Detective Doppler

Los callejones de Atenas

- Vamos Rodrigo, tenemos que alcanzarle

- Doppler, deje que me adelante y le derribe yo

- Esta bien, apúrese y cójalo cuanto antes – Exclamó Doppler antes de detenerse a tomar aire.

El dúo se encontraba persiguiendo a un ladrón que habían visto en el acto, sin embargo, seguirle el paso entre los estrechos pasadizos del centro de la ciudad era difícil, sobre todo para Doppler.

En cuanto Doppler llegó a la plaza barrio "San Victorino", pudo ver como el ladrón se encontraba tendido en el suelo bajo Rodrigo, quien se había abalanzado sobre el con tal de detenerle. Junto a ellos se encontraba una bolsa con algunas joyas y carteras que habían sido recientemente robadas.

El detective apresuró el paso para ser él quien hablase con los policías, lo cuales ya se estaban acercando por el este, a través de una espesa multitud que observaba asombrada.

- Señor oficial, mi compañero y yo hemos dado con este ladrón in fraganti. Como puede ver le hurtó a varias personas de la zona sus pertenencias – dijo Doppler al oficial que había llegado primero al sitio.

- Estos asuntos le conciernen a los policías, los ciudadanos no deben tomarse los hechos por mano propia – contestó el oficial

- No hay problema, soy un detective privado. Mi trabajo también consiste en hacer esto. Si me pagan, claro

- Veo que es un mercenario

- Hoy no oficial, simplemente quería hacer una buena acción diaria. Supongo yo que se lo llevaran, ¿no?

- El proceso es llevarle y esperar a que sea juzgado por sus actos. De aquí en adelante ya es cosa nuestra.

Sin tener mas que decir, Doppler le hizo un gesto moviendo la cabeza a Rodrigo, quien se levanto de arriba del ladrón y permitió que los policías cogiesen al ladrón.

Mientras caminaban en dirección a la plaza Santander, Rodrigo silbaba una canción. Doppler solo contemplaba en silencio los rostros de los demás transeúntes. Era medio día, por lo cual muchos iban hacia sus casas para almorzar con sus familias.

- Joven Rodrigo – dijo finalmente Doppler - ¿Alguna vez se ha puesto a pensar como ha de verse la ciudad desde arriba?

- Supongo que todos han de lucir como hormigas y los edificios como pequeñas cajas.

- Ya que no tenemos planes para la tarde de hoy, y hemos atrapado a un ladrón, ¿Qué le parece si vamos a Monserrate?

- ¿Vamos a caminar hasta allá arriba? – preguntó preocupado Rodrigo

Doppler río un poco

- No amigo mío, como cree. Tomaremos el funicular. Luego de esa persecución, lo que menos quiero hacer es caminar en exceso.

Tras comer en el restaurante del Hotel Granada, el dúo se dirigió hacia la estación del funicular de Monserrate. Un aparato similar a un tren que sube por la ladera del cerro.

Desde la cima del cerro se puede observar no solo a Bogotá, sino también a municipios aledaños como Engativá, Suba o Fontibón, además de los humedales y lagos.

- Señor Doppler, ¿Por qué razón ha sido usted tan amable conmigo?

Doppler sacó de su gabardina una pequeña licorera grabada y bebió un sorbo antes de responder.

- ¿Amable en qué sentido? ¿acaso he hecho algo extraño o indebido? – preguntó Doppler

- No es eso, sino que me ha permitido ser su compañero, me ha dado ropa, comida y parte de las ganancias que hemos obtenido las ha compartido conmigo. ¿Por qué?