Por un insignificante instante
Vi la punta de mi vida romperse.
Vi como la soledad se me echaba encima.
Sentí que todo lo que amaba se derrumbaba,
Y la amargura acabaría siendo mi único pilar.
Esa pequeña parte que me hacía ser persona,
Y que tantas veces me había traicionado.
Muchas veces me sentí acabada,
Con un mural que no me permitía avanzar,
Y que ni siquiera las lágrimas que nos reconciliaban
Podrían abatirlo.
No pensé en donde estaba.
Tampoco en las tinieblas que devoraban mi alma.
Intente sobreactuar,
Pero el papel me fue imposible analizar.
Imposible entender por mis lagrimosos ojos que me ciegan.
Me ciegan también las drogas, el alcohol y esos sueños inaccesibles,
Y piensas que el humo que te nubla es de los cigarrillos,
Pero al fin y al cabo son todos tus problemas,
Que te rondan.
Y están reunidos en una misma habitación.
Estas atrapada con todos ellos y
Sabes que
Jamás podrás salir y siempre te tendrán encerrada.