El Entrenamiento

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POV Emilia

Después de terminar el desayuno tranquilamente, bueno si a eso se le dice a que mi tío con mi hermano estén fulminandome con sus miradas por las tonterías que decía Edgar, bueno todo lo demás estuvo tranquilo.

Ahora me encuentro yendo a la sala de entrenamiento, para enseñar a los recién ingresados, hombres que se registraron para ser guardias de mi hermano o que vayan a inspeccionar el bosque, depende de lo que ellos elegían.

Cuando entro al salón, veo que ninguno me prestaba atención, algunos estaban conversando, otros jugando con cartas o limpiando sus armas, y un grupo pequeño que estaban recostados durmiendo en los asientos.

Me doy cuenta que todos eran jóvenes, ya veo por qué algunos guardias cuando venía y les decía que híba a entrenar e inspeccionar a los recién llegados, ellos me miraban preocupados, ahora lo entiendo, los recién llegados pueden ser un dolor en el trasero y uno muy grande, bueno a dar todo de mi.

- Quiero a todos en este momento en una columna - grito, todos voltean a verme, pero después me ignoran sin tomar importancia a mis palabras, «a no eso sí que no» - ¡AHORA!.

- Cállate mujer, deja de joder y mejor vete a ver si ya pudo la marrana - exclama alguien y todos se ríen, «si, ahora mismo voy a hacerlo» - y de paso también tráeme al.....

No termino de hablar por que yo me moví veloz y le agarre del cuello haciendo que pierda la conciencia, «bueno, no lo dañe», todos me miran sorprendidos, pero no me importaba eso.

- ¡¿Que mierda le hiciste a mi hermano?! - exclama alguien corriendo hacia mi para golpearme, pero no lo logro, levantó mi mano y le golpeó en la costilla, «maldición, creo que escuché sus costillas romperse, mi tío si se entera de enojara» - maldita - gruñe como perro, se agacha agarrándose la parte donde le pegue quejándose de dolor.

- ¿Creo que te golpee muy fuerte? - digo acercándome a él, escucho que sigue quejándose, me separé de el con la vista de cada uno en mí, abro la puerta y veo a un guardia caminado en los pasillos - Ey tú - grito y el se detiene y me mira confuso - ven.

El se acerca a mí dudando, le hago una seña para que entre y el cuando lo hace escuché el quejido del joven que había herido, me miró frunciendo el ceño, «el comenzó», me hubiera gustado decirle pero no lo dije, se acercó al muchacho y lo levantó.

- Llévalo con el doctor del rey, el sabrá que hacer - dije fríamente y en seco, el me vio dudando si hacerme caso o no - También dile a mi tío Edmundo que le dé una recompensa de mi parte, y que más tarde yo hice para avisarle de la situación - exclamé fastidiada, todos me miraban sorprendidos y a la vez preocupados, «por eso no quería que sepan de quién era», siempre cuando se enteraban que era la sobrina del antiguo rey o la hermana del Actual me hablaban con respeto y eso no me gustaba.

- Princesa, usted que... que está haciendo en estos lugares, si su tío se entera estaré en problemas - yo le miré sería y el se tenso, parecía preocupado, bueno era de suponerse, mi tío es muy sobreprotector y no le gusta que este en estos lugares.

- Si tú no dices nada, no lo sabrá - dije resoplando, chasqueo mi lengua frustrada - no te preocupes, ahora tengo el permiso de mi hermano, estoy acá por qué voy a entrenar a los recién llegados.

Todos me miraron sorprendidos, otros preocupados y algunos incómodos - Mejor ve a llevarlo dónde te dije y has lo que te mandé, no te preocupes estaré bien, ah, y si vez a mi tío dile que yo te obligue, así tú no te darás problemas - expliqué y el asintió, veo como se va llevándose a el joven que había lastimado, cierra la puerta y yo volteó a mirar a los demás recién llegados.

Rechazada por ser DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora