C A P 8

369 37 10
                                    

Izel
No debería estar haciendo esto pero el efecto de la pastilla y esta gran atracción que siento hacia este metalero me impiden controlarme y parece que el también se siente igual porque sus manos me toman de la cintura para subirme a sus piernas, maldito perro infiel.

—I-Izel... no se que hiciste pero ni puedo estar sin tus labios.

Me dice entre besos mientras yo que enredo mis manos en su cabellera tirando un poco de este lo cual me arranca una pequeña risa.

—Primita ¿todo bien?

Escucho los pasos de mi primo venir hacia la sala yo me quito de encima de Colin que aún está rojo pero trata de disimular centrando su mirada en los papeles, Max se asoma.

—¿Por qué tan callados? —levanta una ceja ladeando un poco su cabeza.

—Nada Max, Colin está centrado en seguir leyendo el proyecto que tenemos juntos ¿que se te ofrece? —me siento en un sillón frente al metalero.

—Solo vine porque el abuelo quería saber cómo estaban, debo irme quede con Elizabeth de ver unas decoraciones para el bar.

Se despide de nosotros y en cuanto se va volteo a ver a Colin que está muy tenso, su mandíbula se contrae luego levanta sus ojos hacia mi y la mirada que tiene es una que jamás había visto.

—¿Qué me miras? No te atrevas a decir algo que eres el menos indicado.

—Prometimos no hacer esto nunca más, no puedo lastimar así a mi novia— se levanta lanzando los papeles a la mesa —Me largo de aquí.

Me levanto también —Pues entonces debes contenerte Colin, se el perro fiel de mi "querida" Elizabeth —digo la palabra en español.

Azota la puerta con fuerza haciendo que yo me sobresalte, estoy por hacer un berrinche pero el timbre de la puerta me interrumpe y voy hacia ella muy molesta.

—¡¿Qué quieres?!— abro la puerta claramente molesta,

Pero ese sentimiento desaparece cuando veo a los gemelos de pie frente a mi, escucho la voz de mi abuelo detrás de mi.

—¿Qué mierda?

Me giro para ver al viejo que se pone pálido al ver a estos dos morenos, los invito a pasar parece que quieren decir algo porque los noto muy nerviosos, mi abuelo no ha dejado de verlos pero no dice nada.

Matt toma mis manos —Izel nuestro padre quiere verte.

—¿A mi? ¿Por qué? —Daryl de acerca a nosotros.

—Quiere conocerte porque al parecer eres su hija y... nuestra hermana.

Estoy por decir algo pero el abuelo me gana —¿Carlos Ortega? — pregunta entrecerrando los ojos.

—¿Usted conoce a nuestro padre señor?— pregunta Daryl.

—Más de los que ustedes creen.

Nos sentamos los tres en la sala donde el abuelo les cuenta a los chicos la versión de lo que ocurrió con nuestra madre, ellos al principios están en un estado neutro pero sus expresiones van cambiando conforme el viejo cuenta lo que vivió nuestra madre, Matr niega con la cabeza varias veces mientras que su hermano cubre su boca con una mano analizando cada palabra hasta que el relato llega a su fin.

—Esto es muy extraño, el nos dijo que nuestra madre nos abandonó incluyendo a Izel.

—Eso no es cierto —comento alzando la voz —Ella desapareció poco tiempo después de que nacimos y la encontraron muerta.

—Du madre los amaba chicos —mi abuelo se pone de pie —Si Carlos quiere conocer a Izel, que venga ella no va a pisar su casa.

Colin
Elizabeth no responde mis llamadas y tampoco Max, ese par de idiotas me van a escuchar en cuanto llego al bar veo por las ventanas a mi chica hablar animadamente con mi amigo. Me bajo del auto y toco la puerta sobresaltándolos, Liz me hace una seña para que entre.

—¿Tan pronto te fuiste de la casa de mi prima?— pregunta Max sonriendo.

—¿Estuviste en casa de esa drogadicta?

Me sorprendo por su comentario —¿Drogadicta? ¿Es cierto Max?

Mi amigo suspira molesto —Si te lo conté no fue para que abrieras la maldita boca Liz, pero si, Izel era una drogadicta en su ciudad natal.

No puedo creer lo que estoy bien, ahora entiendo las marcas de inyecciones en sus brazos pero parece que ahora se ha recuperado entonces ya no lo es.

—Pero tengo la ligera sospecha que está recayendo...

—¿Por qué lo dices Max?— le pregunto mientras abrazo a mi novia.

—Se que está mal pero me metí a su cuarto y encontré esto —saca una bolsa pequeña de su pantalón —Si mi abuelo se llega a enterar, no se que podría ocurrir.

Me siento un poco molesto al saber que este idiota está contando algo tan delicado sobre su prima creo que ella es la que debería tomar la decisión sobre si hablarnos de su pasado o no, Liz solo se ríe de lo que Max le cuenta creo que no le agrada para nada. Recuerdo la sensación de sus labios sobre los míos y ni puedo evitar sonrojarme un poco, Izel sentada en mis piernas besándome creo que es una imagen que jamás podré borrar de mi cabeza.

—Colin amor.

Mi novia me saca de mis pensamientos yo la miro bajando la mirada —¿Cuándo es el siguiente ensayo?

–Es mañana, a las 7 en el garage ya sabes.

(...)

Durante un pequeño descanso voy a la sala donde veo a Izel bebiendo café sola en una mesa mirando por la ventana, pienso por unos segundo en si ir a acompañarla o no pero tomo una decisión rápida cuando ella voltea hacia mi dirección mostrándome una delicada sonrisa.

—Buen día Colin ¿listo para el ensayo?

—Eh si...— bebo el líquido que hay en mi vaso.

Ella suelta un suspiro —Perdona lo que hice, tomare mis distancias... estoy saliendo con alguien más y quiero que funcione.

Frunzo el entrecejo sintiendo un poco de celos —¿Quien es el chico?

—Thomas, es muy lindo creo que debería darle una oportunidad.

—Claro...

𝐏𝐞𝐫𝐫𝐨 𝐅𝐢𝐞𝐥 | 𝐂𝐨𝐥𝐢𝐧 𝐒𝐩𝐞𝐧𝐜𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora