El es inocente

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Colegio, proviene del latín collegium que significa asociación de colegas, yo le hubiera puesto un nombre donde te avisaran las terribles cosas que podrían pasar como "nido de serpientes" o "insomnio permanente", cualquier advertencia para las futuras generaciones que van a pisar estos pasillos de la secundaria Santa Ana lo que en realidad les espera. 

Una pirámide alimenticia que nunca para y te consume, es una forma muy gris de ver la escuela lo sé y reconozco que aquí también he pasado la mayoría de los mejores momentos de mi vida, pero debes estar alerta, en todo momento, porque un segundo de humillación podría pasar a la historia...

Tire de las puertas con las poca fuerza que la instalación me incitaban y entrando al primero que vi fue a Waldo arrodillado junto al basurero buscando algo dentro su mochila, un ejemplo de lo que acabo de decirles, a medio examen el pobre no se sentía muy bien y vomito sobre su escritorio, y eso no fue lo peor, lo malo fue que lo grabaron y subieron con diferentes efecto y sonidos todo para empeorar el accidente y volverlo mas graciosos, se hizo viral y desde ese momento les presento a "Waldomito".

Al escuchar pisadas de tacones en estampida tras de mí rápido me arrimé hacía la izquierda pegada a los casillero para no estorbar la monótona entrada triunfal de las "B.R.A.T.S", como aquel programa antiguo de muñecas cabezonas bañadas de maquillaje, conformadas por Betty, Riley, Alice, Talia y Susan, las cinco chicas básicas, de cuerpos perfectos, ojos claros y jugadoras expertas con los sentimientos de los demás, todas unas víboras expertas y chismosas de primera. Excepto Susan, ella me cae bien. Todavía no logro entender como todo mundo las obedece y eleva sus egos, pero bueno, leyes de la selva.

Talia que estaba en el borde del grupo al pasar junto a mi barre todo mi cuerpo con la mirada como si fuera un insecto fastidioso y me rebasa riendo, aguante las ganas de bajar la mirada y buscar la razón por la que río pero me contuve y empecé a caminar hacia mi casillero donde vi a lo lejos estaban Annette y Loren esperándome, recuerdo el día en que ninguna de ellas dos vino al colegio, fue una tortura. Me pegué sin siquiera interrumpir su platica, como si vernos fuera lo más común del mundo y ya ni siquiera un saludo fuera necesario, abrí mi casillero mientras intentaba entender e incluirme a la conversación cuando Anette cambió drásticamente de tono:

-Dios mío...- voltee hacia ella bruscamente por su tono tan meloso y sus ojos parecían haber presenciado un ángel.

- ten cuidado con la baba niña - le advirtió Loren para después golpearle el hombro

Yo estaba de espaldas a lo que ellas dos admiraban, cuando vi sombre mi hombro, entendí perfectamente, incluso yo me quedé mirando junto a ellas. Tal vez no me considere de su liga, pero aún tengo derecho de tener un amor platónico en mi vida, el equipo de futbol, ya se que pensaran, típica escuela con deportistas musculosos y perfectos, pues si lo lamento.

- Hoy veo a Maní mucho más guapo que el viernes... - dijo acomodando un mechón tras su oreja.

-Annette hazte un favor y conserva tu dignidad - le regañó Loren - aparte, es mil veces mejor Cameron.

Rodé los ojos aporreando mi casillero al cerrarlo.

- Cállense las dos que son gemelos- les dije como por tercera vez en esta semana

Efectivamente, unos de los titulares y más guapos del equipo eran los hermanos Cameron y Maní, de cabellos rubios y ojos azules, después iba Ariel, un fortachón misterio de cabello rapado y piel morena, con una estatura intimidante, y podría seguir diciendo una lista larga de todos los chicos atractivos del equipo pero a mi solamente me interesaba uno...

- no te hagas a la que no te interesan, qué hay de Alex he... - golpeé a Annette en el hombro por haberlo dicho tan fuerte.

- ¡Hey! - respondió soñándolo y las cejas fruncidas.

Tan real como en cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora