Ford llamó a su sobrino para la cena, el chico se suponía que estaba en el jardín tomando aire fresco después de varios días encerrado en casa. Salió después de un rato en que el menor no aparecía, le preocupaba que algo le hubiera sucedido. Frente al único árbol de la casa estaba Dipper de cuclillas, como si mirara algo.
-Dipper. ¿Qué haces? Te llamé muchas veces para la cena. ¿Estás bien?- se acercó a él despacio. Cuando llegó vio algo que lo dejó sin palabras. -¿Qué, es esto?
Dipper tenía un pequeño oso de peluche al cual abrazaba mucho cuando tenía ataques de ansiedad o tenía recaídas. La mayor parte del tiempo lo tenía consigo, se había vuelto su amigo más cercano. El chico se levantó y en su mano derecha tenía sujetado el oso de un brazo, sin la cabeza. Todo el relleno sobresalía y la cabeza estaba en el suelo con sólo un ojo. La mirada de Dipper era directa, sin embargo Ford notó que aquella expresión no estaba mostrando nada en realidad. Era vacía y desolada.
-¿Cómo te llamas?- le preguntó al niño que tenía enfrente.
-Me llamo Tyrone.
A Ford le era difícil entablar una conversación amigable con ese niño. Aunque ya hubiera tenido pacientes con ese mismo trastorno, verlo en su propio sobrino era realmente inquietante. -Es el amigo favorito de mi sobrino. ¿Por qué le hiciste esto?
-Dipper estaba enojado. "No puedo creer que mi vida esté aferrada a esto. ¿Cuándo dejaré de necesitarlo?", eso fue lo que dijo. Me deshice de él.
-¿Él pensó eso en verdad?- preguntó curioso porque en todos sus años como doctor jamás encontró un caso especial donde las dos personalidades convivieran de esa manera. Saber lo que uno pensaba no era sencillo, pocos lo lograban. -¿Hablas con Dipper?
-Todo el tiempo-. Respondió Tyrone.
Para Ford fue una bienvenida a descubrir más de esa personalidad completamente diferente a su sobrino. Descubrió que era la única y lo que hacía era hacer lo que Dipper le decía que hiciera. Era como si inconscientemente su sobrino le estuviera diciendo todo lo que pensaba y deseaba, y solamente Tyrone obedecía. Esa personalidad había sido creada como una defensa con la que Dipper se escondía y se expresaba libremente. Tenía una personalidad para nada empática, era un sociópata y prefería sólo hacer lo que le decían sin vacilación. Era un chico que crecía al ritmo de Dipper y su historia de trasfondo lo señalaba como un chiquillo rebelde, alguien que odiaba que lo estuvieran molestando con reglas.
Su sobrino estaba furioso, tenía un coraje y odio realmente fuertes hacia quien le había hecho daño. Estaba triste y deprimido por su condición. La única forma para Dipper de demostrar su enojo era a través de Tyrone y su tristeza se reflejaba en él mismo. Por dentro sufría y su mayor deseo reprimido era hacerle pagar a su agresor lo que le hizo.
Era preocupante para Ford esa personalidad, porque jamás había visto una que quisiera seguir al pie de la letra todo lo que otra le decía. Si su sobrino tenía serios problemas de enojo contra su agresor ¿Qué sería Tyrone capaz de hacer? Dipper no lo sabía, pero realmente estaba sufriendo y alimentando un monstruo con todo su odio. El daño mental había sido más fuerte que el daño físico.
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Bill escuchó toda la historia de Ford sobre Tyrone. -¿Me dices, que él está hecho para lastimar?
-Tyrone hará lo que Dipper le diga, creo que el problema reside en las emociones de él. Si Dipper no puede contener y controlar sus emociones, entonces todo eso se lo estará traspasando a Tyrone. Mientras esto continúe, será un ciclo continuo de odio y venganza, el cual podría empeorar si no le ponemos un límite. No sé con exactitud qué tipos de pensamientos comparten ambos, así que para eso necesito que Dipper esté abierto a hablar conmigo, aunque sea lo más duro de su vida. Mi error fue dejar que se guardara todo.
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Personality vs Psychopathy (Gravity Falls)
FanfictionAun cuando se veía una luz en el camino, cuando todo parecía ir normal y estar tranquilo, Dipper se enfrenta a otro caso que lleva de por medio a un peligroso criminal. A través de este nuevo reto tendrá que enfrentarse, no solo al borde de la muert...