Al entrar a la sala de ensayos lo primero que escuchó fue la voz ligeramente nerviosa de Glam decir:
—Lordi, ya lo pensé mejor y no creo que sea una buena idea.
—Vamos Glam, te juro que no te va a doler. —Ches conocía a Lordi, y sabía que cuando utilizaba ese tono de voz nada bueno se avecinaba, por lo que la escena con la que se encontró no le sorprendió.
Glam estaba sentado en el sillón estirando su cabeza hacia el respaldo para alejarse de las manos de Lordi, algo bastante complicado ya que el pelirrojo estaba sentado a horcajadas en el regazo del rubio.
—Lordi por favor deja al chico, o me veré en la necesidad de defender su honor. —Les dijo Ches mientras comenzaba a dejar sus cosas en el piso.
—Tranquilo Ches, Lordi solo quiere perforar las orejas de Glam, —le contestó Vanya sin despegar su vista de la revista que tenía en las manos.
Dicho eso, Ches notó el catéter en la mano de Lordi, que más allá de ponerlo nervioso le hizo soltar una risotada. Lordi era un desastre para muchas cosas, pero al menos esto era algo que el moreno sabía que su compañero podía hacer.
—Tranquilo viejo, —dijo recargándose en el respaldo del sillón detrás de Glam.— Lo creas o no, Lordi sabe qué está haciendo. —Los enormes ojos de Glam voltearon a verlo con aprensión.— Ten, —dijo ofreciendo su mano,— si quieres puedes tomar mi mano. —Ches lo había ofrecido medio en broma, por lo cual se sorprendió cuando Glam no dudó en tomar su mano.
—Perfecto ahora no te muevas y esperemos que la lidocaína no haya perdido fuerza.
Ches había visto a Lordi perforar decenas de orejas, así que el proceso en realidad no le interesaba. Por otro lado, la cara del rubio estaba siendo todo un espectáculo. Para alguien poco versado en el sutil arte de leer la cara de Glam, el chico ahora estaba completamente tranquilo y listo para que su lóbulo fuera atravesado por un catéter, pero para Ches la tensión de su compañero era evidente en la manera en la que su ojo derecho saltaba ligeramente y la leve rigidez en su frente que delataba su esfuerzo por no fruncir su entrecejo.
A los chicos les gustaba bromear diciendo que en la fábrica a Glam habían olvidado instalarle un chip con emociones complejas, y por eso solo tenía dos modos: tranquilo y serio, bautizado por Lordi como "si me interrumpes te mato". A Ches no le sorprendía que los demás tuvieran esta impresión, después de todo, el rubio tenía un control muy grande sobre sus emociones y no permitía que nadie viera algo que él no deseaba mostrar. Pero el moreno sabía que detrás de esas sonrisas amplias y ojos asesinos había un mar de significados.
En los últimos meses viviendo juntos Ches había aprendido a leer cada pequeño gesto, cambio de tono, suspiro, hasta la manera en la que tomaba notas era ligeramente distinta dependiendo de su estado de ánimo. Esto más que un ejercicio consciente, había sido producto de la fascinación que despertaba en él el rostro de Glam.
Desde el momento en el que se conocieron, romper el estoicismo en el rostro del otro se había hecho casi un deporte para Ches. No era sencillo, pues Glam era bueno para encontrar la lógica detrás de las acciones de los demás, pero gracias a su naturaleza impulsiva y su gran talento para decir mentiras sin siquiera tener que pensarlas, le habían permitido a Ches hacerse el campeón de este deporte.
No podía decir con certeza por qué disfrutaba sacar una reacción del otro. Ver sus ojos abrirse como platos con sorpresa, la manera en la que fruncía el ceño e inclinaba la cabeza ligeramente hacia un lado cuando estaba confundido, cómo intentaba contener su risa apretando los labios y el gesto de su mano al cubrir su boca cuando la risa inevitablemente salía.
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When we had run out of all fears
FanfictionNadie dijo que el camino a la adultez era sencillo, pero al menos tenían buena compañía.