Error en la Matrix (Keanu Reeves/Neo y Tú)

Capítulo 1.

Neo.

Mi computador comenzó a emitir pequeños sonidos de los cuales conocía bastante bien, era extraño, pero parecía que alguien quería hablar conmigo.

Despierta Neo.

Lo miro un poco confundido, ya que se ha escrito por sí solo, la pantalla estaba negra y sus letras eran verdes, algo extraño ya que no recuerdo haberla dejado así.

La Matrix te tiene.

—¿Qué es esto? —murmuré totalmente confundido, ¿La Matrix? ¿era una broma o alguien estaba hackeando mi computadora? Como si hubiera alguien más conmigo, mire sobre mi hombro antes de darle a escape, pero entonces, puso algo más...

Sigue al conejo blanco...

Seguí presionando la tecla, el mensaje se borró, pero apareció uno nuevo.

knock knock, Neo.

¿Qué?

Antes de que pudiera procesar el mensaje, me sobresalté, con el corazón latiendo a mil de un segundo a otro cuando llamaron a mi puerta con dos golpes.

—¿Quién es? —pregunte mirando al computador fijamente, sin poder creérmelo, debía ser una maldita broma.

—Soy Choi.

—Si...si...— me puse de pie, aún bastante desorientado por lo que acaba de pasar, me dirigí a la puerta y la entreabrí, mirando fijamente al rubio con su chica de pelo negro— Dos horas tarde—le recordé molesto, ya que... ¡había tardado dos malditas horas! ¡Dos! En venir a recoger su pedido, un pedido ilegal que podría meterme en muchos problemas incluso podía ir a la cárcel.

—Si, lo sé, fue su culpa— murmuró, venía acompañado de otras personas, seguramente amigos suyos.

—¿Y el dinero?

—Dos grandes— dijo entregándome un paquete de billetes en la mano.

—Espera—volví a cerrar la puerta con seguro, dándole una leve ojeada al manojo de billetes que me entrego, tome un "libro" de informática de la estantería, obviamente era un señuelo donde guardaba discos duros con todos los pedidos que se me encargaban. Sin decir una palabra, volví a abrirle la puerta y le extendí el que le correspondía a él.

—Aleluya, eres mi salvador, mi propio Jesucristo...—se le miraba bastante feliz, tanto que hasta le dio un beso al pequeño disco, extendí mi dedo índice y le aclaré:

—Si te atrapan usándolo...

—Si lo sé... nunca te vi... tu no existes...— me completo, asentí con desconfianza.

—Bien...

—¿Sucede algo?, estas muy pálido— no dejaba de pensar en lo del mensaje de la computadora, sobre esa coincidencia, guardé silencio antes de responder.

—Mi computadora...—no encontré las palabras necesarias para explicar lo sucedido, era irreal y me parecía que no tenía relevancia, no en ese momento, había algo las que necesitaba saber con aún más urgencia—¿Has tenido la sensación de no saber si estás dormido o despierto? — le hice la misma pregunta que alguna vez me habían hecho a mí, hace tiempo y yo no había podido contestar.

—Si, todo el tiempo, se llama mezcalina, es la forma de volar—desvíe la vista, no sé porque esperaba otra respuesta, al menos por parte él.

Desee que Tn estuviera ahí en lugar de él, desee hacerle esa pregunta a ella, ya que, a fin y al cabo, fue ella la que me la hizo en un principio, sentí que ella debía tener la respuesta, algo en mi interior me hacía pensar que así era, que después de haber desaparecido durante tanto tiempo, no había sido en vano.