—Tienes una nariz realmente interesante.
Tan pronto como las palabras dejaron la boca de Glam la mano de la chica que estaba frente a él se estrelló con fuerza contra su mejilla.
—Idiota, —y así la chica se dio la media vuelta y desapareció entre la multitud.
Glam se llevó la mano a la mejilla para mitigar el dolor que se estaba expandiendo por su rostro. La chica no lo había golpeado tan fuerte, sin embargo esto mismo le había sucedido dos noches antes, así que el golpe definitivamente se había sentido peor de lo que había sido.
Realmente no comprendía qué era lo que estaba haciendo mal, había seguido al pie de la letra las recomendaciones de Ches. Acercarse con confianza y halagar a la chica, cuando el moreno lo hacía se veía bastante sencillo, pero hasta el momento esto solo le había traído una serie de cejas levantadas con incredulidad, varias cachetadas y una infinidad de espaldas.
No es que estuviera desesperado por conseguir una novia, es solo que quería experimentar por sí mismo en qué consistía una relación. Por supuesto la parte física le era atractiva, pero las minucias de entablar una relación con alguien, conocerle y entender cómo era posible funcionar al lado de otra persona.
Había un rango muy amplio de relaciones humanas que Glam no terminaba de comprender. La vida en el mundo real era muy diferente a la que había llevado dentro del rígido mundo de su padre. Ahí no había espacio para sutilezas, las personas a su alrededor estaban ahí para un fin específico, su comportamiento estaba dirigido a conseguir esos fines, uno no formaba relaciones con sus herramientas.
Así que intentar formar y navegar relaciones que en su centro eran sinceras y desinteresadas estaba probando ser algo realmente complicado. Tampoco ayudaba que en la escena en la que se movía había más de una persona por noche que se acercaba a él para intentar sacar provecho de sus talentos. Normalmente era sencillo reconocer a esta clase de individuos, pero a veces lograban ser lo suficientemente sutiles para engañar a sus instintos. Esto más allá de ser un golpe emocional era bastante molesto, ya que simplemente complicaban más su curva de aprendizaje.
Con un suspiro se dio la vuelta para buscar a Ches entre la multitud y avisarle que se adelantaría al departamento.
—Realmente eres malo en esto. —Dijo una voz a su izquierda, que fácilmente podría pertenecer a una contralto.
Al voltear a ver a la dueña de la voz se encontró con una mujer de pelo oscuro un poco más alta que él y que claramente podría partirlo en dos si ella quería, y ¿francamente? Glam pensaba que sería una buena manera de partir de este mundo.
—Puedes cerrar la boca rubio, mi novia está sirviendo tragos en la barra y si intentas algo puede que encuentres algo desagradable en tu siguiente soda. —Le dijo la pelinegra en tono socarrón.
—Lo siento, — se disculpó en un murmuro y comenzó a darse la vuelta de nuevo.
—Hey espera, —le llamó apurada—. No te hablé solamente para burlarme de tus habilidades para coquetear, tengo una propuesta que a ti y a tus compañeros podría interesarles. —Le dijo con una sonrisa autosuficiente.
—¿Qué clase de propuesta? —Preguntó entrando en modo de negociación.
La chica levantó una ceja sorprendida por el cambio en su postura. Lo que ella no sabía es que, a diferencia de las relaciones intrapersonales, esto sí estaba dentro de su área de experiencia.
Lo cierto es que desde hacía unos meses él llevaba todo el papeleo de la banda, desde los contratos con los bares y clubs hasta la contabilidad y administración. Lo primero solía ser trabajo de Lordi o Vanya, pero después de perder su lugar en un club porque el dueño colmó la paciencia de Lordi y el pelirrojo decidió cerrar la negociación de su pago con su puño en la cara del otro, Glam se ofreció a llevar futuras negociaciones. La administración fue un tema de necesidad, ya que hasta hace poco la banda no había producido lo suficiente para pensar más allá de repartir el dinero entre sus integrantes. Ahora había que pensar en equipo nuevo, mantenimiento, además del transporte a las locaciones y francamente nadie quería hacer las matemáticas detrás de eso. Así es como se acordó darle a Glam un porcentaje más alto de las ganancias por su labor como manager.
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When we had run out of all fears
FanfictionNadie dijo que el camino a la adultez era sencillo, pero al menos tenían buena compañía.