Capítulo 3

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La mañana transcurrió de forma lenta y pesada para todos y cada uno de los tripulantes, no veían la hora de pisar tierra e ir a uno de los famosos festivales de la isla.

Todos intentaron mantenerse ocupados en sus tareas habituales, excepto Luffy, que estuvo sentado en la cabeza del Sunny, o quejandose de cuánto quedaba para llegar.

Tanto Nami como Zoro, aunque estuvieran atareados, no podían pensar en otra cosa que no fuese el otro o el momento de anoche.

—¡ISLA! —gritó el capitán desde la cabeza del león, con el mayor entusiasmo que pudo, y se puso a corretear por toda la cubierta junto a Usopp y Chopper, celebrando que ya iban a llegar.

Toda la tripulación se agrupó en la cubierta, esperando el reparto de tareas una vez que llegasen a la isla.

—Bien —comenzó a hablar Nami, quien era normalmente la que daba este tipo de órdenes—, ¿alguien voluntario para quedarse en el barco?

Usopp levantó la mano rápidamente, ya todos sabían que no quería irse del barco por su “enfermedad” de “no-debería-entrar-en-esa-isla”.

—Nariz larga-kun —esta vez fue Robin quien intervino—, si atacan el barco esos piratas, ¿estarás listo para defenderte tú solo?

Al tirador se le abrieron los ojos como platos, nunca se había imaginado ese escenario, y entró en pánico.

—Zoro —se giró y cogió al primer nakama que tuvo al lado, que resultó ser el espadachín—, quédate conmigo en el barco —Usopp estaba al borde de las “lágrimas”, rogándole a su nakama.

—¿¡Eh!? —fue la respuesta del peliverde, intentando deshacerse del agarre—. Haberlo pensado antes de ofrecerte voluntario, idiota.

—En realidad, es una buena idea que el marimo se quede, así no se nos pierde y luego no tenemos que perder tiempo en buscarlo —todos intentaron retener una pequeña risita ante el comentario del cocinero.

—De acuerdo —continuó la navegante—, Zoro y Usopp se quedan en el barco —el espadachín se quedó atónito mientras el tirador celebraba que no se quedaba solo—. Sigamos. Sanji-kun, Chopper, Brook y Luffy, ireis a por provisiones, cola y todo lo que nos haga falta para nuestro próximo viaje.

—¡Sí, Nami-san! —exclamó Sanji mientras sus ojos se convertían corazones—. Eres tan guapa cuando das órdenes.

—Franky, Robin y yo iremos a informarnos sobre el festival que se celebre y ya os contaremos. Nos vemos en el Sunny a las seis, ¿alguna duda?

Al unísono, todos negaron con la cabeza y se marcharon a su misión correspondiente.

— o —

Usopp hizo la primera guardia, quedándose en cubierta, mientras que Zoro se fue a echarse un rato, pensando en como podía invitar a Nami al festival.

Aquella era la oportunidad perfecta, quería que su primera cita fuese en un sitio bonito y mágico, y que mejor que en una ciudad famosa por sus festivales.

Eso, claro, si ella aceptaba. Después de lo de la noche anterior, había aclarado sus sentimientos: Nami le gustaba, y estaba seguro de que aquello era mutuo, así que, ¿por qué no intentarlo?

— o —

—Gracias —contestó Sanji al vendedor con una sonrisa.

En cuanto se giró, vio el caos frente a sus ojos: Brook no paraba de preguntarle a las chicas si les enseñaban sus bragas y Luffy correteaba por todos lados pidiendo comida y explorando todo. El único bueno allí era Chopper, que se quedó justo al lado del rubio, sin ir llamando la atención de la gente.

—Disculpe señorita —se dirigió Brook hacia una chica morena que pasaba por allí, que se quedó un poco pasmada al ver a un esqueleto viviente—, ¿sería usted tan amable de enseñarme sus bra-?

No pudo terminar la pregunta cuando recibio una patada por parte de Sanji.

—¡Brook deja de molestar a las señoritas! —se giró a la morena y le cogió de la mano—. Perdone que mi amigo la molestara, bella dama, ¿le gustaría que la acompañara yo? —los ojos del cocinero se convirtieron en corazones, y la pobre chica acabó marchándose de allí, asustada.

—Era tan bonita que sentía que se me iba a salir el corazón —intervino Brook, con un chichón en el lugar del golpe—. Oh, pero yo no tengo corazón. ¡Skull Joke! YOHOHOHO.

—¡COMIDA! —exclamó el capitán de los Mugiwara quedándose frente a Sanji—. ¡SANJI DAME DINERO PARA COMPRAR COMIDA!

—No —se limitó a decir el rubio—. El dinero que me ha dado Nami-san es para las provisiones del barco.

Luffy se cruzó de brazos y se puso de morros ante la negativa de comprar comida.

Chopper se limitó a observarlos y pensar por qué no habría dicho de quedarse en el barco con Usopp y Zoro o ir con Nami y los demás, cambiando de parecer cuando un carrito que vendía algodón de azúcar pasó por allí.

Aquel, sin duda, iba a ser un día largo.

— o —

Nami, Robin y Franky fueron por el pueblo preguntando a la gente, hasta que uno de ellos, les guio amablemente hasta un puesto de información que había sobre los festivales, para que los turistas, como ellos, se informaran.

—Esta semana hay un festival tradicional japonés, hay que ir vestidos con kimonos y habra varios teatros y puestecillos —iba diciendo Robin conforme leía.

—¡Este festival va a estar genial, lo vamos a pasar super!

Ambas chicas asintieron ante las palabras de Franky, estaban todos muy ilusionados con aquello.

—Bien, creo que ninguno de nosotros tenemos kimonos, ¿os parece si vamos a comprar uno para cada uno? —los dos acompañantes de la navegante se miraron, no muy convencidos, cosa que no pasó desapercibida para Nami—. Tranquilos, no voy a cobraros, es una ocasión especial, lo dejaré pasar.

Ambos asintieron con una sonrisa y se pusieron rumbo a las tiendas, para comprar la vestimenta adecuada para aquel festival.

Enamorado de una brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora