Capítulo 1

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El suave mecer de las olas y los primeros rayos de sol iban inundando poco a poco la cubierta del Sunny, dando comienzo a otro día para la tripulación.

Brook fue el primero en levantarse, preparado para deleitar a sus nakamas con "El sake de Binks", pero no le dio tiempo a tocar una sola nota cuando el capitán ya estaba correteando hacia la cocina, gritando a los 4 vientos que tenía hambre.

-¡Sanji! ¡Comida! -Luffy ya estaba sentado en su sitio, y si el rubio tardaba mucho, él no tardaría en abordar la nevera.

-Buenos días, Luffy-san -el esqueleto entró en la cocina, seguido de los demás, a quienes les habían despertado los gritos de su capitán.

El cocinero se acercó con tranquilidad hacia Luffy, para después propinarle una patada.

-¡Duele! -se quejó el moreno, llevándose las manos al lugar del golpe-. ¡Sanji, ¿por qué lo has hecho?!

-Hay que tener modales cuando estas en la mesa, además, no nos puede despertar así casi todas las mañanas. Mi Nami-san y mi Robin-chan deben descansar bien y no despertarse con tus gritos, ¿entendido, Luffy?

Tras estas palabras, el rubio se puso a hacer el desayuno, mientras en el rostro de Luffy era visible una expresión de enfado, que no tardó en cambiar por una sonrisa en cuanto miró a la navegante.

-¡Nami! ¿Cuando llegaremos a la próxima isla? -aquella pregunta era ilusión total, ya llevaban un par de semanas en el mar, y todos estaban deseando pisar tierra por fin.

-Si tenemos el viento a favor, seguramente lleguemos mañana por la tarde -contestó la pelinaranja mientras todas las miradas se centraban en ella.

-¿Y qué sabes de esa super isla? -esta vez fue Franky quien preguntó, a la par que Sanji iba trayendo el desayuno.

-Se llama "High Hopes", es una isla famosa por sus festivales con temáticas -y como si hubiese dicho una palabra mágica, los rostros de todos se iluminaron al pensar en lo bien que lo pasarían.

Empezaron a hablar de las cosas que podían hacer en el festival, con las sonrisas latentes en sus rostros. Nami fue pasando las miradas por cada uno de ellos, hasta llegar al espadachín, que se estaba quedando dormido.

-"¿Cómo sería ir a un festival con él? Espera, ¿por qué estoy pensando en esto? ¡Es Zoro!"

La voz de Robin la sacó de sus pensamientos, además de hacer que el resto de sus nakamas se callasen.

-Sí, pero también leí hace tiempo que en esa isla viven unos piratas temibles que tienen aterrorizados al pueblo entero. Se hacen llamar los piratas de la muerte, porque cuando se enfrentan a una tripulación pirata, no dejan ni rastro de ellos.

Un silencio sepulcral inundó el comedor. Usopp, Chopper y Brook estaban casi llorando; Zoro había vuelto a abrir los ojos, aquel tema le tenía intrigado; Sanji no paraba de decir que protegería a las chicas; Nami le estaba dando vueltas a aquello, había escuchado algo sobre ellos, pero ahora mismo no caía en que; Franky y Robin intercambiaron miradas, y Luffy estaba más emocionado que nunca.

El día transcurrió tranquilo, cada uno se puso a hacer sus tareas habituales. La pelinaranja comprobó el rumbo y se fue a arreglar los mandarinos mientras recordaba sus pensamientos de antes. ¿Como podía pensar en ir a un festival con Zoro? Era cierto que últimamente no peleaban, pero seguía siendo Zoro, el idiota que siempre se perdía y le debía mucho dinero.

Estaba tan distraída de su tarea que a la hora de bajar de la escalera, se resbaló. Cerró los ojos y esperó a chocarse con el suelo, cosa que nunca pasó. Abrió lentamente los ojos y lo único que vio fue la cara del espadachín, él había evitado que se diera de bruces contra el suelo.

-¿Estás bien? -preguntó el peliverde mientras bajaba a Nami.

- Sí, ahora ya puedes seguir tu camino -contestó con rapidez para que se fuera y no le viera ponerse roja.

- Con un "gracias" hubiera bastado -el espadachín le contestó malhumorado, y tal y como Nami quería, siguió su camino-. Tsk, bruja.

-Imbécil -le contestó de vuelta la navegante, que había alcanzado a escuchar lo que Zoro le había dicho. Sabía que ella había sido quien le había contestado mal, pero esa no era razón para insultar.

Zoro entró en el nido del cuervo, y Nami se quedó en los mandarinos. El resto del día siguió tranquilo, hasta que la noche cayó.

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¡Hola! Bueno, esta es la primera vez que escribo una historia, lo intentaré hacer lo mejor posible, perdón si no sale muy buena😅
Aún así, espero que la disfruteis tanto como yo escribiendola <3

Enamorado de una brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora