Prólogo.

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Siempre supe que buscaba algo, pero no estaba seguro de qué estaba mal, y que siempre me había molestado. Era extraño, algo me decía que debía mantenerlo en secreto todo el tiempo.

Ese sentimiento, estoy seguro de que fue más palpable, el día en que Tn dejó de tener la hermosa sonrisa que la caracterizaba, a tener una sonrisa forzada, creía que no me daba cuenta, ya que era muy buena fingiendo, pero lo notaba, era mi mejor amiga a fin y al cabo.

Fuimos vecinos toda la vida, desde que tengo memoria, era quizá unos 3 o 4 años mayor que ella, pero era bastante madura e inteligente, salíamos a comer todos los días después de la escuela, por helado o a jugar simplemente por ahí.

Éramos felices, viviendo en nuestro mundo como cualquier persona normal, dos mejores amigos viviendo sus vidas.

Ella tenía casi 17 y yo 20, aún no entraba a la universidad ya que no sabía que hacer con mi vida, por lo que me quede un tiempo trabajando en la ciudad, viviendo en un cuarto donde solo tenía mi cama y mi ropa, nada extravagante. Ella aún iba a la escuela y debido a las diferencias de horario los únicos días en que coincidíamos eran los miércoles a las 2 de la tarde, después de las clases de baile de Tn, nos juntábamos y comíamos un poco de pizza y malteadas de chocolate en un restaurante digno de un musical romántico de los 60's, contando lo aburrida y tediosa que era nuestra vida.

Aún con mi uniforme de trabajo, me senté en nuestra banca de siempre, al fondo, cerca de los baños y lejos de la vista a la calle, pero un buen lugar para que nadie escuchara nuestras conversaciones. Pasaron al menos 2 horas antes de que supiera que no iba a llegar, no contestaba mis llamadas y eso solo me enfureció, aunque me pareció un poco extraño, ya que ella nunca faltaba, incluso me tachaba a mí de impuntual.

Pagando lo poco que había consumido, volví a mi pequeño hogar decidió a no hablar con ella por al menos una semana, resentido de su falta de responsabilidad.

Pero en cuanto sus padres reportaron su desaparición y su falta a la escuela...Dios...todo se fue al diablo en ese momento, quería encontrarla, quería saber dónde estaba.

¿Estaba bien?

¿Con quién estaba? No había ningún chico al que le gustara lo suficiente para salir corriendo junto a él, ni tampoco algún acosador.

Parecía...como que se hubiera evaporado en el aire, como si nadie la hubiera jamás visto. Por supuesto, no podía dedicarme todo el día a buscarla, aunque quisiera, con el dolor que me causaba saber su ausencia, formé mi vida, me volví un programador profesional al igual que un hacker, buscando y recaudando información de todo el mundo.

Perdí contacto con sus padres poco después de graduarme de la universidad, ellos se mudaron y simplemente desaparecieron.

No sería hasta tres años después de entrar a la universidad, cuando finalmente asistí al funeral de mi madre, quien ahora se encontraba con mi padre, que la vi sentada en un columpio en el patio trasero de su casa, se mecía levemente con la mirada perdida en el suelo, vestía de negro y no pareció notar mi presencia hasta que la tome por los hombros y la sacudí.

—T—Thomas ...—murmuró asustada y pálida, como si no tuviera planeado hablar conmigo.

—Es bueno saber que aún recuerdas mi nombre—murmuré molesto, ella bajo la vista avergonzada.

—Yo...jamás podría olvidar tu nombre...

—¿Pero si puedes desaparecer? ¿Sin decirle nada a nadie ni a tus padres? ¿Preocupando a todo el mundo y teniéndolos buscándote como locos?— ella guardo silencio aún con su mirada vacía, quería gritarle muchas cosas en ese momento, muchas cosas que tenía guardadas en mi interior, pero simplemente no pude, no pude al ver el vacío que ya hacía en sus ojos, ella...no era la Tn que conocía en ese momento— ¡Maldita sea Tn, no vuelvas a hacer eso!— grite y la atraje hacia mí, se quedó rígida sin embargo no la solté hasta que sentí que con manos temblorosas ella también me correspondía el abrazo.

—Lo siento Thomas, lo de tu madre también— murmuró y lentamente se separó de mí—Pero debo irme.

—¿Qué? ¿Por qué? — su mirada de pánico antes de darme un último abrazo es lo último que recuerdo, antes de volverse una imagen borrosa que me hacía dudar si en verdad había ocurrido y lo peor, si en verdad había existido.

Pero Tn era real, tan real como yo. Y Matrix también lo era.

La diferencia era que Tn conocía la verdad, conocía lo que era Matrix y estaba fuera de ella.

No me interesaba mucho saber acerca de ella, aún no le tomaba suficiente importancia, al menos no la de mis estudios, mantener un perfil bajo y buscar a Tn.

Pero, tarde o temprano me daría cuenta de que seguir a Tn, buscar su rastro seria lo que me llevaría a Matrix.

Me llevaría a tomar el viaje, hacia la verdad.

Error en la Matrix (Keanu Reeves/Neo y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora