4. Un ángel en el malecón.

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Yoongi

Jamás pensé que aquí encontraría a alguien de mi país. Pensé que si lo hacía serían turistas que se irían a la semana, pero no esperé ver a un chico que estaba solo, sin un grupo, ni una cámara. Solo recostado al muro mirando hacia el mar. A kilómetros se veían sus facciones asiáticas y bueno, ¿Que clase de coreano sería si no reconozco a otro? En un momento, mientras miraba todo al rededor pude ver mejor su rostro. Labios carnosos, piel tersa y pelo rubio. Quería acercarme más para poder distinguir el color de sus ojos. Así que lo hice, justo cuando estaba por irse me acerqué rápidamente y me apoyé de espaldas al muro. Respiré hondo y solté en coreano aquella frase.

-¿Tienes fuego?

El chico se giró sobre sus talones y me miró con los ojos abiertos a todo lo que podía. Avellana, ese era el color de sus ojos. Unos hermosos orbes de color avellana.

-Lo siento, no fumo-no me equivoqué, era coreano. Chasquié la lengua.

-Lástima-Dije y lo mire a los ojos-Deje el encendedor en casa. Mi despiste-reí. Miró el cigarro que tenía entre mis dedos índice y corazón.

-Hollywood-Dijo y enarqué una ceja.

-Dijiste que no fumabas-Le dije.

-No lo hago, pero no puedo evitar ver las marcas en los aparadores de las cafeterías-Dijo y se apoyo nuevamente en el muro mirando al mar. Sonreí, eso significaba que se quedaría un rato más para hablar conmigo.

-Es lindo ¿Verdad?-me miró y sonrió, dios, que sonrisa más linda.

-Hermoso, no me lo pierdo ningún sábado-Y pensar que no iba a venir porque se me estropeó la bicicleta.

-Yo vivo cerca, vengo casi todos los días después de trabajar-Le dije. El sol ya se había ocultado del todo y las luces se encendieron reflejándose en el azul profundo.

-¿En qué trabajas?-Preguntó.

-Soy fotógrafo-Sonreí. Amaba mi trabajo tanto como amaba caminar por el malecón.

-Es un trabajo muy bonito-Me miró. Las luces reflejadas en sus ojos eran hipnotizantes-Soy profesor de danza de la casa de la cultura de Santa Fe.

-Tambien es muy bonito...-Miré una vez más el mar que ahora solo era iluminado por las luces de la ciudad a nuestras espaldas.

-Ya es tarde-dijo y lo miré-Pero aún no quiero regresar. ¿Quieres dar una vuelta?-asentí sonriendo.

Caminamos uno al lado del otro, en silencio, sintiendo la brisa marina en nuestro rostro. Pasábamos por al lado de parejas, pescadores, grupos de adolescentes y guitarristas.

Nos detuvimos frente al puente flotante.

-Si que caminamos-reí y él me miró sonriendo.

-El tiempo pasó muy rápido hoy para mi. Gracias chico fuego-Lo miré y reí mientras subíamos al puente.

-Me llamo Yoongi, Min Yoongi.

-Me llamo Jimin, Park Jimin-me siguió el juego y nos apoyamos en la barandilla del puente. Había mucha gente sentada en el suelo y otros montando bicicleta. En realidad no es tanto un puente como una plataforma sobre la superficie del agua.

-¿Cuántos años tienes, Park Jimin? -Sonreí.

-Es de mala educación preguntarlo-Dijo y rio-tengo 25 años.

-Pues empieza a llamarme Hyung-Me miró apenado-Tengo 27.

-Lo siento mucho Hyung-Me dijo haciendo una pequeña reverencia.

-No te preocupes Jimin, igual no sabias-Le revolví el pelo.

-Hyung...-lo miré-ahora si debo irme.

-¿Nos volveremos a ver?-pregunté, en serio quería saber si nos veríamos de nuevo.

-Quizás-sonrió-adiós Hyung.

-Hasta pronto Jimin-corregí y se sonrojó. Luego de eso se marchó rápidamente perdiéndose entre las luces de La Habana.

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Esta vez no hay tantos conceptos raros😆. Me siento Happy de que esta historia avance rápido.

Cualquier dudita sobre algún concepto desconocido para ti puedes preguntarlo aquí 👉🏻

Lo responderé con gusto😉. Sin más que decir me retiro. Disfruten!

Todo pasó en un atardecer en el malecón (YoonminxCuba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora