré - el pelinegro se quitó su prenda y se la entregó al joven. Recibió los paquetes pero no quería dejar solo al chico.

- ¿Como manejas todo esto tu solo? eres un niño - agregó Page.

You could be mine; JimbertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora