—Jaemin, irás a la empresa conmigo. Prepárate —El mayordomo se encontraba limpiando algunos vasos cuando la voz de Youngi interrumpió su tarea. No hubo saludo ni algo que quebrantara el silencio tan incómodo que comenzaba a recorrer en los pasillos por donde el jefe pasara.
Su mal genio era notorio.
Jaemin miró a su compañero con el entrecejo fruncido.
— ¿Qué le pasa hoy? —preguntó Beomgyu sin dejar de cortar los tomates.
—No lo sé, pero será mejor que me apresure —Salió de la cocina y fue hasta su habitación a ponerse un atuendo más acorde al lugar, pero nada más cruzó el umbral el aroma ajeno al suyo lo recibió.
Suspiró pesadamente.
Esa madrugada había dormido abrazado a un hombre completamente diferente al que había soñado por años seguidos y haberlo hecho provocaba en él una especie de culpa.
Agradeció que Woosung se marchara antes de que amaneciera, pues explicar a los patrones que en realidad se había quedado a dormir y no se había largado a su casa como era de esperarse, sería algo complicado... y vergonzoso.
Dejó de prestarle atención a sus pensamientos y se calzó los zapatos luego de cambiarse su clásico pantalón a rayas por unos de vestir y una camisa celeste. Salió de la habitación dirigiéndose hacia la entrada.
—Buenos días, Jaeminie, ¿Dormiste bien? —Se asustó ante la voz divertida de Misuk cuando iba a cruzar el living—. ¡Ay, perdona! —rio ante el sobresalto que provocó en Jaemin.
—No se preocupe, solo me asusté —intentó reir, pero no quería reírse—. ¿Cómo amaneció?
—Eso te pregunté a ti —dijo pícara. Cruzó sus piernas y bebió de su café.
—N-no sé a qué se refiere —Tragó saliva viendo a los costados por si Youngi se asomaba.
—No te hagas, te vi meter al chico de anoche a la casa—sonrió en grande—. ¡Fue la mejor pedida de noviazgo que presencié!, mira, hasta sigo sudando de la emoción—le mostró sus manos y Jaemin hizo una mueca por el nerviosismo.
«Al menos no está molesta.»
—No se lo diga al señor Youngi, por favor —pidió apenado.
—De todos modos, no lo haría —Palmeó el lugar a su lado—, pero ven, ven; cuéntamelo todo.
—El señor me pidió que...
—El señor sigue vistiéndose, tranquilo —Le guiñó un ojo y el azabache aceptó la oferta de sentarse a su lado—. Ahora dime quién era ese hombre tan guapo que te trajo serenata.
Las mejillas de Jaemin se volvieron rojizas. Sonrió levemente.
—Era un amigo, pero... ya ve, era —Se encogió de hombros con timidez, sin poder pronunciar esas palabras en realidad.
—Por lo que vi se nota que te quiere —dijo sin dejar de lado su amplia sonrisa—, aunque Youngi jura que es un delincuente.
—Yo también me sorprendí cuando lo vi aquí, y hablaré con el señor Youngi sobre ese tema.
—No te preocupes por eso, sé que Youngi te quiere como si fueras su hermano y está tratando de verle el lado feo a...
—Woosung.
— ¡Hasta su nombre combina contigo! —Chilló como colegiala enamorada—, como sea, solo está tratando de verle el lado malo a Woosung para protegerte.
—Él siempre fue así.
—Eran muy cercanos cuando niños, ¿no? —preguntó, su semblante cambiando a uno más serio.
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Thorns ©
FanfictionEn los elegantes pasillos de la mansión Min, Jaemin ha servido como el leal mayordomo durante más de una década. Oculto detrás de su impecable compostura y profesionalismo, ha guardado celosamente un amor no correspondido por su jefe y amigo de infa...