#25

411 49 14
                                    


.

Aquel dúo de countrys y una capital, habían llegado al centro de Coyoacan, un lugar lleno de cultura y bella arquitectura, siendo uno de los más visitados por los turistas.

Estacionaron el coche en un lugar permitido y caminaron para buscar el lugar ideal para comer.

México: aquí es el centro de Coyoacan, un lugar histórico como cultural

Rusia: es muy bonito –admirando el lugar–

México: y de este lado están los locales de comida. Hay desde restaurantes finos como cocinas  tradicionales y uno que otro puestesito

Rusia: todo mezclado?

México: si, para gente rica y para gente media. Ahora, ¿que desea comer?

La rusa miraba detalladamente los menús de algunos locales, había platillos muy interesantes como deliciosos. ¿Cuál sera su primer bocado?

Rusia: ¿tacos dorados? –preguntó–

México: los tacos dorados son tortillas de maíz freídos en aceite y adentro puede llevar pollo o papa, son los más tradicionales. ¿Gustas probarlos?

Rusia: mmm... esta bien

Mientras ellos ordenaban sus tacos dorados, CDMX ya se había adelantado para comer todo lo que pudiera. Al sentarse, la soviética tomó su celular y lo encendió para ver si hay alguna notificación, y efectivamente tenía un mensaje recibido por parte del país asiático. Rusia tomo un suspiro y procedió a contestar el mensaje y después guardo su teléfono.

.
.

*sonido de notificación telefónica*

China: por fin contestó –revisa el mensaje– dice que: "China, me encuentro con el señor México en la capital."  Bien, sí están aquí              –escribiendo– "así?, ahora si saliste de tu hogar, ¿porque?" –envia el mensaje–

.
.

El celular de la soviética vibró y volvió a encenderlo.

Rusia: –viendo el mensaje– (¿que acaso no escuchó lo que ONU me pidió? –pensó–)

-sí vine hasta aquí, es porque mi presencia es necesaria

-me hubieras dicho antes, pude a verte acompañado

-tu presencia no es necesaria

-solo te protegería

-¿de quién o qué?

-del estúpido e irresponsable mexicano, no permitiría que toque mi tesoro con sus manos sucias de corrupción

-¿cómo te atreves a decir eso y a sus espaldas?

-¿ahora lo vas a defender?, lo sabía, él te ha hecho algo

-jajaja, claro que no. Sabes, no me gusta que los demás hablen mal de otros sin antes haberlos conocido

-[escribiendo]

-mejor ni escribas, que ya me amargaste el dulce momento que tenía.

Y con ese ultimo mensaje se despidió del chino. México pudo notar su cambio de expresión, de una tranquila a una molesta. Dudoso, decidió preguntarle.

México: esta todo bien? –preocupado–

Rusia: –soltó un suspiro pesado– sí, todo bien, disculpa

Dejame Conquistar tu Corazón (RusMex o mejor dicho MexRus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora