Los niños de la carretera

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Advertencia: Si es de madrugada te recomiendo no leerlo y mucho menos a oscuras

Ari y Temo regresaban a la Cuidad de México después de haber  pasado el fin de semana con su familia en Oaxaca.

Era una noche oscura y por la autopista solo había muy pocos autos, incluido el de ellos. Temo se sentía un poco nervioso debido a que nunca habían viajado de noche.

-¿Estás bien Tahi?- preguntó Ari.
-Si Tahi, solo me asusta un poco viajar de noche- dijo Temo.
-Tranquilo, ya no falta mucho para llegar a la cuidad. Yo estoy aquí contigo.
-Gracias amor.

Ari tomó la mano de Temo para hacerlo sentir más tranquilo, lo cual funcionaba.

-Ya extrañaba volver a ver a la familia- dijo Temo.
-Yo igual, lo bueno es que volveremos a verlos en vacaciones y pasaremos más tiempo con ellos. Obviamente tú y yo también tendremos nuestros momentitos a solas.
-Ay Ari, me sonrojas cuando dices este tipo de co... ¡Ari, cuidado!

Ari frenó de golpe al escuchar el repentino grito de Temo. Por la carretera se habían cruzado en su camino un niño y una niña, ambos no pasaban de los 8 años de edad. Ambos se perdieron en medio de la oscuridad.

-¿Viste eso?- preguntó Temo aun impactado.
-Si, pero lo más extraño que anden a estas horas de la noche en medio de la carretera- dijo Ari y por el retrovisor los buscaba-. ¿Dónde estarán?
-No lo sé, yo los ví muy rápido y solo ví que se perdieron en la maleza. Mejor vámonos de aquí, tengo miedo.
-Todo estará bien amor, solo fue un susto.

Ari le dio un beso para tranquilizar a su prometido y continuaron con su camino.

Todo iba tranquilo hasta que Temo comenzó a percibir un horrible aroma.

-¿Hueles eso, Ari?- preguntó Temo-. Huele como a un animal muerto de días.
-Pues seguramente lo que vimos no eran niños, a lo mejor eran un par de perros o fuera lo que fuera seguramente le pegué a uno y es lo que huele- dijo Ari-. Igual revisa en el asiento de atrás a ver si no hay nada.

Temo soltó un grito de terror ya que en el asiento de atrás venían sentadas aquellas criaturas, y por el retrovisor Ari vio lo mismo que su novio. Aquellos niños con una apariencia demoníaca, su piel pálida y llena de moretones, arañados del rostro, sus ropas podridas y sin ojos, en lugar de estos estaban aquellos horribles agujeros que dejaban ver su esqueleto.

Cuando el auto detuvo su marcha a la orilla de la carretera Ari y Temo volvieron a voltear al asiento pero ya no había nada, aquellos niños habían desaparecido.

-¿Viste lo mismo que yo, amor?- dijo Ari en shock.
-Claro que lo ví, pero mejor vámonos ya, no vaya a ser que nos pase algo peor- dijo Temo igual en shock.

Después de un rato ambos ya estaban en la cuidad y llegaron pronto a la privada, se fueron directo a su departamento ya que no querían contarle a los demás lo que había sucedido. Se pusieron sus pijamas y cuando Ari regresó de apagar la luz de la sala encontró a Temo sentado a la orilla de la cama con la mirada pérdida.

-¿Estás bien?- preguntó.
-Si, solo que si me asusté demasiado- dijo Temo-. Va a ser difícil olvidar el rostro de aquellos niños.
-Lo sé. Por lo pronto ya durmamos, mañana será un nuevo día.
-¿Me abrazas?
-Claro mi corazón.

Ambos se acostaron y Ari abrazó a Temo para hacerlo sentir protegido.

Aristemo- One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora