Capítulo 9

280 59 97
                                    

No puedo huir, así que tendré que asesinar a alguien. Sin embargo ambas opciones son complicadísimas.

Mierda, necesito solucionar esto pronto y dejar de frecuentarme con Desh. Es definitivo que él será quien me mate, por el simple hecho de que es al que más he visto.

Parece que está enfrascado en ganar ¿El gran premio? Mi muerte.

Oigo unos golpes en la puerta, sé que es él. Termino de poner lo necesario en mi morral y lo cruzo para apoyarlo en mi hombro. Camino, entonces le abro, el alza una ceja al ver que no estoy en camisón, sino que sigo vestida.

—¿Vas a algún lado?

—Creo en las ideas descabellada, así que me largo. —Lo empujo y avanzo por los pasillos.

—¿Y cuáles son esas? —Me sigue.

—En la que eres un loco maniático que quiere asesinarme.

Se ríe.

—¿De verdad crees en esos rumores?

—Qué raro —opino—. Cuando te hablé de eso la primera vez, jugueteaste con el chiste.

—Solo te dije que daba igual que todos me llamen asesino, confía en mí, Nahi.

—No te conozco.

Ríe otra vez.

—¿Cómo que no? Hemos pasado cosas muy fogosas juntos. —Mueve las cejas.

—¿Y eso me hace conocerte? —Lo miro extrañada—. Yo creo que no.

—Que sepa más cosas de tu cuerpo no significa que no sepa otras cosas de ti.

—Ah, ¿Sí? —Alzo una ceja—. ¿Cómo qué?

—Eres pirómana.

Presiono los dientes y luego grito.

—¡No! —Sigo mi camino, prefiero ignorarlo.

Bueno, sí, le quemé el cabello a una chica, pero eso no me hace pirómana. Quizás solo una delincuente o una incendiaria. Bueno, no, tampoco, no necesito ponerle una denominación a esto.

¡Solo le quemé el pelo! Estaba enojada, fin. Ella me robó a mi chico. Bueno, no era mi chico, solo me gustaba ¡Pero igual! Fue solo una vez, me porté mal y no volverá a suceder.

A menos claro que me enoje como ese día. En eso ella tiene la culpa, ella me hizo rabiar, provocándome. Me buscas, me encuentras, eso es todo.

¿Por qué me ando justificando?

Ah sí, porque estoy planteando quemar a Desh si no me deja de seguir.

—Vale, se acabó el juego. —Siento un cuchillo en mi garganta, mientras tengo al maniático detrás de mí, entonces oigo su voz sombría—. Tienes razón, todavía no gané el derecho a matarte ¿Pero qué importa? Me desviví intentando pasarla bien contigo, ¿y sabes? Amo el morbo, hubiera preferido asesinarte en la cama, pero no me dejas opción, así que...

No lo dejo terminar, ya que le doy un codazo, así que me suelto y salgo corriendo. Llego al patio, entonces veo a Inder mirando las estrellas.

—¡Escóndeme! —le pido y me mira extrañado.

—Ya te dije que no puedo ayudarte.

—Mierda —me quejo y me tiro en unos arbustos.

Desh viene corriendo.

—¿Has visto a Nahiria? —le pregunta.

Inder se queda callado bastante rato hasta que responder.

—No.

—Maldición, la perdí —se queja—. Si me descubre Cley estaré acabado. —Luego lo señala con su índice—. No le digas —le advirte y lo veo irse.

—Gracias. —Salgo del arbusto.

—No lo hice por ti —me aclara, entonces mantiene sus manos en los bolsillos al darse vuelta y mirarme—. Fue por mí, si le hubiera dicho, tendría que haber sido yo quien te mate, reglas —explica lo último en una sola palabra.

—Las reglas son estúpidas —me quejo.

Sonríe por un momento.

—Lo sé.

Esa mirada profunda hipnotiza.

—Me largo —le aviso—. ¿Vienes?

—No lo creo. —Niega moviendo despacio su cabeza.

—Bueno, yo lo intentaré, cobarde.

—Y cuando te regresen al internado te matarán, prefiero ser cobarde entonces.

Bufo.

—Así que no me queda otra que matarlos primero ¿Pero a quién? Además sería imposible, nunca he hecho algo así.

—Mejor muérete, no recomiendo la fea sensación de asesinar a alguien.

—Sí, sí, la conciencia, la moral. —Muevo la mano—. Ya entendí.

—Quizás no tienes y te salvas —se burla, entonces sonrío.

—Quizás.

Me acaba de dar una idea.

Ya sé a quién matar.

Internado CrawfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora