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Para cuando Jaemin volvió donde el mayor, éste había terminado de beber su café y se encontraba observando el jardín al otro lado del ventanal, hundido en sus pensamientos.

—Lamento la tardanza.

—No te preocupes, ¿qué era eso tan importante que tenías que decirme?

— ¿Podemos ir al despacho? —Preguntó con la voz más ronca de lo normal. Tenía miedo de algo que no sabía qué era.

—Claro —Se puso de pie, aunque con el ceño fruncido, y salió de la cocina con Jaemin siguiéndole.

El menor estaba nervioso, pero sabía que aquello no terminaría en buenos términos cuando revelara lo que pretendía.

—Pasa —Le abrió la puerta y ambos se adentraron en la oscura habitación.

Youngi encendió la luz, rodeó su escritorio y se sentó en su silla favorita.

— ¿Aquí puedes decirme Youngi? —preguntó con un poco de esperanza.

—Voy a tutearte esta vez porque es un tema muy serio.

—Habla ya, que tengo los pelos de punta por los nervios.

Jaemin suspiró y cerró los ojos antes de hablar. Los volvió a abrir y en cuanto las perlas negras que eran sus ojos se conectaron con los contrarios, quiso morir.

—Renuncio —Esa simple palabra paralizó a Youngi.

— ¿Qué dices?

—Que ya no quiero trabajar para ti, Youngi.

—Jaemin, no voy a aceptar eso.

—No te estoy preguntando —Su mandíbula se tensó—. Agradezco todo tu apoyo, pero lo dijiste tú mismo: necesito hacer mi vida lejos de tu protección.

—Lo tomaste muy literal —Se levantó con las manos temblándole, pero Jaemin no fue capaz de ver ese pequeño detalle—. Sí quiero que hagas tu vida, pero es muy pronto para que te vayas.

—Es mi decisión —Tragó saliva cuando lo vio caminar hacia él.

—Y yo estoy oponiéndome rotundamente.

—No lo alargues, por favor, ya es lo suficientemente difícil para mí.

—Entonces no te vayas —su semblante se ablandó—. No me dejes.

—Tú lo hiciste primero —Retrocedió un paso—. Iré a vivir con Woosung y trabajaré en otro lugar, no sé... me las arreglaré.

— ¿Te irás con alguien que conoces hace apenas unos días? —Su tono indignado fue imposible de disimular.

—Sí.

—Estás loco —Bufó recostándose por su escritorio—. ¿Qué harás si al final resulta ser todo lo contrario a lo que pensabas? ¿Volverás llorando a mí?

—No —sentenció—. Haré cualquier cosa, pero no volveré a pedirte un favor en mi vida.

— ¿Por qué estás tan resentido conmigo? ¿Ah? Dime para que pueda entender por qué tomas decisiones tan estúpidas —Se cruzó de brazos. Jaemin suspiró acomodándose el cabello—. Anda; estoy esperándote.

—No estoy resentido, pero si para ti eso significa querer hacer mi vida, ¡entonces lo estoy! —Elevó la voz—. Ya tengo treinta años, Youngi, no soy más aquel chiquillo que te seguía a donde fueras. Lo entiendes, ¿no es así?

—Sigue pareciéndome estúpido que quieras irte. No puedo aceptarlo.

—Pero es lo que haré. Seguiremos en contacto, eso no lo dudes, pero no puedo seguir trabajando para ti.

— ¿Me puedes dar la razón, entonces? —Sus ojos ardieron, pero no caían lágrimas.

—No —dijo—. Solo confórmate con saber que estaré bien y tú también lo estarás—dio media vuelta antes de que su fuerza lo abandonara y se largara a llorar.

Cuando agarró el pomo de la puerta, su muñeca fue sujetada y lo volteó con brusquedad, quedando muy cerca de Youngi.

—Suéltame, por favor —Forcejeó ante el tacto de fuego que sentía en su piel, pero el mayor no le hizo caso.

—Abandóname luego del viaje a Italia, porque no lo has olvidado, ¿o sí? —Su aliento casi chocaba con el de Jaemin, y eso congeló al menor en su sitio, provocando que detuviera su intento de zafarse.

—N-no creo poder...

—Sí, sí puedes —Se acercó más a él—, ¿o Woosung te dirá que no?

—Él no decide por mí —Sus ojos lo miraron, firme.

—Entonces vendrás conmigo a Italia.

— ¡Te dije que no! —Se sacudió con fuerza y logró zafarse del fuerte agarre. Su respiración se cortó y su garganta se cerró en cuanto vio los ojos lastimados del mayor—. No vuelvas a tocarme, Youngi.

—Está bien, no voy a tocarte —Retrocedió a penas un paso con las manos levantadas—, pero ven conmigo a Italia, es lo único que pido.

— ¿Por qué estás tan empeñado en que te acompañe?

—Porque podría ser el único momento para recuperar nuestros años perdidos.

—Llévate a la señorita Misuk contigo, yo no...

—Ya te dije que a ella no le gusta Italia —Pasó su mano por su cabello, completamente exasperado—. Solo estoy pidiendo que me acompañes, ¿es mucho pedir?

—Paremos este tema, por favor.

—Solo acepta y no vuelvo a insistir.

—Youngi, basta —Pidió.

El mayor suspiró, pero luego sus ojos brillaron por una idea repentina.

—Te propongo un trato —se irguió.

Jaemin aceptó escucharlo luego de un bufido molesto.

—Vamos a Italia, y cuando volvamos voy a dejarte ir con tu pareja. Aceptaré tu renuncia solo si me acompañas.

—Youngi...

—Por favor, Jaemin —Se acercó de nuevo, pero no volvió a tocarlo—; cúmpleme ese último deseo.

— ¿Cuánto tiempo? —se rindió.

—Dos semanas —lo miró—, solo serán dos semanas, lo prometo.

— ¿Si voy contigo me dejarás renunciar, entonces?

—Es más, yo mismo te consigo empleo en otro lugar.

El menor pensó por un momento.

Ambos estarían solos en una ciudad desconocida, pasarían juntos dos semanas enteras y tal vez, solo tal vez, vivirían situaciones muy incómodas. ¿Estaba dispuesto él a arriesgar su determinación por eso? Sin embargo, la única forma, según el mismo Youngi, de conseguir su renuncia, es acompañándolo al extranjero. Pero él no necesitaba de ningún permiso suyo para largarse de su vida. ¿Con qué autoridad se lo decía?

Miró a Youngi y sintió el peso de su consciencia bajar a su pecho. Tal vez sería la última vez que pudiera pasar tiempo de calidad con su amigo de infancia. Un mes más, Jaemin, solo uno más.

— ¿Jaemin? —El menor lo miró alarmado—, ¿entonces...?

—S-sí, solo estaba pensando —mordió su labio y decidió responder—. Iré contigo.

La gran sonrisa de Youngi lo aturdió, pero no se dejó atrapar por ella.

—Prepara tu pasaporte y empaca tus ropas; nos vamos a Italia en menos de un mes.

Solo esperaba no arrepentirse de haber tomado aquella decisión.

🥀

Empezamo' el salseo 🌚❤

¿Ya vieron La Sustancia? Si sí, ¿qué les apreció? Si no, véanlo por fas.

Coman bien y duerman bien, chicuelaxs 💕

Thorns © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora