La reunión finalizó, Walburga y los pocos asistentes salieron uno a uno; la mujer de cabello largo no parecía nada feliz con los deseos de su marido, lastimosamente no podía contradecirlos, pero con seguridad sabía que Sirius no los seguiría.
Severus soltó un suspiró, se colocó de pie aceptando la ayuda de Sirius.
—Bien, me marcho. No diré que fue un placer verle, Sirius. —El doncel le miró a los ojos y haciendo el ademán para caminar fue detenido Sirius.
El slytherin se removió.
—¿No hablaremos sobre esto? —Preguntó con algo de incomodidad, ni siquiera sabía el por qué había aceptado presentarse a fin de cuentas toda su familia le odiaba y Severus, el odio de Severus, el mismo se lo había ganado. —Lo que mi padre...
—¿De qué vamos hablar? No es como si fueras a quedarte, Sirius. Se que lo no harás; si te preocupa lo que dijo tu madre sobre el bebé, no te preocupes, yo si le diré que estas vivo. Deberías hablar con tu hermano y pedirle que administre los bienes hasta que nuestro hijo se haga mayor y el mismo pueda hacerse cargo. —La respuesta del cabello largo fue rápida. —Así no tendrás que cumplir obligaciones que no quieres.
El varón tragó ruidoso, tras todas aquellas palabras sólo había rencor.
—Aún tengo una semana para pensarlo.
Severus soltó una risita sin gracia.
—No te hagas el gracioso ¡¿Realmente crees que podrás hacerte cargo, Sirius!? ¡Si no pudiste con nuestro matrimonio! —Aquello fue un grito.—Tres meses, Sirius, tres meses, te bastaron para abandonarme una noche mientras "Dormíamos".
Remus guardó silencio. Más cosas, más cosas que comenzaba a descubrir de su pareja. El ojo miel tuvo que tomar asiento, sentía que sus piernas le traicionarían tarde como temprano.
—Aquella noche... No quisiste hablar sobre eso. —El murmullo de Sirius llegó con dificultad a los oídos de Severus.
El doncel enrojeció, completamente furioso.
—¿Y de qué iba hablar contigo? Sólo tenías que decírmelo, Sirius. Si no te querías casar conmigo jamás debiste llevar todo hasta al final.—Severus se controló. Las ganas de golpear a Sirius eran grandes.—Te escogí, sobre todos. Sobre Malfoy, Mulciber. Te elegí sobre ellos pero tu me abandonaste.
—Severus, escucha..
—Si te contacté y pedí que tuviéramos un hijo es porque, a diferencia de ti, Sirius. Me tocó soportar la cantidad de chismes, comentarios y burlas que se crearon en tu ausencia. ¿Un varón abandonando a su doncel? Seguramente a tener algo ¿No es así? ¡Me convertí en toda la burla de este maldito reino! Por tu culpa Sirius...—Los dedos del más bajo se enterraron en el pecho del Black. —Mientras tú lo único que hacías era follar. Me tocó cerrarles la boca a todos con un embarazo.
—Lo siento.—Aquello fue con sinceridad. Jamás había pensado en las consecuencias si no meses después de que lo hizo. Hasta el habían llegado esos rumores en donde decían que posiblemente había abandonado a Severus por que era malo en la cama.
Los ojos del Prince ardieron.
—Me arruinaste la vida, pero ya nada puedo hacer. Así que, aprovechando que estas aquí te pediré algo—Severus respiró profundo.— Mi abuelo sólo necesita tu firma para deshacer nuestro matrimonio, no tienes que preocuparte por el bebé, llevará tu apellido.
Sirius sintió varias punzadas en su cabeza.
—¿Divorció? —Repitió.
—¿Qué creías imbécil? ¿Qué iba a continuar casado contigo? ¡ERES UN IDIOTA, SIRIUS BLACK!—Severus tuvo que tocarse el vientre al sentir una punzada en este. Tuvo que respirar profundo.—Yo también tengo derecho a rehacer mi vida ¿No es así? Tal vez tu ya la hiciste junto a alguna putita.
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El vació de la libertad
FanfictionSirius siempre deseo la libertad pero en el momento que la adquirió, noto que a pesar de ser libre, no era completamente feliz. Su verdadera felicidad la había dejado atrás ¿como la recuperaría? ¿dejaría su libertad? ¿o regresaría con la persona que...