†La verdad†

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—SeokJinnie... ¿En serio estarás enojado conmigo durante tanto tiempo?, creí que ya habíamos arreglado todo. —NamJoon miraba con una cara de cachorro a su novio quien parecía muy entretenido en disfrutar de su quinto helado del día.

Ya habían hablado sobre el tema de YoonGi y JiMin, y el chico parecía estar aprovechándose del arrepentimiento de su pareja para comer todo lo que pudiera, justo en ese momento se encontraban en la cafetería del instituto. Ya le había comprado cinco helados, —eso sin contar los chocolates y dulces que le había estado regalando durante los días anteriores— pero el chico no parecía querer perdonarle, ¿Necesitaba que se humillara mas?

—A ver Kim NamJoon, no... No hemos resuelto nada, y no te perdonare hasta que le digas toda la verdad a JiMin.

—Pero YoonGi...

—Me importa una mierda, el debería dejar de ser un cobarde y acercarse a JiMin lo cuenta propia, no hacer lo que hicieron, ambos. —Jin estaba firme en su posición, no le gustaban las mentiras, mucho menos si su novio formaba parte de ellas.

—Perdona por ser tan cobarde, Hyung. —el pelinegro se sobresalto al oír la voz del mejor amigo de su novio y casi chillo al pensar en que había estado oyendo aquella conversación.

—Yoon.. Yo...

—Déjalo. —Min suspiro sentándose frente a la pareja mientras que mantenía su mirada fija en algún lado. —tienes razón de todos modos, todo esto debí hacerlo por mi cuenta y no meter a Nam en esto, pero no pude por que soy un cobarde, porque no tengo la suficiente confianza para acercarme a JiMin y hablarle, es que, miralo... —volvió a suspirar viendo en una dirección exacta y la pareja hizo lo mismo.

Justo allí venia Park JiMin, con esas sonrisa tan radiante y enorme que hacían que sus ojos prácticamente desaparecieran, el chico parecía irradiar una luz a su alrededor, y todos los que le veían caminar lo el pasillo no podían siquiera apartar la mirada de él, y si, entre esos todos habían chicos muy guapos, altos, fornidos, todo lo contrario a YoonGi; pálido, apenas mas alto que JiMin, delgado, con cero pizcas de autosuficiencia y confianza, si, ese era Min YoonGi, comparado con aquellos chicos, el no era mas que un gusano. Bueno, eso era lo que rondaba por su mente cada vez que se comparaba con otros chicos.

—El es perfecto, Hyung, por donde lo veas... Nadie puede negarlo, miralo como parece destellar cada vez que sonríe. Es un chico hermoso, seguro de si, agraciado, y yo... —hizo una mueca señalándose a si mismo y recargo su cabeza de la mesa cerrando sus ojos. —no soy nada.

—Oh Yoonie... ¿Tu de verdad estas enamorado de JiMinnie, verdad? —SeokJin dejo salir un suspiro algo triste por la manera tan despectiva con la que el chico se expresaba de si mismo.

Y mucho mas cuando no era cierto, Jin no era ciego, podía ver el atractivo en Min YoonGi de lejos, tenia esa aura de chico solitario y rudo, siendo, bueno, en parte era así, pero también era alguien de un lindo corazón, su novio se lo había dicho, y ahora lo había comprobado al oír la forma en la que describía a JiMin, y como lo miraba ¡Ah! Sus ojos parecían disparar corazones en dirección a su pequeño amigo.

—Bien, siendo sincero no me gustan las mentiras, ya lo he dicho... Prueba decirle la verdad, YoonGi, mi JiMinnie tiene el corazón mas noble que podrás ver, el te entenderá y puede que te de una oportunidad... Nada pierdes con intentarlo. —NamJoon asintio estando de acuerdo con lo que decía su lindo novio.

—Si fuera tan fácil...

—Es muy fácil, solo vas y te acercas a JiMin y le dices...

—¿Decirme que? —todos los presentes abrieron sus ojos de sobremanera girando sus cabezas en dirección al pequeño peliazul  que se había acercado a la mesa y ahora se encontraba sentado junto a Min, mirándolos a todos con curiosidad. —¿Hyungs?

¿Quién te crees que eres? •YM•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora