Granos de arena

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Yamaguchi Tadashi/Terushima Yuuji

1. Yams, te quiero; 2. ¿Cómo es que no me había enterado de la existencia de la cuenta @/hqteamswap en Instagram? Bro, I am living con ese universo. El BokuSuga fue super inesperado y moriré si no acaban juntos; 3. Tengo que publicar tantas cosas que he dejado escritas a media que doy vergüenza, but it is okay, porque Yamaguchi está aquí para salvarme.

Espero que os guste. Amo el TeruYama y necesito leer más sobre ellos, pero no encuentro nada que me llame :/. Muchísimas gracias por leer. Os mando un beso! <3

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Terushima y Yamaguchi debían de evolucionar como pareja. O lo que sean. No pueden quedarse estancados en ese tira y afloja por siempre debido a que no es sano. Y ellos lo saben. Siempre lo han sabido.

 Terushima le había dicho que confiara en él y como un completo idiota había aceptado la mano que le ofrecía

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Terushima le había dicho que confiara en él y como un completo idiota había aceptado la mano que le ofrecía. Siempre era lo mismo. La confianza ciega que había depositado en el chico desde el primer segundo en el que se conocieron parecía de otro mundo, algo de ensueño que a veces no se sentía del todo real. Oh, pero lo era, y Yamaguchi estaba seguro de ello.

Su mejor amigo, Tsukishima, estaba lo suficientemente distraído con Sakusa y la batalla de miradas en la que habían estado involucrados durante toda la madrugada, así que no se dio cuenta de que él había abandonado el asiento a su lado. Había aprovechado que, entonces, no sería capaz de lanzarle uno de esos vistazos en los que le advertía que tuviera cuidado, que se pensara lo que estaba a punto de hacer puesto que fuera lo que este fuese, podría conllevar consecuencias para las que, probablemente, no estaba preparado.

Cuando la historia se centraba en Terushima y él, en la extraña y poco práctica relación que los envolvía desde hacía años, nunca se sabía qué acabaría ocurriendo.

Yamaguchi, simplemente, se levantó de su sitio después de haber dejado la lata de cerveza vacía sobre la improvisada mesa -un cúmulo de toallas que habían colocado sobre la arena en medio del grupo- y permitió que Terushima entrelazara sus dedos con los propios. Dejó que el chico le guiase, caminando en silencio por las dunas, sin prestar demasiada atención a lo que ocurría a su alrededor e ignorando a las personas que se habían quedado charlando junto a la fogata.

No notó el frío hasta que se acercaron a la orilla de la playa. La fresca brisa matutina que condecoraba el amanecer que estaba a punto de presenciar consiguió que los vellos de su piel se erizaran en cada zona de su cuerpo. Llevó su mano desocupada al pliegue de su chaqueta, intentando cerrarla un poco más sobre su pecho, abrazándose sobre la tela que no le pertenecía.

Terushima se paró, entonces, echándole un rápido vistazo a las cabezas de sus amigos que ya habían dejado atrás, y miró a Yamaguchi, alzando una ceja con curiosidad.

—¿Todavía tienes frío?

Yamaguchi negó, a pesar de ser una obvia mentira, y el contrario chasqueó su lengua con cierta diversión. Soltó su mano, haciendo desaparecer el único foco que le proporcionaba calor, y frunció su ceño debido a ello. Terushima llevó sus manos hacia su cuello, enredando sus brazos en la nuca y atrayéndolo hacia él con la ayuda de un suave empujón. Ladeó su cabeza, rozando la nariz con la mejilla ajena, y no hizo falta que preguntara qué si así se encontraba mejor, porque el cuerpo de Yamaguchi se había relajado y su corazón se movía con fuerza dentro de su pecho. Si, siempre era lo mismo.

Amanece, que no es poco [Haikyuu!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora