Familia

1.5K 100 15
                                    

Era una noche lluviosa, el matrimonio Corcega López se encontraban preparando a sus dos pequeños hijos Emilio y Joaquín para ir a dormir. Después de casarse decidieron adoptar, en la fundación donde trabajaba Linda conocieron a esos pequeños de 4 y 5 años que se robaron su corazón al instante.

-Buenas noches mi amor- dijo Temo dándole un beso a Emilio.
-Buenas noches papi, te quiero- dijo Emilio abrazando a su papá.
-Y yo a ti chiquito.

En otro cuarto Ari terminaba de arropar al pequeño Joaquín y le dio su beso de buenas noches.

-Descansa mi niño- le dijo con una sonrisa.
-Tengo miedo a los truenos papi- dijo Joaquín con su voz inocente.
-No pasa nada corazón, voy a dejar tu lámpara encendida y si no puedes dormir me hablas a mí o a tu papá.
-Está bien papi, te quiero.
-Y yo a ti hijo.

Ari salió del cuarto para irse al suyo donde encontró a Temo ya acostado y él hizo lo mismo.

-Hola mi Tahi- dijo Ari abrazándolo y colocando su cabeza sobre su pecho.
-Hola mi amor- sonrió Temo-. ¿Se durmió Joaquín?
-Apenas, le dejé su lámpara encendida porque tenía miedo pero ya se quedó dormidito. ¿Y Emilio?
-Durmiendo como un angelito. Solo nos faltaban ellos dos para que nuestra felicidad estuviera completa.
-Teniéndolos a ustedes tres ya soy el más feliz.

Ari se colocó encima de Temo para comenzar a besarlo, tenían tiempo sin hacer el amor así que ese momento lo encontraban como el adecuado. Ari quitó la camisa de su amado esposo para poder besar su cuello.

-Extrañaba volver a sentirte Tahi- suspiró Temo.
-Yo también Tahi, aunque haya pasado bastante tiempo quiero disfrutarlo como la primera vez- susurró Ari.

Sin dejar de besarse Temo quitó la playera de Ari para que sus pieles tuvieran contacto. Estaban por quitar su ropa interior cuando unos pequeños golpecitos en la puerta los hicieron separarse de golpe, eran los niños.

-¿Qué pasó mis niños?- preguntó Temo una vez que terminó de volver a colocarse la pijama al igual que Ari.
-Nos asustan los truenos, ¿podemos dormir con ustedes?- dijo Emilio quien tomaba la mano de Joaquín.
-Claro que si pequeños, vengan aquí- dijo Ari sonriendo.

Ambos hicieron espacio en su cama para que los niños se pudieran acostar en medio de ellos y se cobijaran.

-¿Nos cuentan un cuento?- dijo el pequeño Joaquín.
-Claro que si mi amor- dijo Temo-. Les vamos a contar uno muy bonito.
-No vayas a empezar con tus peces, cariño- dijo Ari riendo.

Los cuatro rieron y después los pequeños pusieron atención a la historia.

-Hace muchos años existía un guerrero llamado Aristocles- comenzó a contar Ari-. Él se sentía triste y solo, pero un día llegó el guerrero Temistocles para cambiar su vida.
-El guerrero Temistocles quedó enamorado del guerrero Aristocles en el momento que lo vio- continuó Temo-. Conforme se fueron conociendo se hicieron grandes amigos, pero al parecer el destino los quería juntos por lo que terminaron siendo novios.
-¡Que bonito!- dijo Emilio emocionado.
-Pero no todo era felicidad. Ambos tenían que luchar contra una enorme barrera y detrás de ella vivía la reina malvada con su dragón acompañado de su escudero.
-Los guerreros se prepararon para la batalla final contra los malvados y lograr cambiar su manera de pensar.
-¿Y ganaron?
-Fue una batalla difícil pero el amor logró triunfar.
-¿Y fueron felices los guerreros?

Ante aquella pregunta Ari y Temo se miraron con amor ya que aquella historia había sido real.

-Lo fueron hijos- dijo Temo.
-Los guerreros tuvieron dos pequeños guerreritos y ahora son una hermosa familia.

Los niños se quedaron dormidos y Aristemo se dieron un beso para también dormirse. Sin duda eran una hermosa familia.

Aristemo- One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora