Capítulo 5: El trato.

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Título: La existencia de un alma gemela.

Capítulo 5: El trato.

La cálida agua caía sobre él cuerpo muy bien formado del Uchiha menor, había decidido salir a despejarse un rato, después de darse una ducha claro está, se encontraba realmente muy relajado al sentir el agua caer directamente sobre su rostro para después deslizarse por sus pectorales y abdomen  bien marcados, que ni siquiera pudo darse cuenta cuando una segunda persona había entrado a la ducha, hasta que escuchó algún objeto caer.

El Uchiha giro lo más rápido que pudo y al ver a la persona que estaba parada frente a él simplemente no podía  creerlo, pensaba que todo era parte de su imaginación.

- ¿Qué haces aquí? - pregunto él Uchiha aun pensando que su mente estaba jugándole una mala broma mientras él agua aún seguía fluyendo - te hice una pregunta ¿Qué haces aquí? - repitió al no obtener respuesta.

- Yo. Creo que me he equivocado de habitación - dijo una hermosa chica de ojos perlados al momento que se daba la vuelta para irse.

- Espera, no te vayas - dijo el muchacho sujetándola con sus húmedas manos mientras que la chica solo se dedicaba a verlo, él Uchiha sentía que se hipnotizaba solo con ver esos hermosos, ojos perlados - puedes quedarte si gustas – dijo al momento que se acercaba para besarla, un intenso y apasionado beso que la chica correspondió de inmediato.

- n...no…deberíamos...esto...está...mal - decía la chica entre besos extremadamente apasionados.

- me importa una mierda lo que esté bien o mal - dijo él Uchiha aprisionando a la muchacha contra las paredes del lugar logrando que esta se empapara y empapara cada vez más, cosa que realmente excitaba al Uchiha.

- Sasuke hazlo, quiero que lo hagas.

- ¿no fuiste tú la que habló sobre el valor de una mujer? – dijo Sasuke con una sonrisa ladina haciendo ruborizar a la joven.

- olvida lo del valor - dijo la chica con una voz tan sexy que hacía levantar y estremecer el sexo del chico.

Sasuke comenzó a quitar ese estorboso y grande pijama tan rápido como pudo para poder complacer los deseos de la chica que ahora también eran los suyos, se sentía tan ansioso y excitado como nunca antes. En el momento que pensó que había quitado el estorboso pijama, se alejó solo un poco para poder ver y admirar el cuerpo de la joven y en ese instante pudo ver y sentir una intensa luz que le lastimaba los ojos, comenzaba a apretarlos para después intentar abrirlos, hasta que lo consiguió, solo al abrirlos completamente pudo darse cuenta que aquella luz que le interrumpió era la luz del día colándose por su ventana. - "¿un sueño?” - se preguntó al instante que se levantaba de la cama –"maldición ¿Qué me está pasando?, creo que me afectó gravemente haber ayudado a esa niña"– peso él pelinegro cuando noto algo crecido debajo de sus sábanas justo en su entre pierna, era raro pues él no solía tener ese tipo de sueños, no era, como decirlo, necesario pues sus deseos y caprichos sexuales siempre eran concebidos por alguna gustosa mujer desde los 15, cosa que no lo hacía sentir orgulloso pero es que simplemente es lo único que le interesaba de las mujeres, arrogantemente solía decir que era lo único que necesitaba de ellas y que cosas como el amor eran una mierda, pero ¿siempre sería así? 

Sasuke se levantó de la cama y se dirigió al baño de su habitación para esta vez de verdad darse una ducha con agua muy muy fría, era justo y necesario, una vez en la ducha recordó lo que había ocurrido la noche anterior, cuando llegó a su casa después de haber estado a punto de aprovecharse de su amiga, porque es así como consideraba a la pelirosa, solo una amiga. 

- Pues no sé cómo agradezcan, o como acostumbran agradecer en Corea, pero aquí lo hacemos así. – dijo Sasuke antes de plantar sus labios en los de la chica.

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