Capítulo 4

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Desh ha comenzado a frecuentar mi cuarto, no lo conozco, pero acepté esto como si nada. Creo que he descubierto más partes de su cuerpo de lo que podría saber de lo que transcurre en sus pensamientos. Lo mismo de él conmigo, ha recorrido cada retazo de mi piel, pero no pienso que quiera conocer otra cosa de mí.

No sé si es lo que deseo, pero es lo que he hecho.

—¿Te gusta? —me pregunta mientras rodeo mis piernas en su cintura y mis brazos se agarran fuerte de su cuello mientras lo siento dentro de mí.

—Sí... —Asiento.

Esto es tan prohibido que atrae al éxtasis y la adrenalina. Sin embargo si no soy consciente de mis actos la pasaré muy mal y no hablo de los rumores de que él sea un asesino, sino de las reglas del instituto. Recibiré un castigo y seré la única perjudicada, ya que no pertenezco al alto rango. Sí, me pueden juzgar por traer un chico a mi cuarto.

Pero obvio a Desh eso no le importa y es mi problema haber aceptado esto, pude haberlo rechazado pero no.

Mis gemidos se oyen en el cuarto mientras lo hacemos.

Ojalá fuera más silenciosa, solo espero que un guardia no pase en la noche, para cerciorarse de que no ocurre nada, o estaré perdida.

—¿La pasaste bien? —me pregunta mientras se engancha el cinturón. Asiento y se acerca a darme un beso en los labios mientras sigo acostada en la cama, cubriéndome con las sábanas —. Me alegra, asegúrate de quemar el condón. —Señala el tacho de basura—. Es evidencia. —Se ríe.

Frunzo el ceño.

—¿Por qué no lo haces tú? Me traerá problemas.

—Lo haría pero no tengo tiempo. —Veo como apoya su chaqueta en su hombro, se acerca a la puerta y la abre—. Además tú eres la pirómana. —Me guiña y se retira.

Imbécil, lo hizo de nuevo.

~~~

Otro día comienza, camino por los pasillos del internado para ir a mi clase y soy detenida por el detestable de Cley.

Amigo de Desh y otro chico perteneciente al alto rango.

—¿Qué quieres, imbécil? —Lo trato así por como me habló antes.

—Quería disculparme, no debí haberte dicho enana, la estatura no es algo con lo que se debería bromear. —Me ofrece su mano—. ¿Amigos?

Dudo un momento hasta que acepto, al instante me arrepiento porque él tironea de mi brazo y hace que nuestros labios se junten.

¡Otro de la élite me acaba de besar!

¿Qué mierda con esta gente?

Será el beso de la muerte o algo así, porque no encuentro lógica a esto. Ya que todos los de alto rango son personas a las que se las llama asesinos, por alguna extraña razón.

Internado CrawfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora