6. Una sesión de fotos y un trato con las madrinas.

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Yoongi

Mi trabajo como fotógrafo es bastante amplio. Lo mismo recibo llamadas para fotografiar paisajes que me contratan para tirar fotos de quince años a las muchachitas. Es una tradición de aquí. También me llaman para eventos y algún que otro periódico me contrata por una semana para fotografiar sobre las noticias.

Ese día, una mujer me llamó para contratarme y tirarle unas fotos a su hija con sus mejores amigos. Sería una sesión para un álbum de quince fotos. Preparé mi estudio y saqué la cámara de su estuche para colocarla sobre el soporte. En fin, que lo preparé absolutamente todo para que la sesión quedará perfecta. 

A la una de la tarde, tocaron la puerta y fui a abrir con la mayor disposición y una sonrisa como hacía siempre. Frente a mi se encontraba la mujer que me había llamado, una niña de pelo negro que debía ser su hija porque se parecían bastante, otra niña de cabello castaño oscuro, una rubia mayor que las otras y...él, aquel chico que me encontré en El malecón. Se quedó mirándome espectante, como si no creyera que yo le iba a fotografiar.

—Pasen—Dije intentando ocultar mi asombro. Los cinco entraron a mi casa donde se encontraba el estudio y los guíe hacia la puerta correcta—Siento mucho que hoy no haya maquilladora pero anoche se puso en proceso de parto—Sonreí.

—No se preocupe, igual queremos que las fotos queden lo más natural posible—Dijo la mujer—¿Te molestaría mucho que vaya a otro sitio mientras haces las fotos? Es que tengo que hacer un recado por esta zona—Genial.

—No se preocupe—Le quité cuidado y la madre salió despidiéndose.

—Bien, me llamo Min Yoongi y espero que nos llevemos bien durante las fotos ¿Ok?—Todos asintieron y miré a Jimin a los ojos—No pensé que te vería tan rápido Park—Dije y el chico se sonrojó al instante. La chica pelinegra lo miro con los ojos abiertos como platos.

—N-ni yo tampoco Hyung—Dijo apenado.

—¿¡Hyung?!—Gritó la rubia.

—Si, soy mayor que el por tres años—Sonreí—Bueno, acomódense allí—Señalé el lugar donde se debían parar y comencé con la sesión.

Los cuatro chicos posaban como les decía, a veces la rubia y la castaña hacían caras graciosas y todos reíamos. En muchas de mis sesiones, las chicas de su edad eran desagradables y creídas, pero ellas estaban siendo muy graciosas. Al final me aprendí los nombres de todas.

Terminamos la sesión y les di algo de merendar a las chicas y a Jimin. He de reconocer que posaba muy bien y era muy fotogénico. Las chicas se fueron a una esquina del estudio mientras Jimin y yo estábamos solos en la otra. Sus miradas furtivas me hacían entender que Jimin había comentado algo de nuestro primer encuentro. Sobre todo porque pude distinguir como la pelinegra gesticulaba con los labios un "háblale".

—No pensé que tus amigas serían...menores de 18—Dije, no como burla, más bien con sorpresa.

—Son de las pocas que me entienden ¿sabes? No sabes lo abierta que está la juventud estos dias—Reí por su comentario—¿No tienes amigos?

—Si, la maquilladora que faltó hoy por su embarazo. Me quiere poner de padrino del niño y todo—sonreí.

—¿Cómo se llama?

—Yanelis—sonreí—Tiene un nombre bastante extraño ¿No?

—Si, pero lo he escuchado bastante—Me dijo mirando al techo—¿Cuándo estarán las fotos?

—Por ser ustedes una semana—Sonreí—Y si me das tu número en cuatro días—Su sonrojó fue en aumento.

—Dame el celular—Me dijo y saqué mi móvil y se lo di para que apuntará—Me puse como Jimin—Sonrió.

—Perfecto, en ese caso las fotos estarán en cuatro días—le dije.

—Muchas gracias—sonrió. Entonces la pelinegra, Olivia se acercó.

—Señor Yoongi, es usted muy guapo y todo eso pero vamos a advertirle algo—Dijo y puse cara de confusión cuando las otras dos se acercaron con los brazos cruzados sobre el pecho. La cara de Jimin era de...¿Miedo? ¿Estas niñas eran la madrinas o algo?—Jimin es NUESTRA cosa adorable y apapachable. Se lo vamos a prestar mañana a las cinco para que lo vaya a buscar a su casa, ¡Pero nos lo va a devolver!—Sonreí ante la propuesta.

—Trato justo mi señora—dije fingiendo quitarme el sombrero.

—¿Por que hablan como si no estuviera?—Preguntó Jimin con un puchero.

—¡Shh! Callate anda, ya nos lo vas a agradecer—Dijo la rubia.

—Asi mismo—Afirmó la castaña.

—Trato hecho, ¿Cual es la dirección?—dije y ellas apuntaron en mi teléfono la dirección de casa de Jimin. El se mantenía callado y aún con aquel puchero en los labios. Si es verdad que se veía muy tierno.

—Bien, ten cuidado con lo que haces Min—Dijo Olivia.

—Yo las veo a ustedes muy faltonas mocosas, soy mayor que vosotras—les dije.

—Ni pienses que te diremos Oppa—dijo la rubia haciendo un mohin—Conformate con que no te torturemos por acercarte a nuestras fuente de ternura.

Terminé riendo, Jimin sonrojado y ellas riendo. Cuando se fueron recé porque pronto alguna quisiera otra sección de fotos con Jimin.

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Todo pasó en un atardecer en el malecón (YoonminxCuba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora