Capítulo 4

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*NARRA JIMENA*

Después de irme a mi habitación o hacer que me iba vi a que Jesús todavía no había salido del baño y Dani estaba entrando ¿Que había pasado?

Me acerqué con cuidado de que no me vieran y así poder escuchar toda la conversación, la verdad es que no oia muy bien ya que habían cerrado la puerta, solo oía lágrimas y oí también alguna que otra palabra suelta palabra.

Noté que alguien abría la puerta para salir del baño lo que hizo que me pusiera nerviosa, iba a correr de nuevo a la habitación para que no me pillaran y no vieran que estaba escuchando la conversa pero no fue así.

-Lo tienes enamorado hasta las trancas, ahí lo dejo-dijo Dani saliendo del baño dirigiéndose hacia su habitación, acto seguido cerró la puerta de su cuarto.

Yo pensaba que era alguna que otra broma de Dani pero me sorprendió, esas palabras las había dicho muy serias y deduje que no andaba con coñas.

Escuché lágrimas venir del baño, ya que la puerta ahora estaba abierta.Me armé de valor y decidí entrar, vi a Jesús sentado en el suelo llorando, lo que me hizo que corriera a sentarme junto a el y abrazarle. El me apretó como si fuera un peluche.

-Ay que me aplastas, ¿Qué te pasa pequeño? -dije mirándole a sus ojos llenos de lágrimas.

-Tu eres lo que me pasa, te quiero y no es poco joder. ¿Tu sabes todo el tiempo que llevó enamorado de ti?¿De esa sonrisa con brackets? ¿De esos ojos color miel en los que me pierdo? ¿De ese pelo moreno claro?¿De esa piel color caramelo que hacen que den ganas de comerte?, creo que no lo sabes y por eso te lo digo, estaba esperando el momento más adecuado pero nunca lo encontré, así que te lo digo ahora Jimena, que te quiero, te amo.Y no puedo seguir así todas las noches me acuesto con la ilusión de que algún día puedas ser mía, algún día acercarme a ti y abrazarte sin temor a como vas a reaccionar. Algún día llamarte amor y que me respondas con un largo beso o quedarnos abrazados viendo una película y esque...

En ese momento Jesús no pudo continuar ya que rompió a llorar.

Yo también lloraba, no sabia por que, la verdad es que yo también estaba bastante, mucho, un montón pillada por el, bueno la verdad estaba enamorada de JESÚS OVIEDO MORILLA.

Le levanté la cabeza.

Cogí impulso y le besé, si, le besé.Cuando los separamos por falta de aire Jesús se acercó a mi oído y dijo en bajito:

-Yo, te quiero...

Lo que hizo que se me escapara una sonrisa.

Después de ese beso tan perfecto nos quedamos abrazados, sin hablar, estábamos bien así. Este chico me hacía sentir tan pequeñita pero tan grande a la vez. Era realmente increíble.

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