Baños publicos de un lado, un sueño por el otro

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"Cuando todo parezca ir en tu contra, recuerda que el avión despegua contra el viento"
-Henry Ford

                                                                                                             ...

Día número dos y Rick no aparece, dirán que soy una exagerada  pero pienso contar los días de esta manera porque se que van a ser varios en no volver a verlo, o tal vez nunca más si la suerte no estaba de mi lado, como ya es costumbre. Las escuela ayer fue una porquería, me juré evitar a los chicos de la noche pasada a toda costa aún si eso significaba tirarme dentro de un basurero para que no me vieran, obviamente mis amigas notaron mi comportamiento tan extraño, tapando mi rostro con sus lockers o usándolas de escudo humano, pero hicieron la sabía decisión de no preguntar nada, porque no importa que las considere mis hermanas no les hiba a contar la vergonzosa verdad.

Hoy, el mismo dilema de ayer, creo que así voy a estar un par de días hasta que alguien me lave el cerebro y no recuerde nada de lo sucedido, antes me consideraba una persona que le gustaba evitar la atención, ahora soy peor, como si cada ruido afectara mi sistema nerviosos por una tonta noche. Sacaba mis libros de biología bastante calmada cuando mi mirada se cruzó con la de el pecoso capitán de los pardos mientras cruzaba el pasillo con otros jugad0res, olviden la tranquilidad, empecé a buscar algún escondite lo más rápido posible, incluso consideré meter mi cabeza dentro de mi locker como una avestruz.

- ¡Hey! Que onda Roma.

Brinqué del susto, y tomé mi pecho antes que mi alma decidiera dejar este cuerpo.

- Hola - me salió demasiado rápido y nervioso, mirando tras su espalda para ubicar donde había ido el pecoso.

- No vas a creerlo, no pude ir a la fiesta, - me dijo molesta - tuve practica de lacrosse y ayer no vine al colegio por que desperté con calentura.

- No puede ser - le respondí por inercia mientras vigilaba con mucha atención a Alex, para no perderlo de vista en ningún momento y no llevarme una sorpresita por si aparecía detrás mío como película de terror.

- ¡Me contaron que tu si fuiste esa noche! ¡y que estuvo buenísima!

- Si claro, asombrosa - si ella no notaba el sarcasmo, la sacaría de mi círculo social

-  Porque presiento que te importa muy poco lo que digo - me dijo con una ceja alzada, después su mirada se suavizó al ver algo tras de mí - Oye, ¿acaso te empezaste a llevar con Alice en su fiesta?

Su nombre me revolvió las tripas al recordarla tambaleándose y girando la botella.

- No, claro que no porque lo dices.

- Porque viene para acá

Estaba tan concentrada en que Alex y Bruce no me encontraran que me olvide completamente del tercer demonio. Cuando giré sin ninguna discreción por detrás mío, efectivamente ella venia hacía nosotras, con esos tacones que hacían eco en el pasillo y su cabellera rubia artificial que se movía por cada paso.

- Loren - dije con suma lentitud para que me esuchara bien, mis ojos fijos en el depredador que se acercaba.

- Ajá - ella tambien estaba concentrada mirando con desagrado hacía Alice, estudiando sus pasos.

- Voy a correr, nesecito que la detengas ¿okey? ¡Okey!.

- ¿Qué?

No le di tiempo para procesar y salí huyendo como si fuera un monstruo y no una chica la que se me acercaba, bueno no hay mucha diferencia si se trata de Alice. Giré en una curva y mi intención era llegar hasta el baño de mujeres, no, yo tenía que salir del colegio, doble en una esquina con tanta fuerza que por poco resbalo y quedé frente a la oficina del director. Solo debía entrar y usar lo poco que recordaba de las clases de actuación en quinto grado.

Tan real como en cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora