A lo voyeur

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Kyoutani Kentarou/Terushima Yuuji/Yamaguchi Tadashi

Hombres Lobos AU

En la frase "a primera hora de la mañana" también vale cualquier momento desde las 12 de las noche hasta las 12 del mediodía pues porque lo digo yo xD. Así que aquí os dejo este pequeño drabble pre-relación de estos tres bonitos bebés. Espero que os guste.

Btw, no es +18 a pesar del explícito título xD. Y perdón por los errores, que no lo he corregido, lol.

¡Muchas gracias y muchos besos! <3

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Yamaguchi está feliz y un tanto borracho. O borracho y un tanto feliz. Sea como sea, Terushima y Kyoutani le esperan viendo Cuarto Milenio.

 Sea como sea, Terushima y Kyoutani le esperan viendo Cuarto Milenio

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 Yamaguchi estaba feliz. Feliz y contento. Un poco borracho también. Acababa de entrar a su pequeño apartamento, ese que compartía con su novio y con el carota inquilino, después de haberse tirado toda la noche en un bar de mala muerte junto a sus mejores amigos. La verdad era que no podían echarle la culpa. Ahora que Tsukishima vivía en Tokio junto a los otros tres apenas era capaz de verle, así que aprovechaba su mínima visita a Sendai para pasar tiempo con él, ponerse al día o simplemente charlar como en los viejos tiempos.

Entre risas y fiestas, una copa más y una menos, el reloj había marcado las tres de la madrugada y el camarero de turno se había visto en la obligación de echarles del local. Yachi, la que siempre ha aguantado mejor el alcohol, se había encargado de que tanto Tsukishima como Yamaguchi metieran sus cabezones dentro de un taxi en la dirección de sus casas. También le había enviado un mensaje a las respectivas personas que les esperaban para que estuvieran al tanto de que sus chicos iban de camino.

Debido a eso, Kyoutani ya sabía que su novio estaba borracho. Aunque lo hubiera adivinado con el nauseabundo olor a alcohol hubiera entrado en sus fosas nasales desde que el chico bajó del taxi a la entrada del edificio, o bien con los largos minutos en los que Yamaguchi había tratado de meter la llave en la cerradura de la puerta. Por lo tanto, no se sorprendió cuando el muchacho entró a tientas en el salón parpadeando confundido al televisor encendido, su mirada vagando entre el programa sobre sucesos paranormales y los dos hombres que descansaban recostados el uno al lado del otro en el sofá.

Kyoutani le observaba con los brazos cruzados sobre su estómago, las piernas estiradas sobre la mesa de café y su usual ceño fruncido que a cualquiera le hubiera dado la impresión de que, de hecho, se encontraba molesto. Sin embargo, era su cara de todos los días.

Quien sí que se encontraba sorprendido era Terushima, a pesar de que Kyoutani ya le había avisado de que el chiquillo estaría borracho (¿y a quién quería engañar? También le había olido desde hacía kilómetros), dado que nunca le había visto de esa manera. No era como si llevara demasiado tiempo viviendo junto a él, pero se hacía extraño. Su rostro se encontraba completamente enrojecido, acalorado y muerto de sed, unos vagos párpados caídos rodeaban sus entreabiertos y cansados ojos, y sus labios se fruncían en una agradable mueca risueña, satisfecho con tal recibimiento. Los movimientos patosos también le parecían adorables.

Amanece, que no es poco [Haikyuu!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora