Amanece, que no es poco [Haikyuu!!]

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Yamaguchi Tadashi/Oikawa Tooru/Matsukawa Issei

Soulmate AU

Debería actualizar muchas otras cosas y soy consciente de ello, pero... Nah, no tengo excusa. Estos meses mi vena creativa se ha ido por el lado artístico y estoy haciendo veinte mil portadas para historias en las que solo tengo una línea de su plot. Por ahí hay un OiSuga, un MatsuTsuki, un MatsuKuni, un LevTeru porque me parecen cools, más YamaKage y el infame YamaKen Genderbend. Dudo que los escriba este año xD Así que serán noticias de 2021, lol.

Bien, espero que os guste este pequeño One-Shot. Entra en el mismo universo que "Echar raíces", así que es de almas gemelas y toda esa bobería, con OiMatsuYama como protas porque estoy pensando demasiado en "La letra pequeña" estos últimos días xD. Just saying.

Btw, ¿qué os parece la nueva portada? xD YamaKen/KenYama es de otro mundo, qué deciros. Oh y perdón por los errores :(.

Gracias por leer y os mando un gran beso! <3

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Oikawa ya no está en casa y Yamaguchi y Matsukawa reaccionan de diferentes maneras a su ausencia.

  Tadashi tuvo suerte. Encontró a sus dos almas gemelas a un par de meses de cumplir los dieciséis años, sentado en el banquillo de su primer partido de práctica contra Aoba Johsai, a nada de sufrir un colapso físico y mental al descubrir que su corazón no estaba unido a una, sino a otras dos personas. Las cicatrices de su espada, esas que todavía llevaba vendada porque hacía relativamente poco que su marca había aparecido, ni siquiera estaban curadas cuándo se iluminaron como luciérnagas en la oscuridad.

No recordaba mucho del suceso. El picor en su herida fue demasiado intenso y doloroso como para soportarlo consciente, así que se había desmayado nada más entrar por la puerta del gimnasio el equipo contrario. Cuando despertó, Issei y Tooru ya estaban ahí.

La mayoría de la gente no encuentra a su persona -o personas- predestinadas a tan temprana edad, siendo algo que más bien ocurre durante los veinte o treinta años, incluso es más común de lo esperado encontrarla cuando uno tiene la vida más que hecha en sus cuarenta y largos. Hay otro montón que, de hecho, nunca llegan a encontrar a esa media naranja a la cual le debe el alma. Porque muchas veces el destino se equivoca y, simplemente, no es el momento.

Por lo que sí. Tadashi tuvo mucha suerte.

Había vivido rodeado de Issei y Tooru desde que los conoció. Le fue imposible separarse de ellos por mucho que al principio tuviera sus dudas con respecto a su relación -después de todo, los dos chicos de Aoba Johsai llevaban siendo pareja desde hacía un tiempo. Sus almas estaban ligadas y ahora que sus tatuajes se pavoneaban completos e iluminados, Tadashi no podía ignorarlo. Así que no lo hizo, ninguno de los tres, y en cuanto el menor acabó el instituto, comenzaron a compartir un pequeño piso cerca del centro de la ciudad.