𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 75

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Caminaba hacia el departamento

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Caminaba hacia el departamento. Había salido a comprar un café. Jungkook no me había hablado en todo el día. No lo culpo, después de cómo lo traté...

Hoseok me había dicho que iba a salir con Hyungwon toda la tarde. Yoongi estaba encerrado en su casa.

Solo iba a llegar al departamento, me iba a dirigir a mi cama e iba a dormir toda la tarde.

Estaba triste, no pude participar en el concurso, todo porque mi perfecta pintura se había arruinado.

Llegué a la puerta del departamento. Saqué mis llaves de la bolsa. Abrí la puerta y Yeontan comenzó a brincar en mis pies.

—Hola, Tannie. —lo acaricié y lo cargué. —¿Cómo estás? Mejor que yo, ya lo creo. —lo bajé.

No había rastro de que Jungkook estuviera en casa. Comencé a caminar a mi habitación.

Cuando estaba afuera, comencé a escuchar pequeños gemidos que salían de esta. ¿Qué estaba ocurriendo?

Abrí la puerta y lo primero que vi fue piel. Demasiada piel. Cómo reflejo retrocedí.

Era Jungkook. Mierda, ¿qué traía puesto?

—¿Jungkook? —pregunté. Entré a la habitación y cerré la puerta.

Jungkook estaba completamente desnudo, estaba usando unas orejas de conejo color gris en su cabeza y la gargantilla de diamantes que Hoseok le había dado en navidad. Eso significaba que...

—Tae~ Dios. —comenzó a gemir. Cambio de posición. Esta vez estaba en cuarto puntos sobre la cama. Mierda. Traía puesto el rabo de conejo.

—¡Jeon Jungkook! —me quedé impactado al darme cuenta de que traía un dilatador anal.

—Kim TaeHyung~ estaba esperándote. —se retorcía con esa cosa dentro de él.

Algo dentro de mi comenzó a encenderse. La sangre comenzó a correr más rápido. Algo creció de inmediato dentro de mis pantalones.

Jungkook estaba desnudo frente a mi. Gemía fuertemente. Me prendió verlo disfrazado de conejo.

—Jung-Jungkook, ¿por qué? —pregunté mientras me acercaba a él.

—Taehyung... necesito- um, que me- folles. —dijo entre gemidos.

Me quedé frío ante su vocabulario, Jungkook no usaba esas palabras.

—Kook~ —pude apenas hablar cuando se levantó como pudo, se puso de rodillas en la cama y me jaló hacia él.

—Fóllame. —susurró en mi oído.

—Mierda, Jungkook.

Lo besé desesperadamente. Habían mordidas en nuestro beso. Jungkook metió su lengua en mi boca. No podía resistirme a mi novio. Amaba cómo se le veía ese rabo de conejo, amaba cómo se le veían las orejas sobre su cabeza, amaba la gargantilla, le daba un toque mucho más sexy.

𝑺𝒕𝒓𝒂𝒘𝒃𝒆𝒓𝒓𝒊𝒆𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝒄𝒊𝒈𝒂𝒓𝒆𝒕𝒕𝒆𝒔 - [𝙑𝙠𝙤𝙤𝙠 ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora