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Cristina

"Tras cinco días en el Centro Penitenciario de Alhaurin de la Torre; (que se hizo famoso por albergar en sus celdas a muchos de los imputados por el "Caso Malaya" y el "Caso Saqueo uno y dos"), Eleazar Montero Adarre principal sospechoso del homicidio del ciudadano francés Maurice Babineaux y ahora acusado del mismo; ha sido trasladado del módulo de ingresos a su ubicación definitiva en otro módulo del establecimiento. Donde permanecerá hasta que se celebre el juicio contra él".

Observó la enorme pantalla del plasma con asco. Antes de que le diera tiempo de fundirla en negro con el mando su hermano Toni apareció y fue más rápido que ella al desconectarla del interruptor que tenía en un lateral aconsejándole de paso.

- Patito... No deberías ver las noticias. ¿Dónde está esa hermanita que odiaba las televisiones?

- Sigue estando en algún sitio. ¡No lo dudes! Pero necesito saber más. Medina apenas me informa de lo que ocurre con Eleazar. –Se levantó como un resorte del sofá y exclamó con algo más de entusiasmo. -Pero... –Puso mucho énfasis en la conjunción y agregó. - acaban de decir que ya ha sido trasladado a otro módulo. Ahora podré solicitar una visita para verle.

Toni la miró con reticencia y ella arrugó el ceño para preguntarle.

- ¿Qué pasa?

- Sé que tienes muchas ganas de verle. Pero... ir a la cárcel... exponerte a los medios... No sabes donde te metes, patito.

Suspiró con fuerza a la vez que cerraba los ojos harta de consejos y recriminaciones cuando de nuevo los abrió contestó efervescente como la cerveza.

- ¡Tengo que verle! No aguanto ni un minuto más lejos de él. Si tengo que ir a la cárcel, ¡Iré! Si tengo que enfrentarme a esos buitres con alcachofa, ¡Me enfrentaré! Lo hubiera hecho de todas las maneras más todavía si Eleazar se niega a que le pasen mis llamadas.

- Y... ¿No piensas que no acepta tus llamadas quizá para protegerte de todo ese tinglado?

- ¡Me da igual! –Chilló con desespero. - Ya soy mayorcita y sé lo que quiero hacer y lo que no. Es mi única oportunidad para verle y quiero aprovecharla. Tanto si quiere como si no.

Toni escrutó la cara de su hermana. En todo el tiempo que el jinete llevaba retenido se había mostrado marchita y preocupada. Sin ganas de comer y falta de fuerzas. Todos estaban muy preocupados por su situación. Ahora en cambio su semblante brillaba con otro sentimiento; el de la esperanza. "¿Cómo podía acabar con ella? ¿Cómo podía no ofrecerle su apoyo?". Al fin y al cabo se había quedado en Marbella para hacerle compañía mientras todos los demás habían regresado a Madrid. Cada cual a su tarea. Estaba allí para acabar de recuperarse pero también para amparar a su hermana menor en el momento más duro de su vida. Respiró también con fuerza y le respondió.

- ¡De acuerdo! Pero te acompañaré hasta allí. No voy a dejar que vayas sola.

La cara de la joven se iluminó como una noche de fuegos artificiales y eso bastó para satisfacerle.

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Las cosas no resultaron tan fáciles como esperaban. Para realizar una simple visita al locutorio tuvieron que ponerse en contacto con el Centro Penitenciario y solicitar una cita previa. Ésta quedó acordada para el siguiente sábado y tendría una duración de cuarenta minutos. Lo estipulado para una sola visita semanal. Faltaban tres días para el encuentro y el resto de la semana Cristina no paró de deambular por la casa sin rumbo fijo, pareciera aquejada del mal de todo enamorado; verse privada del ser amado. Para más inri su mascota, el gato Otelo, la seguía como su sombra por todas partes, con ese instinto que solo poseen los animales para detectar que sus dueños no están bien.

Para siempre Dulce y Amargo. (Henry Cavill)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora