Nada del otro mundo

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Yamaguchi Tadashi x otras dos personas, sorprendeos ustedes mismos

Parte del universo "La trágica noche de los retos que fueron más verdades".

Mirad, a estas alturas, no tengo ni idea de qué os lo que os esperáis de mi xD, lo que os traigo es un completo lío autoindulgente, mucho más largo de lo que esperaba y un poco subido de tono. ¿Debería cambiar el título del libro? Quizás a "Las bienaventuradas mañanas de Yamaguchi Tadashi y su harem", ya que solo escribo de él xd.

Espero que os guste esta basurrilla. ¡Besos! <3

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Para lo friolero que era Yamaguchi, despertarse desnudo en pleno invierno junto a Kindaichi y Matsukawa era totalmente una locura imposible de suceder. Más o menos.

Era invierno, el año estaba a unos días de terminar y debido a ello las calles de la ciudad habían sido completamente colonizadas por un frío seco que se colaba a través de la pared de cualquier edificio

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Era invierno, el año estaba a unos días de terminar y debido a ello las calles de la ciudad habían sido completamente colonizadas por un frío seco que se colaba a través de la pared de cualquier edificio. Yamaguchi era un chico friolero, así que la mayoría de las noches se acostaba en su cama con uno de sus pijamas de algodón favoritos y la cálida manta que su abuela le había regalado cuando decidió comenzar a vivir con sus amigos. Así que se sorprendió cuando se encontró a sí mismo despertando en una habitación candente, con una única fina sábana tapando con cierta delicadeza su cintura y completamente desnudo.

Porque, en realidad, no contaba la vieja falda de Yachi como una prenda que estuviera puesta sobre él, debido a que la mantenía rodeando con cierta pena su muslo derecho.

Levantó la cabeza, mirando a su alrededor, notando que la ventana cerrada había condensado el aire entre las cuatro paredes de su habitación, y volvió a acomodarse entre su almohada. Las respiraciones habían sido las causantes del sofoco que se notaba en el ambiente y, mezclado con todo el alcohol que había bebido la noche anterior, el frío no le había supuesto ningún problema. Aunque, ahora que lo pensaba, quizás también era la culpa de los otros dos cuerpos que semidesnudos descansaban a su lado.

Yamaguchi se incorporó tan rápido como se dio cuenta de que había otros dos hombres en su cama. Giró sobre su cadera, clavando sus rodillas sobre el colchón y llevándose con él la sábana que tapaba a los chicos, ocultando con ella su propia desnudez. Debido al brusco movimiento, los no tan desconocidos se movieron, entonces, despertándose. Matsukawa estaba boca arriba y agradeció que él, al menos, tuviera su ropa interior puesta. Se apoyó sobre sus codos y le miró con una sonrisa adormilada, sin abrir del todo sus ojos. Por otro lado, Kindaichi levantó la cabeza de entre las almohadas, cruzando sus brazos con los cojines y parpadeando con confusión a las otras dos personas con las que compartía la cama.

—¿Buenos días? —Preguntó este último, sin estar seguro de lo que decir, mientras masticaba la plasticidad de recién levantado que tenía en su boca. Yamaguchi le miró con los ojos tan abiertos como platos. ¿¡Cómo que "Buenos días"!? ¡Estaban desnudos! ¡En su cama! ¿Qué había ocurrido para que llegaran hasta ese punto?

Amanece, que no es poco [Haikyuu!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora