Cuantas heridas puede soportar un corazón enamorado?, bastante según Naomi, ella está totalmente enamorada de su peculiar mejor amigo Kim Taehyung, pero este no ve más que una simple hermana en ella
pero que pasará si ella desiste ante aquellos sen...
CONTINUACIÓN.... . . . . . —Taehyung? — maldijo internamente, no planeaba hablar con ella ahora, no en estas circunstancias.
Se dio buelta de a poco viendo el semblante de la pequeña chica esta al ver a Tae no pudo evitarlo y lo abrazo, estaba demasiado preocupada por su mejor amigo, luego de separarse del abrazo ella acunó las mejillas de Tae en sus manos y le miro
—Estas bien? ¿Donde estuviste? Estaba muy preocupada Tae— ella golpeo el pecho de Tae con su mano, su semblante cambio a uno de enojo—como se te ocurre irte como si nada?! Todos estuvimos muy preocupados, por que siempre haces cosas sin pensar, que pretendías hacer? Desaparecer así de la nada, como mierda pudo eso pasarte por la mente?.
Tae no decía nada solo la miraba queriendo poder ahí mismo dejar las cosas claras pero no, era un cobarde, no podía culparla a ella no sabía de sus sentimientos...bueno si sabía pero los había tomado como un juego pues el mismo provocó eso, el no era una persona sería en ese aspecto o bueno se dio fama de ello, jugando a querer a otra persona tratando de olvidar lo que años atrás estuvo cargando y que aún lleva muy a su pesar en su pecho, era un idiota, un tonto más.
—siquiera me estas escuchando Tae?!—Naomi sonaba muy exasperada, Tae negó y se dio vuelta
—Vuelve a casa Naomi, luego hablamos —musitó...era un maldito cobarde
—que diablos pasa contigo?! —grito desesperada, Tae volteó y no se espero aquello, los ojos de Naomi se humedecierón —Te vas por 5 malditos días y vuelves como si nada hubiera pasado, todos estabamos preocupadas por ti y a ti no parece importarte, llore por que no contestabas, me imaginaba lo peor!!! Juegas con todos a tu antojo, tu no eres así...has cambiado demasiado
—ja...en serio he cambiado? creeme que lo sé, me he vuelto una mierda de persona jugando con todos a mi maldito gustó, viendolos como piezas de ajedrez que puedo mover a mi antojo...si, me he vuelto un maldito manipulador, pero ni siquiera saben el porque de mi maldito cambio!!! —grito las últimas palabras haciendo estremecer a Naomi — tu...tu eres el principal de mis problemas, el número uno de todos, mi maldito dolor de cabeza—Tae apretó sus cabellos comenzando a reír mientras lágrimas corrían por sus mejillas humedeciendolas —te paseas frente a mi como si nada, te la pasas hablando con chicos a cada maldito instante y no puedo decir nada por que no somos más que mejores amigos, por que mierda tiene que ser así, ¿por que tiene que doler tanto?!
—Ta... Tae que...a que viene eso, que sucede?! —estaba exasperada Tae parecía estar inestable emocionalmente
—Tu me sucedes!!! —finalmente grito — por que me fui?! Quieres saber?! Me fui por ti por que no soportaba más estar así, la maldita tensión, los problemas, amoríos por aquí y por allí, Moonbin, Moonbin ¡Moonbin!! Ugh ese maldito idiota, —soltó una carcajada— me gustas maldita sea y ese es mi maldito error...no me crees capaz de quererte como se debe, piensas que solo será un momento y ya pero no!! Por mi no será, así llevo cargando con este maldito sentimiento desde antes de San Valentín ese cuando tenía 14 ese donde te daría las hermosas rosas azules y los pequeños girasoles...ese donde Joshua se me adelanto —bajo la voz dejando que sus lágrimas fueran las únicas que expresaran su dolor en ese momento— soy un idiota lo sé, lo se muy bien, enamorarme de mi amiga, no, no, de mi mejor amiga, vaya mierda, estaba celoso me fui por que no soportaba más tener que ocultar te lo que siento, te dije que me gustabas y solamente pensaste que era una broma y vaya te di el entender así, luego de besarte y tratarte como algo más simplemente por venganza correspondí a los sentimientos de Wendy...y acabe jodiendo más el asunto
Naomi en verdad no sabía que decir era mucha información para procesar en un simple segundo, su mejor amigo y amor platónico siempre vio algo más en ella, pero no es igual ella...ella por más que quisiera poder decirle que también gustaba de el, no podía decirlo, no así, Tae no estaba bien y decirlo en un momento como ese podría cometer el mismo error una y otra vez como si fuera un círculo vicioso.
—y...yo creo que deberíamos vernos luego —Taehyung simplemente quería irse, lo había hecho, lo había soltado todo, Naomi no dijo nada más, solo asintió, quería lo mejor para el, pero ahora no sería lo más indicado —nos vemos
—me da gustó ver que estas sano y salvo —ella susurró a las espaldas de Tae, camino hasta la cerca y cruzó su lado nuevamente para cerrar la —nos vemos luego
Taehyung entró a la casa cerrando la puerta detrás suyo, su padrastro le miro de forma lastimera, Tae no quería la lastima de nadie, solamente negó y subió a su habitación, corrió hasta la ventana y ahí la vio nuevamente, al mismo tiempo ambos cerraron las ventanas sin siquiera decir nada más, no había más que decir.
Tae se dejó caer en la cama y puso la almohada en su rostro para ahogar un desgarrador grito que consigo trajo un terrible llanto ya no aguantaba más la presión de todo ese jodido asunto del enamoramiento, eso no debería durar tanto, eso no debería doler, el simplemente debía entender que no se iba a poder, no cuando su corazón estaba ocupado por aquel chico que tanto aborrecía, ir a la escuela sería un martirio tendría que aguantar el griterio de sus amigos y en verdad que no estaba para ello, ni siquiera tenía animos de respirar a esta altura.
Se supone que es un hombre que no debería llorar y tampoco sufrir tanto por un simple amor, si su padre le viera...si tan sólo su padre estuviera con el, no estuviera en esas circunstancias de sufrir por un tonto amor que no existiría.
Se sentó en la cama y sin pensarlo mucho tomó su teléfono miro aquel número y mordió su labio inferior. Kim MinYong, una lágrima cayó en la pantalla ¿era lo correcto? Seco sus lágrimas y le dio a llamar.
—#hola? —se escuchó del otro lado de la línea
—#ho...hola papá— pasó saliva al escuchar la voz y pequeña risilla de su padre
